Quedó cerrado el registro de aspirantes para dirigir MORENA a partir del próximo 5 de octubre, donde 51 mujeres y hombres se sintieron con las capacidades para liderar al partido en el gobierno, que en junio de 2021 enfrentará su primer gran prueba en las elecciones más concurridas de la historia de nuestro país. Destacan nombres como el de Yeidckol Polevnsky, Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado.
La importancia de quién será el próximo líder de MORENA salta a la vista. Se trata, de entrada, del partido que ocupa la Presidencia de la República, que tiene asegurada la mayoría en el Senado hasta 2024, que de acuerdo a varias mediciones se podría convertir en el partido con más gubernaturas en el país y que busca refrendar la mayoría en la Cámara de diputados federales y el control de más de la mitad de las legislaturas locales.
Sin embargo, los retos no son pocos, la falta de una estructura en la mayoría de las entidades, que lograda pudiera consolidar un instituto político que viva y crezca, más allá de este 2021, sino en 2024 y siguientes años, la formación de cuadros no sólo con capacidades para registrarse como candidatos y quizá ganar elecciones, por méritos propios o simplemente por la marca, pero más aún, perfiles que puedan gobernar bien para facilitar que el partido perdure y no se genere un desencanto inmediato que haga complicado que retengan las entidades, municipios o distritos ya conquistados en las urnas, pero perdidos en el ejercicio de gobierno.
Bajo estas necesidades, MORENA requerirá de un perfil particular en la dirigencia, que pueda orquestar el trabajo hacia la verdadera transformación de un movimiento político a un partido durante y post López Obrador, capaz de refrendar el éxito de 2021 y hacerse política y socialmente viable rumbo a las elecciones por venir, sin abandonar postulados de una izquierda indispensable para lograr la equidad y crecimiento en los próximos años.
Si bien el procedimiento indicado por el INE, así como recomendado por el Presidente López Obrador, será el de encuesta, los factores que deben influir en la decisión que tomen los encuestados deberá ir más allá de la popularidad, sino contemplar las capacidades, la experiencia y la visión para construir un partido político que pueda sumar personajes y una línea discursiva capaz de convencer a los electores a lo largo del país, cada entidad con sus particularidades.
En esta lógica, Mario Delgado parece encabezar tanto el sentimiento de los encuestados, así como la voluntad de los militantes de MORENA, como un perfil que llegaría a aportar capacidades, estrategia y rumbo a un partido que tiene retos por delante pero también grandes oportunidades para diferenciarse de los que estuvieron y no lograron hacer un cambio y plasmar una auténtica transformación de la vida nacional.
A Delgado, sólo lo supera Muñoz Ledo en experiencia, pero la imagen del partido para la construcción del futuro podría estar mejor representada en el actual líder de los diputados federales de MORENA, quien tiene habilidad para ir tejiendo consensos entre los grupos representativos dentro del partido.
La elección de dirigente es trascendental, se trata del futuro del partido, durante y hacia la gran prueba de fuego de MORENA, la elección de 2021, sin Andrés Manuel en la boleta, aunque aún como Presidente, pero más aún hacia el 2024 donde el partido en el gobierno podría refrendar su triunfo o pasar a la historia como una coyuntura y no como un verdadero partido de líderes y estructura.
Notario y Maestro en Políticas Públicas
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