Ningún mexicano en su sano juicio debería festinar el quebranto en la salud de LÓPEZ OBRADOR. Desde BENITO JUÁREZ no se ha muerto por motivos de salud un presidente en funciones y con todo y las previsiones constitucionales, quienes deben cumplirlas son seres con ambiciones y podríamos vivir una auténtica cena de negros… o morenos, sin ánimo peyorativo. ¡Dios nos libre!
Agua del poder muchos quieren tener.