PLAZA DE ARMAS
- Dos versiones: la del general y la de los militares
- Crece rumor sobre pacto de Sinaloa y Federación
- EEUU crea fuerza de tarea para atacar a cárteles
- La DEA sospecha que fue premeditada la pifia
No, no es Irak: Sabino
Otros datos.
Hay desde el jueves pasado, una clara ruptura entre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y los mandos militares que integran el Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa nacional.
Esto, tras la pifia de Culiacán que dejó al descubierto la improvisación -por decir lo menos- con la que actuaron mandos civiles y militares durante el operativo para detener a Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán, quien es reclamado por el gobierno de Estados Unidos vía orden de extradición por delitos de narcotráfico.
Y digo que hay una clara ruptura porque el mea culpa del general secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, al aceptar que su tropa actuó “de manera precipitada y con falta de planeación”, dista mucho de la otra versión, difundida el viernes pasado también desde la SEDENA.
En un video subtitulado, revelado por Ciro Gómez en Imagen, el Ejército tiene otros argumentos, muy distintos a los del secretario Sandoval.
“El Ejército, la Marina y la Guardia Nacional cumplieron con su misión en Sinaloa. Soportaron durante horas el fuego, dieron protección a la población civil, abrieron caminos, quitaron bloqueos, resistieron los enfrentamientos. Defendieron sus instalaciones cuando el narco las atacó. Soportaron la primera oleada de ataques. Cumplieron con responder las agresiones, cumplieron con detener al hijo del Chapo, cumplieron con retenerlo. Cumplieron aún cuando se supo de un ataque masivo a la unidad habitacional donde viven familias de los militares. Pese a eso, siguieron adelante.
“Los militares y marinos así como los policías hoy se están jugando la vida. Hoy lo apostaron todo por todos. En ellos no recae la deshonra, ellos no tienen porque bajar la cabeza; ellos si tiene motivos para ver de frente al pueblo y decirles que ellos si cumplieron su deber”, concluye el texto surgido desde la propia Secretaría de la Defensa.
En las más de dos décadas de trabajar como reportero, nunca que yo recuerde, me había tocado atestiguar que desde el Ejército surgieran dos versiones sobre un mismo asunto. Más cuando quien marcó narrativa fue el propio general Sandoval.
Esto tiene ya un costo altísimo para el presidente López Obrador y el grupo de civiles que ha tomado el control de las decisiones en materia de seguridad nacional, comenzando por el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, quien al momento de la detención de Ovidio, se encontraba en una comida y no en el mando central, encabezando las acciones.
Pero además, como primerizos, en el operativo de Culiacán se tiraron a la basura los manuales utilizados en la captura de otros importantes capos:
La operación se realizó a plena luz del día y no en la noche, cuando el enemigo está más relajado.
No se colocaron cinturones de seguridad para evitar la llegada de refuerzos o la fuga de presuntos delincuentes.
No se suspendieron los servicios de telefonía móvil, lo que permitió la coordinación de el cártel de Sinaloa.
En fin, fue la tormenta perfecta del caso que marcará al gobierno lopezobradorista.
Así de fácil.
Así de difícil.
-OÍDO EN EL 1810-
Sospechas.
La liberación de Ovidio Guzmán, fortalece la versión del Cártel Jalisco Nueva Generación sobre un acuerdo tácito de la federación con los de Sinaloa.
Y eso, sea o no cierto, enardecerá las de por sí virulentas acciones de esa organizaciones criminal que ya ha tocado la puerta de Querétaro.
Al tiempo.
-¡PREEEPAREN!-
Preocupados.
Mientras aquí liberaban al hijo de El Chapo Guzmán, en Estados Unidos se creó una fuerza de tarea contra el Crimen Organizado Trasnacional.
El grupo lo coordinará el fiscal general de ese país, Jeff Sessions y tiene como objetivo, a Hezbolá, los Maras y los cárteles de Jalisco Nueva Generación, de Sinaloa y del Golfo.
De ese tamaño.
-¡AAAPUNTEN!-
Enemigos.
No debe olvidar el gobierno de México que hace dos años, este mismo grupo criminal ejecutó a 5 militares que viajaban en un convoy que trasladaba a un miembro del cártel de Sinaloa.
Los hechos se registraron en la Carretera Internacional 15 y el bulevar Orquídeas.
Y eso de las masacres y exterminios que supuestamente ya no realiza el gobierno es un buen argumento. Ahora los hacen los criminales en Michoacán, Guerrero y anexas.
¡Carajo!
-¡FUEGO!-
¿Pacto?
El encuentro entre efectivos de la DEA y mandos del gobierno mexicano el viernes en la Ciudad de México, fue bastante incómodo para los locales.
Y es que la agencia norteamericana les sirvió en bandeja de plata al joven narcotraficante, pero lo dejaron ir. El trabajo de inteligencia entregado por ellos fue exacto. No había margen de error. También se les advirtió del poder de fuego y coordinación de los sinaloenses.
No había falla.
Me cuentan que los funcionarios de la DEA, tras el encuentro con los mexicanos, dudan seriamente que esta acción se haya debido a una mala planeación o ejecución.
Sospechan que todo fue premeditado para dejar libre al narcojunior. Quien ya sabe que van por él y ahora se esconderá en el Triángulo Dorado.
¡Porca miseria!