Solamente una obra ofreció aquella mujer aspirante a gobernar su estado, una nada más y los electores la entendieron, la aceptaron y votaron por quien se comprometió a realizar una sola obra en todo el sexenio y no por quien prometiera puñados de ellas. Destinar todo el presupuesto estatal de seis años para la construcción de una carretera fue lo que ofreció e hizo Doña Griselda Álvarez, la primera mujer gobernadora en México. Comunicar a un estado porteño como es el de Colima, con el resto del país para abrir fuentes de trabajo fue su objetivo y vaya que lo logró, porque desde hace 36 años que se concluyó la autopista que va de Guadalajara a Manzanillo, gigantesca obra, además de reducir tiempo de trayecto de seis y a veces de hasta ocho horas por lo accidentado de su angosta carretera, a tres horas y media, las fuentes de trabajo crecieron exponencialmente.
Traigo a la memoria esa hazaña de arrojo y diplomacia política que necesitó de honradez, eficiencia, perseverancia y altos niveles de gestión con el gobierno federal y estados circunvecinos para que ellos también aportaran recursos al paso por sus territorios, porque Querétaro debería tener una autopista que cruce el estado desde su ciudad capital y zona industrial, para comunicarlo en sólo tres o cuatro horas, con el Golfo de México, puerta hacia Europa, y lograr con ello toda la gama de oportunidades comerciales, industriales y turísticas generadoras de ingresos.
La capital de Querétaro y su zona más poblada tiene la particularidad de situarse en la orilla del estado y el hecho de cruzar por esta zona carreteras que comunican con la capital del país y con el norte, principalmente, hoy es desventaja porque el incremento de tráfico pesado la estrangula al grado de no ser tan atractiva para la inversión como otros estados lo son. Mientras a tiros y jalones la zona metropolitana de Querétaro avanza, el resto de la entidad agoniza por la falta de flujo económico, por la emigración de su gente en busca de trabajo, porque a esos municipios semi abandonados, que son la mayoría, sólo van los políticos y los que no lo son, pero aspiran a gobernar, a pedirles el voto, a tocarles “asqueaditos” sus manos duras de tanta espera. No más.
Una autopista que cruce el estado hasta llegar al puerto de Tampico, por ejemplo, daría el mayor empuje a la entidad nunca visto, uno que beneficiaría a decenas de generaciones completas, uno que reviviría a Querétaro y lo integraría deveras, a todo Querétaro, al desarrollo del país. Pero ya será para dentro de seis años, quizá para entonces surja alguien que quiera realmente cambiar el destino de todos, pero de todos los queretanos, hoy al menos en las campañas los candidatos casi salen reprobados con sus propuestas que reflejan la ausencia de vocación política y sentido de trascendencia de sus actos.
Aquí van algunas propuestas de párvulos para documentar el pesimismo: Escuchar a la gente, regularizar estudiantes, rampas para discapacitados, matar a los rateros, cercenar a los violadores, apoyo y armonía a los empresarios, abrir comercios 24 horas, convertir casa de gobierno en museo, no salir al extranjero, trámites gubernamentales en línea, programa de herencias (¿?) hacer un gobierno con las mujeres (¿?), más seguridad pública, apoyar emprendimiento de nuevos negocios, tener gobierno con perspectiva de género (¿?) ser valiente.
Las elecciones del año 21 del siglo 21 se han caracterizado por tener abundancia de mujeres y pobreza de propuestas, de intenciones, de compromisos, ¡ah¡ pero las campañas fueron “matraqueras” como en la prehistoria. El tiempo se acabó. AL TIEMPO.