Como si fueran la pura verdad, los Aliancistas se apresuraron para felicitar a Joe Biden por su victoria sobre Donald Trump.
El virtual presidente electo de Estados Unidos seguramente estará muy ocupado en atender el crucigrama económico y de salud que le hereda Trump como para preocuparse por quién lo felicita y quién no lo hace.
Los gobernadores Aliancistas, que por cierto no lograron nada con su aparatosa rebeldía fiscal, no quisieron quedarse atrás de los líderes de partidos políticos que se sumaron a la cruzada de los ultras de Sí por México en una franca posición antilopezobradorista.
Y por ello enviaron una carta de felicitación a Joe Biden para contratarse con el presidente López Obrador quien sigue esperando la confirmación de la victoria del demócrata por parte del Colegio Electoral del vecino país.
Estar por sistema en contra del mandatario mexicano por la razón que fuere.
Uno se pregunta: ¿Cuál es el objetivo real de esos sabotajes al presidente en momentos en que el mundo está en medio de una grave crisis de salud y sus repercusiones económicas?
Está claro que ni los Aliancistas ni los ultras de Sí por México derrocarán al presidente López Obrador.
Se ve muy remoto que esas organizaciones sean las que reactiven nuestra maltrecha economía y nos hagan salir de la pandemia comprando ellas los millones de vacunas que se van a requerir.
El desconcierto que vivimos es un caldo de cultivo apropiado para generar especulaciones y lanzar las famosas fake news que propician el crecimiento de un encono social, en muchas ocasiones justificado, producido por innegables fallas en áreas muy sensibles de la 4T.
Sin duda que el país necesita una reorientación en muchos proyectos sociales y económicos del actual gobierno.
Pero definitivamente no será con rumores, especulaciones y noticias falsas como se tiene que ejercer una crítica constructiva en estos momentos de emergencia nacional.
Bienvenida la crítica que se comprometa a participar en las soluciones.
Porque de alaridos que hacen las tormentas en pequeños vasos de agua, ya la sociedad está indiscutiblemente decepcionada y harta.
EN TIEMPO REAL
1.- La maquinaria que con cuidado y tenacidad construyó Enrique Alfaro para catapultarse rumbo a la gubernatura de Jalisco que hoy ostenta, comienza a mandar señales de que puede llegar desvielada para las elecciones del 2021.
Estas son semanas delicadas para el gobernador jalisciense, que fiel a su estilo de ordenar, él mismo sea el causante de su debacle. Avanzando pausada pero firmemente, el proyecto alfarista inició en Tlajomulco donde fue alcalde, transitó hacia Guadalajara también Presidente Municipal, a la par que, con su principal aliado del sector empresarial, Pablo Lemus conquistaron Zapopan.
Con el triunfo contundente de Movimiento Ciudadano en la zona metropolitana de Guadalajara en 2018, la suerte de Alfaro estaba echada a su favor, pero esos fabulosos días pueden cambiar sí sus malas decisiones llevan al partido naranja a perder la capital, siendo paradójicamente los viejos aliados y examigos quienes contribuyan a la derrota alfarista.
2.- Resulta falso lo que algunos opinologos afirman sobre Roberto Velasco, director para América del Norte de la Cancillería, sobre su supuesta intromisión en la relación de la embajada de México de Estados Unidos y el equipo de campaña del virtual ganador, Joe Biden.
Para muestra basta ver el trabajo que Velasco y su equipo han hecho para comunicarse diplomática con el equipo de Biden, para explicar que si el presidente López Obrador no ha felicitado al candidato demócrata es por razones legales y de tradiciones diplomáticas mexicanas.
Quienes afirman lo contrario, se nota a leguas que lo hacen desde el estomago y con mucha ira reprimida.
3.- El dirigente nacional de Morena en México, Mario Delgado Carrillo, acotó que una de las condiciones de la coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (PNA) y del Trabajo (PT) en San Luis Potosí, es que Morena definirá quién será el candidato que los represente rumbo a la Gubernatura del Estado.
Lo anterior después del sainete que se armaron algunos morenistas comandados por el coordinador estatal de Morena, Sergio Serrano Soriano, quienes reclamaban que el documento presentado por un delegado nacional ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac), definía prácticamente que el candidato de la coalición sería el diputado federal, Ricardo Gallardo Cardona