Luego de que el 17 de febrero pasado nació Valentina con un peso de apenas 400 gramos, a pesar de su condición delicada logró salir adelante por lo que hoy goza de poco más de dos kilogramos y fue dada de alta para continuar una atención especial por parte de sus padres en su casa.
La pequeña Valentina nació con apenas 25 semanas de vida intrauterina en el Hospital General Regional (HGR) 110 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Jalisco, donde fue su hogar durante 124 días bajo el cuidado de médicos, enfermeras y de sus propios padres, lo cual fue determinante para lograr sobrevivir.
Guadalupe Sánchez Aguilar, madre de Valentina, recordó que padeció ruptura de membrana luego de una infección, situación que provocó la interrupción de su embarazo en un momento en el que su hija no registraba el peso adecuado para sobrevivir.
Detalló que el 14 de febrero de este 2017, mientras estaba en su oficina trabajando sintió “muchas ganas de hacer pipí”, pero a pesar de haber orinado, continuaba con un desecho líquido que la movió a salir de su trabajo y buscar a su ginecólogo particular, quien le recomendó reposo absoluto.
La molestia no cesaba y acudió al HGR 45, donde le dijeron que traía ruptura prematura de membrana y que la interrupción del embarazo era inminente. Se le inició un tratamiento para promover la maduración pulmonar de la bebé y fue enviada al HGR 110, donde a las 11 de la noche con 12 minutos del 17 de febrero, finalmente Valentina nació.
“A lo mejor había dolor físico, pero era más profundo el dolor de saber que mi bebé no iba a vivir porque los doctores, tanto el ginecólogo, como el pediatra me explicaron que por las semanas de gestación no tenía posibilidades de vida”, destacó.
Manifestó que durante el primer mes de vida de su hija esperaba que sonara el celular y en cualquier momento le dijeran: “¿sabe qué, ya falleció”, recordó la joven de 23 años, quien reiteró que se sentía sin ninguna ilusión, muy triste por la posibilidad de perder a su bebé.
Pero Valentina tenía otros planes, y los médicos lucharon junto con ella para sacarla adelante. La señora Lupita comentó que tenía las visitas restringidas a determinados horarios durante el día y tanto ella como su esposo estuvieron siempre ahí con su pequeña hija.
“Estuvimos ahí los 124 días de 12 y media a una, de seis y media a siete, el soporte para Valentina fue de los dos, y por supuesto no le quito su mérito a los doctores y a las enfermeras y enfermeros que estuvieron día y noche al pie del cañón con mi bebé, se encariñaron demasiado. Cuando salió ya no querían que se fuera, ‘regálemela’, me decían”.
Por su parte, la jefa de Pediatría del HGR 110, Ana Araceli Flores López, añadió que se trata de un caso de prematurez extrema y que es hasta ahora un evento único en el hospital, no sólo por la edad gestacional en que nació la bebé, sino porque su peso estaba por debajo del promedio esperado de 600 gramos en esa fase del embarazo.
Dio a conocer que los partos prematuros se presentan entre el ocho y el 11 por ciento de los embarazos y afirmó que el hecho de nacer antes de término trae una serie de desventajas para el neonato.
“Son pequeños en los que no se terminan de desarrollar diferentes órganos y sistemas y tienen por lo mismo, un riesgo muy elevado a desarrollar complicaciones de manera inmediata, y a largo plazo, siendo la muerte, la principal”, resaltó la experta.
Por ello, consideró que el caso de Valentina es excepcional por muchas razones. “Ella tuvo todas las complicaciones que puede presentar un prematuro extremo, y todas las superó”.
En primer lugar, y pese a haber tenido autonomía respiratoria durante la primera semana posterior a su nacimiento, empezó a manifestar evidencias de una de las primeras complicaciones de un prematuro: la insuficiencia pulmonar.
“A la mamá se le aplicó un medicamento para promover la maduración pulmonar de la bebé, y una vez que nació, Valentina recibió directamente fármacos, sin embargo los músculos del tórax no eran lo suficientemente fuertes para realizar esta función y requirió ser conectada a un ventilador mecánico”, detalló la pediatra.
A los problemas respiratorios se sumó una enterocolitis necrosante, problema intestinal muy grave que entre otras consecuencias, inhibe la adecuada nutrición del bebé; también tuvo una retinopatía, que fue operada, presentó colapso y hemorragia pulmonar y perforación de su intestino.
La doctora Alma Flores señaló que si bien la bebé superó las complicaciones que se le fueron presentando, los riesgos aún están latentes, por lo que la estancia en su domicilio tiene especificaciones muy concretas e incluyen principalmente darle continuidad a un programa de estimulación temprana para que Valentina logre progresos sobre todo a nivel cerebral.
La especialista dijo que se trabaja mucho con los papás: “(A los bebés) los enviamos a medicina física y rehabilitación pero conviene que desde casa también sepan ofrecer estimulación temprana a los recién nacidos y sepan (los padres) identificar situaciones de gravedad: la coloración, la forma de respirar, actitudes del bebé. Es mucho lo que los papás deben dedicar para que a ese niño le vaya cada día mejor”.
“Valentina es una persona increíblemente fuerte para haber superado todas las adversidades porque ella tuvo todas las complicaciones inmediatas que un bebé de esas características puede presentar. Realmente es una guerrera. Evidentemente los médicos siempre ponemos todo nuestro esfuerzo, pero también depende de ese organismo, de la fuerza que ese organismo tiene, que en el caso de Valentina es increíble”, dijo.
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