La tarea principal de un gobierno es asegurar la seguridad y bienestar de la población. Los ciudadanos le confieren recursos y poder con la expectativa de que promoverá desarrollo económico, administrará la justicia, proporcionará servicios públicos y fomentará el bienestar general.
En Gaza, los túneles construidos por Hamas, financiados con donaciones destinadas a mejorar la calidad de vida de los habitantes, son utilizados con fines militares, a pesar de que podrían servir también como refugios seguros para la población. La decisión deliberada de Hamas de ubicar infraestructura militar en zonas como hospitales y áreas residenciales, utilizar a civiles como escudos humanos, y la negativa de permitir utilizar los túneles, inclusive para salvar niñas y mujeres, muestra la verdadera naturaleza de Hamas. De hecho, Mousa Abu Marzouk, miembro del buró político de Hamas, admitió en una reciente entrevista para televisión rusa, que los túneles en Gaza “fueron construidos para proteger a los combatientes de Hamás de los ataques aéreos, no a los civiles”. Es sorprendente el silencio de los organismos internacionales, de los países del “mundo civilizado” y de la prensa, sobre este tema. ¿Por qué será?
La razón de ser de Hamas nunca ha sido la protección de los ciudadanos palestinos en Gaza, su preocupación “no es gobernar Gaza y traerle agua y electricidad y cosas por el estilo”, como recién indicó uno de sus líderes, Khalil al-Hayya en una entrevista en Qatar. Tampoco les interesa la paz con Israel. En sus propias palabras y en repetidas ocasiones han expresado que su razón de ser es la eliminación de los judíos.
“El Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes combatan contra los judíos, cuando el judío se esconderá detrás de piedras y árboles. Las piedras y los árboles dirán: Oh musulmanes, oh Abdulla, hay un judío detrás de mí, ven a matarlo… “. Estas no son las palabras de un manifiesto de la época de las cruzadas, este es el artículo 7 de la Carta Fundacional de Hamas de 1988. ¿Cómo se puede llegar a un acuerdo de paz con Hamas?
Recientemente Thomas L. Friedman escribió en su columna del New York Times, que una de las grandes amenazas de Israel el día de hoy, es un conjunto de enemigos que combinan visiones del mundo teocráticas medievales con armamento del siglo XXI — y que no están organizados como pequeñas bandas de milicianos como sucedía en 1948, sino como ejércitos modernos con brigadas, batallones, capacidades cibernéticas, cohetes de largo alcance, drones y soporte técnico.
Muchos medios de comunicación nos quieren vender la idea que esta guerra es como el antiguo relato bíblico de David y Goliat. David, un joven pastor, vence al gigante guerrero Goliat con una honda y una piedra. En este caso, se dice que Hamas es David e Israel es Goliat. Sin embargo, dado que Hamas y demás grupos terroristas, apoyados por gobiernos que los financian, tienen como único propósito la eliminación de Israel, se parece más al relato bíblico de Sansón y los filisteos.
Sansón, dotado de una fuerza sobrenatural por Dios, lucha contra los filisteos, los opresores de Israel. Su fuerza residía en su cabello y fue traicionado por Dalila, quien reveló su secreto a los filisteos. Cuando le cortan su cabello y pierde su fuerza, los filisteos le sacan los ojos y lo encadenan. Luego lo llevan al coliseo para exhibirlo y matarlo. Al estar ahí, le pide a Dios fuerza una última vez, con esa fuerza empuja los pilares que sostenían al coliseo, provocando la muerte de él y de todos los filisteos que estaban ahí.
No ver los matices, los grises, las agendas geopolíticas, y solo escuchar las agendas políticas de algunos medios de comunicación no solo es un acto irresponsable, también es un peligro para todos. Estas narrativas están alimentando el odio por el odio, sin permitir las ideas y las acciones que permitan una salida duradera al conflicto. De esa forma, como bien ha dicho el historiador Yuval N.Harary, “Hamás lanzó esta guerra con un objetivo político específico de impedir la paz”. Desde esa perspectiva, están ganando.