COLUMNA PLAZA DE ARMAS
Exitosa primera visita de Pepe Meade
Tricolores habemus: Sabino
- Reconoce Meade al “Pollo” Torres Landa
- Hasta azules con el precandidato del PRI
- Juana Cuevas, gran apoyo del aspirante
- Ernesto Luque coordinador de esta visita
POR: SERGIO ARTURO VENEGAS RAMÍREZ
Estaban todos.
El plato fuerte del día estaba reservado para el encuentro con la militancia priísta (sectores, organizaciones, estructura), en el feudo de los Torres Landa: Provincia Juriquilla, que abriría al medio día las puertas al precandidato del PRI-Verde-¿Panal?, José Antonio Meade Kuribreña y a su esposa Juana Cuevas.
Dos horas antes (tras tomar café en La Mariposa con personajes como el pintor de sangre azul, Juan Muñoz; el ombudsman en tiempos panistas, Adolfo Ortega, o el notario amigo de azules, rojos y morenos, Fernando Lugo), el dos veces secretario de Hacienda, de Desarrollo Social, de Relaciones Exteriores y de Energía, le entregaba en el Club de Industriales el premio al Empresario Priísta a Juan Arturo “El Pollo” Torres Landa.
-Yo no conozco tu casa, pero sí tu plaza (de toros), a la que he ido, de la que aún no he salido en hombros, pero donde tampoco me ha cogido ningún toro, le soltó Meade al empresario taurino, que públicamente comprometió su voto al tricolor.
El encuentro con 250 empresarios y políticos queretanos, permitió a Meade tantear el terreno y analizar la situación del PRI estatal.
Ahí habló Juan José Ruiz, el dirigente local, que quiso dar clases de historia al hablar del Imperio y de Maximiliano con un discurso inconexo, anticuado e improvisado, que no es lo suyo, por cierto.
El precandidato del PRI, contestó dos rondas de tres preguntas. Nada para recordar. Un día de campo.
La apretada agenda tuvo la mano del delegado de Sedesol y amigo personal de los Meade Cuevas, Ernesto Luque Hudson que, a petición del aspirante, lo acompañó a todos los encuentros, le acercó –y alejó- gente.
Así llegó el medio día y la pareja que busca llegar a Los Pinos, se metió a Juriquilla, donde los aguardaban cerca de dos mil priístas.
Fue un acto de resucitados, vivos y vivísimos.
Antes del arribo del precandidato, los queretanos buscaban afanosamente estar cerca o en la primera fila, si el Estado Mayor les permitía cruzar la valla perimetral.
En los sitios principales ya se encontraban los ex gobernadores Antonio Calzada, Mariano Palacios y Enrique Burgos y el displicente interino, Jorge López Portillo.
Y como pudieron, fueron acomodándose Jesús Rodríguez, Hugo Cabrera, Fausto Foyo, Manuel Pozo, Chicovel Alcocer, Tonatiuh Salinas, María Alemán.
Los más saludados: Roberto Loyola Vera, que tuvo especial mención del precandidato. Mauricio Ortiz, cercano al dirigente nacional, Enrique Ochoa, ausente en el acto.
Y Pancho Pérez, el aspirante a la alcaldía capitalina que se tomó unas 20 selfies con militantes que lo abrazaban en su camino a la primera fila.
Hubo quienes se pasearon por la primera fila, ansiosos de ser vistos. Reconocidos. Saludados. Haciendo como que trabajaban. Como que están cerca del futuro Tlatoani.
Esos a los que el tiempo se les fue y no se han dado cuenta. Viudos, les dicen sotto voce.
José Antonio Meade se tardó 30 minutos en recorrer las 55 filas de sillas, hasta llegar al presídium. Fotos, abrazos, besos, apretujones a este hombre que en las últimas semanas se ha fajado para lidiar con el dinosaurio tricolor que cuando despertó, seguía ahí.
De un brinco, subió al escenario para sorpresa de los presentes y saludó a la concurrencia. Unos segundos después, el presidente estatal del PRI, Juan José Ruiz, reaccionó y lo imitó.
Ya arriba le levantó el brazo izquierdo mientras el maestro de ceremonias alentaba: ¡Pepe Meade! ¡Pepe Meade!
Luego vino otro discurso descuadernado, tarjeteado, a gritos, de JJ. Muy parecido al del Club de Industriales, con lugares comunes y en el que le dedicó cinco minutos a golpear a Ricardo Anaya y otros tantos a Andrés Manuel López Obrador. Y solo dos a su precandidato. No conectó con el respetable.
Y tocó el turno a Meade, que habló de revanchas electorales y de traiciones.
Reconoció a los exgobernadores:
A Antonio Calzada, le reconozco su presencia, muchas gracias.
A Enrique Burgos, que con talento y voz que respeto, nos representa en el Senado, muchas gracias.
A Mariano Palacios, gran político que no solo ha gobernado este estado, nos ha representado en el extranjero. Llevó, por así decirlo, las oraciones de los mexicanos a El Vaticano. Hasta allá llega su influencia. Gracias Mariano.
López Portillo, gracias por permitirnos cerrar bien el sexenio pasado.
Y a Roberto Loyola, gracias por estar en este partido que te aprecia y reconoce.
A Mauricio Ortiz Proal que apoya desde la Cámara de Diputados…
Y nada para Juan José Ruiz.
A su amigo Ernesto Luque ya le había hecho un reconocimiento en el Club de Industriales, recordando que trabajaron juntos en la Sedesol para combatir la pobreza.
Y retomó su discurso contra los que dividen. ¡Fuera!, gritaba Meade y los priístas secundaban.
-¡Les vamos a ganar!, repetía.
Regalar dinero –lanzaba contra Ricardo Anaya- es traicionar a México: ¡Fuera!
Engañar a la gente con falsas promesas –aludía a López Obrador- es traicionar a México: ¡Fuera!
En Querétaro la gente está acostumbrada a hacer equipo. A trabajar. Aquí, en esta tierra
–encendía la mecha- el país se puso de acuerdo para un proyecto de nación que no permitiremos se destruya.
-No vamos a permitir que dividan al país, en Querétaro haremos equipo y tendremos la revancha, más allá de traiciones.
El que entendió, entendió.
-OIDO EN EL 1810-
Promesa.
Una de las cartas fuertes del priismo local que ha sumado en su partido, es la actual secretaria particular de Mario Calzada, alcalde de El Marqués, Lynda Rangel. Me aseguran que en su partido la ven como la opción más clara para encabezar el distrito sexto local, por su experiencia y cercanía con la gente. De hecho, en los próximos días se estará materializando la designación de esta joven promesa del priismo queretano.
No la pierda de vista.
-¡PREEEPAREN!-
Cercanísimo.
Se evideció la gran cercanía de Ernesto Luque Hudson y de su esposa con la pareja formada por José Antonio Meade Kuribreña y Juana Cuevas.
Al actual delegado de Sedesol encomendó el precandidato gran parte de su agenda en Querétaro.
No lo pierda de vista.
-¡AAAPUNTEN!-
Vigilado.
Cuando habló de la fiscalización y transparencia en los recursos de las precampañas y campañas, José Antonio Meade comentó que el INE tiene siempre a seis o siete enviados que revisan hasta cuándo café se consume en sus desayunos, cuánto cuesta y quién lo paga.
¡Órale!
-¡FUEGO!-
Y ahí estuvieron.
Los del futuro: Braulio Guerra, Pancho Pérez, Mario Calzada Mercado, Mauricio Ortiz, María Alemán, Mariana Ortiz y Paul Ospital, entre otros.
Y los del pasado sin gloria, que quieren volver, como el sanjuanense Fabián Pineda. O los que quedaron mal, como Jorge López Portillo, Mauricio Salmón y Tonatiuh Salinas Muñoz.
¡Porca miseria!