A pocas horas de haberles birlado a los “morenos”, los huevos y la canasta en la instalación del último periodo de la LXV Legislatura y darles un repaso de cómo jugar con la tribuna del Congreso de la Unión, Xóchitl Gálvez reunió a miles de los suyos en la columna a la Independencia y les repitió: la esperanza ya cambió de manos.
“…Si en dos meses recuperamos esperanza es porque podemos ganar y vamos a ganar. No vamos a seguir dividiendo a México, se necesita unidad, nos necesita a todas y todas… No vamos a recurrir a la ofensa, insultos, descalificación”, México necesita una presidenta que gobierne para todos…”
A esas horas –casualmente–, por las insistentes redes sociales se deslizaban como serpientes veloces las fotografías del sarao sinaloense: la hijastra de José Ramón López (hijo de don Andrés Manuel López), llegaba a la dichosa edad de los 17 años primaveralmente cumplidos, y la familia se daba el pequeño lujo de echar la casa (¿gris?) por la ventana fifí.
–¿Y por qué no?, si la señora (dijo el presidente), parece que tiene dinero.
Así, el sexenio se acerca al fin tal como comenzó: con fiestas rastacueras (la boda de César Yáñez, con todo y la cobertura editorial de la revista ¡Hola!, con AML en la portada y toda la cosa) y ahora con un festejo babilónico.
Y por ahí van las fotografías del señor José Ramón –traje oscuro, corbata, camisa blanca–, quien se desliza por la pista de baile, con la hijita de doña Carolyn Adams –amplísimo vestido de brocados champaña, ajuste a la cintura, escote en “V”; mangas de tul con aplicaciones–, en un emotivo baile con una mezcla de Fred Astaire y el oso Yogui.
La gran fiesta cuya decoración requirió miles y miles de rosas para hacer una campana de flores y túneles de pétalos, fue de apabullante hermosura o como dicen allá por Badiraguato, “buchona, buchona”, tanto como las luces y llamas del Circo Dragón (como el Du Soleil, pero en Sinaloa). Una chulada, pues.
Pero de alguna manera los personajes de esta historia se entrecruzan. Hace unos días apareció esta nota (La silla rota”, 26 de agosto):
“…El hijo mayor del presidente Andrés Manuel López Obrador, José Ramón López Beltrán, posteó un mensaje en su cuenta de X en el que señaló a la aspirante a la candidatura presidencial del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez de no tener decencia, sumando así un capítulo más en su enfrentamiento con la senadora panista.
“Lo que no tiene esa señora es decencia” escribió (…) al compartir una publicación en la que acusa a Xóchitl de hacer un montaje por compartir en TikTok un video en el que supuestamente intenta llamar a su esposo pero no trae saldo en el celular. El video lo compartió Xóchitl Gálvez en burla a quienes afirman que ella tiene mucho dinero”.
Pero dinero, dinero, la señora Carolyn. No sabemos bien de dónde se hizo Pedro de mulas, pero como decía el grande Juan Gabriel, “lo que se ve no se pregunta”.
Pero en fin, cada quien su circo, porque a muchos kilómetros de distancia se abre paso “El jaguar rodante”, cuyo recorrido por la devastada selva ha comenzado despacito, muy despacito o como dice Javier May, un amigo del señor presidente bendecido con la obra emblemática del desarrollo inminente del sureste mexicano:
“Así se vio hace unos momentos el Tren Maya a su paso por el puente ferroviario a la altura de Umán, Yucatán, ya cerca de Mérida-Teya. Sigue avanzando el “jaguar rodante” para la transformación del sureste mexicano. #YaHayTrenMaya #SúbeteAlTren.”
No se sabe si ese nombre de felino con ruedas se debe al talento del señor May o al de algún otro genio de la 4-T, pero sea de quien sea el nombre, es una mamada. Hubieran pedido la sabiduría de Manuel Bartlett, chu,chu,chu…