Federico Arreola
No es cualquier cosa que esté acusado en Estados Unidos el principal operador de la guerra contra el narco de Felipe Calderón. No, no es cualquier cosa. Por supuesto que no.
Se le acusa no de cualquier delito menor o de mediana relevancia, sino de algo mucho muy delicado: haber trabajado para la mafia de Sinaloa. Mafia poderosísima que controla el negocio de las drogas en varios países.
La lealtad del secretario de Seguridad de Calderón estaba con ese grupo criminal, no con el Estado mexicano. Sin duda, Genaro García Luna actuó como un verdadero traidor a la patria. Cometió graves delitos en nuestra nación y en otras, sobre todo en la estadounidense, donde ya lo juzgan en tribunales que podrían encontrar relaciones de complicidad entre García Luna y su jefe formal, Calderón.
La pregunta que debe ser respondida es la de si Calderón sabía que García Luna era un empleado de los narcotraficantes, y si lo sabía, ¿lo permitía por miedo —sabemos que el esposo de Margarita Zavala es un cobarde— o, tal vez, porque recibía parte de las ganancias? Si no lo sabía merecería cárcel por absolutamente negligente.
Es mucho lo que Calderón tiene que explicar. Hoy se lo exigió el presidente Andrés Manuel López Obrador y, de inmediato, otro panista influyente en el pasado salió a defender a su secuaz en el fraude electoral de 2006.
No tenía por qué meterse en tal debate el señor Vicente Fox. Es hocicón, pero no tan tonto como para ignorar que si se metía, iba a estar en problemas serios. Fox lo hizo quizá por imprudente o, no lo descarto, porque también iba en el negocio. Vicente es otro que igualmente tiene mucho que explicar.
Si no son convincentes Calderón y Fox para demostrar su inocencia, y hasta ahora no lo han sido, la Fiscalía General de la República tendrá que abrir una carpeta de investigación en contra de ellos porque sobran indicios para procesarlos. Sobran, no es exagerado usar esta palabra.
No puede el fiscal Gertz Manero darse el lujo de que en esta captura de peces bastante gordos los investigadores estadounidenses se le adelanten.
Federico Arreola en Twitter: @FedericoArreola