Desde el templete de madera del caracol VIII, en el Municipio de Ocosingo en la Selva de Chiapas, el subcomandante Moisés, vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), salió a la luz del anochecer para asegurar que seguirán en ese camino (refiriéndose a alejarse del capitalismo), que se defenderán y que ellos no necesitan matar a soldados para continuar.
“Y solos, como hace 30 años, porque solos hemos descubierto ese nuevo camino que vamos a seguir en común”, dijo minutos antes de concluir el año viejo e iniciar este 2024.
Antes su mensaje político que duró 20 minutos, lo dio en tzeltal, la lengua que hablan los simpatizantes de esta región de Chiapas.
Junto a más integrantes de este movimiento y resguardados por hileras de milicianos y milicianas que montaron una guardia en la parte baja del templete, señaló que no necesitan de esos que están ahí (la clase política), que cree que lo saben todo y que deciden por todos los trabajadores, “como que dicen, que son sabelotodo porque ahí ganan dinero, sin trabajar sin sudar”.
Mientras el subcomandante Moisés hablaba, el ex vocero del EZLN (ahora capitán Marcos) escuchaba atento en el mismo templete, en la última hilera de simpatizantes, pegado a la pared de tabla, vestido de negro, cruzado de manos y con la pipa y pasamontañas que lo ha caracterizado por años.
Reapareció junto a Moisés, ambos rodeados por las y los milicianos antes y después del discurso.
“Compañeros, compañeras zapatistas, no necesitamos que nos vengan a dar clase o taller de político de cómo está el sistema. Tan sencillo y simplemente se ve, cómo está, quien no quiere ver será su responsabilidad, simplemente tenemos que hacer, pensar el bien”, continúo Moisés.
El subcomandante no solo mencionó a las víctimas de la violencia, a sus costados había sillas vacías de madera, en las que se mencionaba a las madres buscadoras, a los desaparecidos, a los asesinados.
“No están las madres y los padres buscadores, no están las desaparecidas, y desaparecidos, no están las presas políticas y presas políticos, no están los jóvenes asesinados y las jóvenes asesinadas, no están los niños y niñas asesinados. También no están los tatarabuelos que lucharon más de 500 años, pero no están los compañeros caídos que ya cumplieron su deber”, enlistó.
Antes, cientos de milicianos y milicianas se desplegaron en el centro de este caracol, en la plaza que se iluminó con la luz de la luna y luz eléctrica, las y los jóvenes zapatistas marcharon mientras sonaba la canción “17 años”, “cómo te voy a olvidar” del grupo mexicano Los Ángeles Azules, y la “carencia” de Panteón Rococó.
“Es lo que vamos a hacer a lo largo de estos años, el pueblo manda y el Gobierno obedece y los medios de producción es el común y es el pueblo el que va a ver, es todo, es nuestra palabra”, añadió.