MEXICO, EN MEDIO DE DOS MUNDOS Y EL PROPIO
México tiene, al norte, la más grande potencia industrial frente a la cual estamos en relativa y total desventaja desde el ángulo que lo queramos ver.
Al Sur, tenemos el subdesarrollo y el nuestro propio, el que se quiere revertir y convencionalmente denominamos el sureste mexicano.
Con todo y eso, ninguno de los Estados del Sureste mexicano acusa los rezagos de las repúblicas centroamericanas. ¿Cómo explicar esta contradicción, si cualquiera de estos países tiene más inversión directa externa, que lo que miramos y tenemos en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Quinta Roo y Yucatán, descontando las inversiones hoteleras, la mayoría de las cuales pertenecen a las grandes cadenas internacionales? Tabasco y Campeche, merecen un análisis aparte por la explotación petrolera, y Veracruz es la excepción al subdesarrollo capitalista con sus grandes y variados recursos naturales (petróleo, gas, caña de azúcar, ingenios azucareros, piña, café, fundos azufreros, inversión nacional e industria manufacturera, más el gran mercado interno y externo por sus tres grandes puertos dotados de vías de comunicación).
Con todo y eso, Veracruz acusa enorme subdesarrollo y una crisis capitalista que se entrevera con los rezagos del subdesarrollo agrario de su pasado reciente feudal, frente al cual se levantara el más poderoso movimiento agrario social dejado a mitad de camino.
Sólo el Estado de Veracruz, supera la estructura agraria, industrial y comercial de cualquiera de nuestros países hermanos centroamericanos. ¿Por qué acontecen así las cosas? Quizá por haberle quitado a esa entidad el cáncer feudal y por haberse iniciado ahí, fundamentalmente, la expropiación petrolera de 1938 y ser la base productora, en Minatitlán, de la gasolina que consumía el país, además del azúcar, por hablar de dos productos de la tierra y la industria que se entreveran históricamente.
¿Puede México ayudar a resolver los problemas y a superar las contradicciones del profundo subdesarrollo que se da en Centroamérica? En parte lo ha hecho siempre, pero sus propias contradicciones lo condicionan por dentro y por fuera del capitalismo mundial, bajo cuyas tasas de acumulación interna e internacional naufragan los avances de su revolución democrática burguesa.
Los niveles de pobreza y marginamiento que tienen Guerrero y Oaxaca, son semejantes a los que padece Honduras, Guatemala y otros, mismos que se atemperan con la emigración interna y externa de su población; pero que sólo mitigan y perpetúan el mal social de fondo que da todo capitalismo.
El Norte del país es, de modo distinto otra realidad y a la vez la misma; un sí y un no de la misma dialéctica del subdesarrollo en el subdesarrollo de que nos habla Gunder Frank; pero con todo y todo un Norte transformado por la misma Revolución social de 1910, que fraccionara y repartiera la tierra, sin que las reformas agrarias puedan acabar con las excrecencias feudales adicionadas por el dominio del capital que se aposenta para extraer materias primas, (recursos mineros, madera e intercambio comercial desigual con la potencia norteamericana, especialmente con Texas, Arizona y Nuevo México).
¿Cuánta inversión norteamericana se reproduce y se valoriza en la Península de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas? Estos Estados Mexicanos, son el presente representado, de lo que fueran los Estados del Sur de EU, frente al Norte en la guerra civil; sólo que sin la esclavitud y el monopolio del algodón exportado a la potente nación industria textil de Inglaterra, que era quien capitalizaba esa enorme renta agrario feudal y no la nación de Jorge Washington.
De esta doble manera y con otras formas, estamos uncidos al capitalismo mundial y dentro del mismo se intenta llevar a cabo una cuarta transformación, mitigando el neoliberalismo con efectos unilaterales funestos al desarrollo económico y social de México.
ESO Y NADA MÁS SE PROPONE REALIZAR EL PRESIDENTE MEXICANO ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, ANTE LA INCOMPRENSIÓN DE LOS SECTORES CONCESIONARIOS Y EXPORTADORES DE NUESTROS RECURSOS, DE LA MISMA MANERA QUE OCURRIERA EN EL SUR DE LA PATRIA DEL TOM, TODOS LOS MATICES HISTORICOS A SALVO, ENTRE UNA EPOCA Y OTRA DE AQUÍ Y DE ALLA.
¿Un muro en la frontera de México, aparte del subdesarrollo y la desigualdad entre una economía y otra; una, la nuestra, subsumida en aquella?
¿Bloquear la frontera? Significaría “ahogar” su propia capitalización internacional y eso afectaría a la economía y al sistema norteamericano, tanto o más de que lo que dañaría a México. El problema es otro, hay que entenderlo y es mejor que así sea.