PLAZA DE ARMAS
- Pretende Zapata el Teatro de la República
- Comida de Pancho-Oláes fue en Argentilia
- Mentes retorcidas, Elsa Méndez a Morenos
- Cayó un ex procurador en el Alcoholímetro
Sin colores.
Más allá de su expresión, tan subrayada, de rechazar muros de cemento y de aranceles, Francisco Domínguez lanzó un mensaje político desde Tijuana: “Militamos en un mismo partido: México”.
Ante la crema y nata del poder y los partidos, el queretano presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores llamó a anteponer el interés nacional a los de grupo.
Miembro destacado del PAN que tiene hoy la Conago pero también, vía Kuri, la bancada del Senado, se desmarcó así de la postura del dirigente de ese partido, Marko Castro, en contra de la reunión del sábado en la frontera, a la que faltaron nueve mandatarios estatales, entre ellos cinco albiazules.
Llama la atención esa frase de Domínguez luego de que, como nos lo contó Martha Anaya el viernes en este periódico, en la reunión nacional del PAN para analizar los resultados de las elecciones, el líder estuvo acompañado del ex candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés, que ya regresó a la actividad pública.
El gobernador de Querétaro fue uno de los oradores en el acto de unidad por la defensa de la dignidad en México en Tijuana, que se convirtió en una fiesta luego de conjurarse la aplicación de los aranceles anunciados por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump para castigarnos por el asunto migratorio.
Militamos en un mismo partido: México, apunto frente a la cúpula del poder, representada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, representantes del Poder Legislativo, los principales secretarios del gabinete federal, gobernadores de distintos colores y miembros de la iniciativa privada y las iglesias.
Sí, ya sabemos que Pancho hablaba en nombre de un órgano plural, la Conago, pero esa frase, con todo, es un mensaje urbi et orbi, lanzado al mar en una botella.
Ábrase en el 21.
Así de fácil.
Así de difícil.
-DESDE LA BANCA-
Calendario.
El viernes se cumplieron cuatro años de la elección en donde fue declarado gobernador el candidato panista Francisco Domínguez Servién con el apresurado reconocimiento no del principal contrincante, el priista Roberto Loyola, sino del gobernador sin colores José Calzada Rovirosa, que se le adelantó al Instituto Electoral de Querétaro.
Por eso, tal vez, mientras otros mandatarios estatales que no entregaron a la oposición fueron perseguidos, el de aquí fue premiado con una secretaría y López se quedó de interino.
Y, bueno, ya estamos a dos años de elegir nuevo gobernador.
Otra vez.
-LA CARAMBADA-
Privilegio.
Que a más tardar en un mes, entre el 1 y el 10 de julio, se rendirá el informe anual de la LIX Legislatura y que para ello se está solicitando el Teatro de la República, desde cuya alta tribuna hablaría el inefable presidente de la directiva: Antonio Zapara Guerrero.
Imagínese.
-OÍDO EN EL 1810-
Descendieron.
Al calor de las celebraciones por el Día de la Libertad de Prensa, varios censores, digo jefes de prensa, se dejaron ver el viernes por el 1810, entre ellos la vocera estatal, tan ajena al ejercicio periodístico, y el del Municipio Capitalino del que se esperaba más oficio.
¿A poco no?
-¡PREEEPAREN!-
Aclaración.
La comida del gobernador panista Francisco Domínguez y el coordinador de los diputados locales de Morena, Mauricio Ruiz Oláes, el viernes 31 de mayo, no fue en el restaurante La Bocha, como se le dijo aquí, sino en el Argentilia.
El lugar –muy buenos los dos comederos- no cambia lo dicho aquí sobre el significado y los alcances del encuentro promovido ni más ni menos que por el dirigente estatal del PAN, Agustín Dorantes.
Tiene que ver con el propósito del mandatario estatal de coptar a miembros del Movimiento Regeneración Nacional y con la ambición del legislador de ser candidato a la presidencia municipal de Querétaro, sobre todo después del flojo desempeño del actual alcalde capitalino.
A Ruiz Oláes lo quiere el gobierno estatal como interlocutor, como se lo planteó hace meses el secretario Juan Martín Granados Torres, según ha comentado el propio diputado, que porque el pleito es con el súper delegado Gilberto Herrera Ruiz, no con Morena.
Sino que le pregunten a la también diputada Fabiola Larrondo, de ese partido, que votó gustosa a favor de la designación de Juan Pablo Rangel como magistrado de justicia administrativa o a la presidenta municipal de Ezequiel Montes, Elvia Montes, a la que también han cilindreado -¡hágame el méndigo favor!- para el 21.
Ya le contaba que cuando el gobernador poblano Rafael Moreno Valle (qepd) veía necesario acercar a algún opositor, decía que iba de compritas.
Tal vez no sea el caso.
Por lo demás, Pancho y Mauricio están en su derecho de reunirse las veces que quieran, en el Argentilia, en el rancho o en donde gusten, y ni siquiera están obligados a revelar sus acuerdos, suponiendo que los haya, porque igual comieron para platicar de la Champion o de temas federales, como dijo el segundo de ellos.
Lo cierto es que después de la sentadita con el mandatario estatal, el todavía coordinador de la bancada de Morena –que dejará de serlo en septiembre próximo- ha alentado el sospechosismo.
¿A cambio de qué?
-¡AAAPUNTEN!-
Por cierto.
¿Qué pensará el señor Mauricio Ruiz del comentario de la ahora diputada ultraderechista Elsa Méndez que al referirse a los legisladores de Morena dijo que tienen mentes retorcidas?
Es pregunta.
-¡FUEGO!-
Reprobado.
Que el ex procurador de justicia del Estado Arsenio Durán Guerrero no pasó el examen… del alcoholímetro, en una noche de estas, pero se hizo la excepción y no fue llevado al torito como sí ocurre con el resto de la perrash.
¡Porca miseria!