Alrededor de 50 vecinos de la comunidad de Bravo, en el municipio de Corregidora, protestaron este 13 de agosto frente a las instalaciones del Centro de Atención Municipal (CAM) para exigir una solución definitiva a la falta de agua que, aseguran, padecen desde hace tres años. Las y los manifestantes denunciaron que, aunque la Comisión Estatal de Aguas (CEA) les envía pipas semanalmente, el abasto es insuficiente y muchas veces no alcanza para toda la comunidad.
Guadalupe Alanís, una de las habitantes inconformes, relató que la situación afecta su trabajo y la vida diaria de cientos de familias. “Yo tengo un taller, tengo como 28 trabajadores que están saliendo a hacer del baño a la calle porque no tenemos agua, eso no puede ser posible”, denunció. Aseguró que la CEA les proporciona las pipas y busca solucionar así el problema, pero “eso ya no lo queremos”.
La habitante recordó que antes las interrupciones hídricas eran ocasionales, pero ahora el problema se ha agravado. “A nosotros no nos fallaba. Igual que en todos los lugares, se quemaba la bomba 8 días, era lo máximo. Hasta 15 días llegamos a estar sin agua por las bombas (…) pero ahorita yo, en mi casa, he tardado hasta seis meses para que se llene una tina de agua. Entonces, ¿con un tinaco cada semana? Somos siete (personas) para poder estar sobreviviendo. Así somos muchas familias”.
Las manifestantes, entre ellas Aracely Centeno Maya, denunciaron que la falta de agua también impacta a instituciones educativas de la comunidad, entre estas: la secundaria José Guadalupe Velázquez; el Colegio de Bachilleres del Estado de Querétaro (COBAQ) plantel número 19; la primaria 16 de septiembre; y el jardín de niños Esperanza McCormick. Entre ambas contabilizaron la matrícula afectada: “Hay como 150 niños en el jardín de niños, en la primaria hay como unos 260 niños, en la secundaria hay como 700 niños y en el COBAQ como 400 a 450 niños”.
Alanís añadió que, en ocasiones, las pipas no alcanzan para todas las viviendas. “Nos dicen: ‘¿sabes qué? Ya no me alcanzó porque ya le dejé a tal. Ya no tienes agua. Te tienes que esperar hasta la próxima semana o hasta la próxima vez que venga la pipa’. Entonces es que te toque el tinaco cuando tengas suerte. Porque si lo llenaron en la parte de abajo, ya no tenemos agua”.
Las vecinas señalaron que continúan recibiendo recibos de cobro por el servicio, a pesar de la escasez. “Los recibos están saliendo. Por ejemplo, a mí este mes me salió de 700 pesos. Sin un tinaco de agua”, denunció Alanís, quien también rechazó el proyecto estatal ‘Sistema Batán, Agua para Todos’. “Nosotros no queremos lo que quieren hacer con la presa del Batán. Nadie está de acuerdo. Nos quieren echar agua sucia para ellos traerse el agua limpia (…) Ellos quieren calmarnos con decirnos que ahora nos van a bombear agua que realmente México no tiene la capacidad para filtrar. Y nos llegaron volantes donde nos están proponiendo que quieren hacer un experimento porque realmente sabemos que México no tiene la capacidad para filtrar agua”.
En respuesta, el alcalde de Corregidora, Josué David Guerrero Trápala, aseguró en entrevista que el problema es competencia de la CEA, aunque el municipio brindará acompañamiento. “Es un tema de la CEA, entiendo que vengan a vernos aquí a nosotros y los vamos a atender con mucho gusto; sin embargo, aquí es muy claro: el agua no es un tema municipal (…) Creo que esto puede ser un reflejo de lo que viene comentando el gobernador en su propuesta del Batán: necesitamos actualizar la red de servicios en todo el estado, pero también actualizar el suministro. Nosotros aquí los vamos a atender, vamos a acompañarlos con la CEA y yo personalmente también tendré comunicación con el vocal (ejecutivo de la CEA) para ver de qué manera se puede atender este tema que ya viene presentándose”.
El edil señaló que, en el caso específico de Bravo, los técnicos han planteado instalar un tanque elevado como posible solución, aunque esto, dijo, requiere inversión y coordinación con la CEA. “Entiendo que la CEA ha estado enviando pipas para poder atender este tema. Entiendo también que la molestia ciudadana es que ya no quisieran tener las pipas y quisieran tener un servicio constante, pero bueno, eso tiene que estudiarse a profundidad y ver en qué representa, tanto en volumen de agua que se debería suministrar, como en el recurso que se tendría que destinar para adecuarle a la infraestructura”.




