La camiseta roja y negra del AC Milán no es un pedazo de tela más. Es la misma que vistieron iconos del fútbol mundial: Paolo Maldini, Marco Van Basten, Kaká, Andrea Pirlo, y más recientemente, Zlatan Ibrahimovic. Es una camiseta cargada de historia, de sacrificio, de gloria y, sobre todo, de un legado que no se olvida. Ahora, esa camiseta tiene un nuevo dueño, un nuevo jugador que ha llegado con la misión de escribir su propia página en la historia de uno de los clubes más grandes y respetados del mundo. Santi Giménez, el joven mexicano que aterriza en el Stadio San Siro con una fuerza desbordante, se une a un club de élite, en una liga de élite.
El AC Milán no es solo un club. Es una máquina de generar historia. Cada partido jugado en el San Siro no es solo un enfrentamiento de 90 minutos, es una batalla en la que se disputan décadas de tradición, de títulos, de victorias épicas. Y ahora, un jugador mexicano se suma a esa lista, un jugador que, con apenas 23 años, tiene en sus hombros una carga inmensa: la expectativa de una hinchada que exige más que buenos momentos, que espera resultados inmediatos. Y es que, si el Milán te llama, el reloj no tiene paciencia. La exigencia es total, la gloria es ahora.
Aunque no es el primer mexicano que ha coqueteado con la idea de vestir esta gloriosa camiseta, su llegada tiene una diferencia crucial. Tal vez todos recordemos aquella curiosa anécdota de Pedro Pineda, un delantero mexicano que, en los años 90, fue “fichado” por el Milán tras una invitación a entrenar con ellos. Un romance fugaz que nunca se materializó, pero que ha quedado como una especie de mito entre las generaciones futboleras. Sin embargo, lo de Santi es diferente. Su inclusión es estelar, un fichaje de alto calibre, una apuesta de presente y futuro. No hay lugar para las anécdotas fugaces, la apuesta por Giménez está hecha en serio. Se espera que, al igual que sus predecesores, Santi aporte goles, sacrificio y, sobre todo, ese algo que solo los grandes tienen: carisma y personalidad para llevar una de las camisetas más pesadas de todas.
Es importante destacar que, aunque Santi Giménez nació en Argentina, creció y se formó futbolísticamente en México, y fue por decisión propia que decidió representar el fútbol mexicano. Pero, no importa si nació en Argentina o en Timbuktú, como decía Chavela Vargas, “los mexicanos nacemos donde se nos da la chingada gana”. Así que, aunque su origen es argentino, su corazón y su pasión por el fútbol llevan la huella de México, no por raíces, sino por ese carácter que nos caracteriza a los nacidos en esta tierra. Hoy todos, o casi todos, los mexicanos somos rossoneros. Y al igual que el canto de “Sara Perché Ti Amo”, que suena en las gradas del San Siro, los mexicanos ahora cantamos, con la misma emoción: “será porque te amo”, ya que el sueño de llegar a este club no es solo suyo, es de todos los mexicanos y el primer gol, la primera victoria, será la afirmación de que, como el Milán mismo, Santi pertenece ya a la élite del fútbol mundial.
La aventura de Santi en el Milán apenas comienza. La exigencia es alta, pero él está listo para asumir el reto. No importa de dónde venga, ni cuántos caminos haya recorrido. En el Milán, todo se reduce a lo mismo: en el campo es donde se forjan los héroes, y Santi ya tiene la oportunidad de ser uno de ellos, de ser uno de sus héroes.