SABINO MEDINA
El Estado político en general, si se puede hablar de este modo en lo que acontece principalmente en los Estados más ligados al capitalismo occidental, Europa y Norteamérica sobre todo y lo que vaya en ello a Japón, a Israel y los países árabes exportadores de Petróleo, que difícilmente podrán valorizar el petróleo, la fuerza productiva fundamental, hasta ahora, del resto de las ramas industriales, especialmente la petroquímica, armamentística, automotriz, textil y la totalidad de la reproducción ampliad del capital, hasta su enorme cúspide accionaria y especulativa.
Habría que desarrollar punto por punto cada circuito de producción y reproducción del capital, entiéndase no del dinero, no del numerario depositado y cristalizado en enormes volúmenes inerte, conservando su valor de cambio, con apenas ínfimos intereses, hasta que consigan no ser erosionados por las devaluaciones monetarias y accionarias de todo tipo.
Si esto acontece en los circuitos del capital y del dinero inmovilizado en bancos y en otros valores, incluyendo los depósitos en reserva de oro; el final del auge minero que nos montaron en México los pasados gobiernos, lo que se avecina para nosotros no parece nada halagüeño, empezando y terminando con el narcotráfico, cuyo intercambio de réditos por dinero, lujo y armas, residencialismo, etc., empeorará las condiciones en que pueda rehacerse la reproducción capitalista.
Por eso las clases medias se alebresta en estos países y en el mundo entero y, como la automatización del trabajo intensifica el desempleo, a la par que la productividad que ocupa cada vez menos cuanto de trabajo vivo; frente a eso la paralización del comercio mundial, desvalorizando los productos y las materias primas de los países menos capitalizados, entiéndase Pemex por ejemplo en México, cuya obra destructiva la consumaron los tecnócratas de derecha, del centro y hasta de la seudo izquierda, como se vió en Brasil, en Argentina, y el resto de las economías latinoamericanas seducidas por las mono exportaciones de azúcar, soja, maderas, ganado y fuerza de trabajo impaga, vegetando como puede en las favelas y en los barrios de todas las ciudades del mundo.
¿Cuál de los agrupamientos formales que vemos que subsisten, a cual más parasitarios y rentistas de los presupuestos públicos se atreven siquiera a cuestionarse esto que esboza débilmente?
Por eso las cúpulas se angostan y sobreviven, viendo como disminuyen sus privilegios y esto mismo acontece con las estructuras instituciones, llámense Tribunales electorales, administrativos, del trabajo, y, así esferas enteras de todas clase de esferas burocráticas, principalmente las educativas y las de la salud, las policíacas, etc.
La pandemia vino a destapar y precipitar mayormente estos fenómenos de la crisis y ya no se diga, lo que se mira en los municipios donde se infecta e infiltra la especulacion del narcotráfico; véanse si no estos pasa inadvertido con los desarrolos urbanos de los estados de Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Morelos y, en general en todos los centros turísticos que antes rebozaban fiesta, optimismo y placer de masas y élite doradas.
Entiendo que las cúpulas de los partidos en México y en el mundo entero, difícilmente advierte y se previenen de ello; si no fuera así, la totalidad de ellos no permitirían las reelección de sus cuadros representativos a todo nivel, lo mismo que asfixiar a los votantes con exclusiones, abandono y desinterés político, abarcando loa cuados académicos que exigen cada vez mayores presupuestos federales y estatales.
Habrá que analizar punto por punto, cada esfera y cada situación concreta. ¿No es acaso una expresión de esta crisis que una persona jubilada, como en miles de casos, se postule para altos cargos públicos y en puestos de elección popular simulados? ¿Qué alternativas pueden ofrecer a quienes les han despojado de sus tierras, entre miles de formas de espoliación y explotación social?
De todas maneras deseo a todas la poblacion queretana, rural y urbana, que tengan una navidad familiar donde la calidez, el optimismo social campee por una firme voluntad de lucha, todo esto desde una publicación de provincia como Plaza de Armas, que en muchos aspectos tiene mejores textos y páginas que alguna prensa mal llamada “grande”.