La dependencia del maíz amarillo extranjero en México, que el año pasado fue de 39%, crecerá en el 2024 a un nivel de 45.3%, la cifra más alta desde 1960, revelan cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Ello, no obstante, los 50,291 millones de pesos que el Gobierno federal aplicó, desde que inició su mandato, al programa Precios de Garantía para elevar la producción de éste y otros granos de pequeños agricultores y al que en este año le destinó 12 mil 500 millones más.
México es superavitario en maíz blanco y deficitario en amarillo, de ahí que deba importar ese diferencial, que hasta el 2023 fue de 39%.
Sin embargo, el USDA estimó que en el 2024 los surcos mexicanos cosecharán en total 25.5 millones de toneladas de maíz (entre blanco y amarillo), una baja anual de 9.2% y el menor volumen en los últimos nueve años.
De sus cifras se extrae que la tasa de autosuficiencia alimentaria de maíz en México bajará al 54.7%, desde el 61% del 2023, en razón de la menor producción proyectada y un consumo interno récord de 46.6 millones de toneladas, 1.3% más que el año pasado.
La autosuficiencia alimentaria resulta de dividir la producción nacional entre el consumo interno, lo que con base en las cifras del USDA da 54.7% en el caso del maíz mexicano; a ese resultado se le resta 100, lo que arroja el grado de dependencia al grano importado.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) refiere que la autosuficiencia alimentaria se logra a partir de un nivel mínimo de 75% en esa métrica.
Dada la menor cosecha y el mayor consumo en México, el USDA anticipó que las importaciones de maíz, que en el 2023 aumentaron 10.2% anual, escalarán a un nuevo volumen récord, ahora de 19.6 millones de toneladas.
La apreciación del peso frente al dólar y la caída del precio mundial del maíz, por cosechas récord en Estados Unidos y Argentina, fortalecen la previsión del USDA.
Rogelio García Moreno, vicepresidente agrícola del Consejo Nacional Agropecuario, explicó que la menor producción de maíz proyectada para México por el USDA es resultado de la sequía que desde el año pasado vienen sufriendo los principales estados graneros del País, en especial los del norte, como Sinaloa y Chihuahua, y del Bajío, como Jalisco.
Pero también lo achacó a la cancelación que hizo el Gobierno federal de los apoyos para la agricultura comercial y de la intransigencia de éste para permitir el uso de semilla genéticamente modificada en el País.
Ello, no obstante, que ha quedado demostrado que esas semillas no son dañinas para la salud y que además permiten mejorar el rendimiento de los cultivos pese a la falta de agua, tal como recién se demostró en los surcos de Estados Unidos.
“No es bueno este nivel de dependencia y eso es un indicativo de que hay muchas cosas que se tiene que hacer en pro de los sistemas modernos de producción, tenemos que adoptar esas tecnologías (en semillas híbridas y con genética modificada), mientras no suceda eso vamos a ver cómo el cambio climático le hace cada vez más daño a nuestros cultivos”, advirtió García Moreno.