DESDE LOS BALCONES
Están repitiendo la misma ESTRATAGEMA en que se perdieron hace dos sexenios: desgaste como simulación, en vez de lucha.
La crisis política que se padece en México, deriva del gran reparto que tuvo lugar de las rentas y el valor del petróleo mexicano.
Nunca antes hubo tal derroche, saqueo y robos de la riqueza pública y a ello contribuyó la tecnocracia, a la que sobrevino una deformación de la misma, derivada sobre todo, del endeudamiento externo y del desmantelamiento del aparato productivo público que, por su debilidad ante el capital mundial, hubo de sucumbir, no sin otorgarle migajas dinerarias a la derecha que acechó al país desde la década de 1920-1930, acentuada a partir de Lázaro Cárdenas.
Las grandes empresas y medios de comunicación forman parte de este proceso de acumulación originaria; lo mismo que el aparato crediticio bancario, que devino adventicio y subsidiario de la banca mundial, con los créditos que de éste tuvo que pagar hasta su propia extinción como intermediarios industriales, que ya no pudieron operar del mismo modo que lo hicieran antes, cuando las empresas que generaban mayor valor interno, de pronto se encontraron con el descomunal mundo accionario de sus nuevos poseedores y ya sin poder valorizarse el resto de los capitales fijos, cuyos costos y competitividad quedaron al margen de la cuota media mundial de ganancia, favorecida ésta por la depreciación nuestra nacional y de toda la economía mexicana.
¿Qué le quedaba por alternativa al sub capitalismo subsidiario mexicano? Someterse a la subsidiaridad comercial con los mismos productos de consumo y tecnológicos que nos impuso el mercado mundial. Así es la economía y a tal proceso vino en auxilio la corriente neoclásica que se apartó de la teoría del valor de David Ricardo y hasta del propio Lord Keynes, (Walras, Jevons, Menger y sus seguidores en EU, entre ellos Hansen y el monetarismo de Freeman que vino a disponer de los capitales ahorro líquidos de los trabajadores: IMSS, ISSSTE, FERROCARRILES, ETC.)
En la superestructura política, la privatización, más bien la internacionalización y la trasnacionalización de la economía, requirió de personajes fantasmales, “vengativos”, caricaturescos como Vicente Fox, el propio Zedillo y, desde luego Felipe Calderón, hasta que se vió culminado este proceso con Peña Nieto, que concesiona todo el golfo de México y los litorales donde yacen las reservas del petróleo y el gas.
Andrés Manuel López Obrador representa una interrupción de ese proceso y un intento de reconstruir la economía nacional, operando a su favor el ciclo de crisis que se halla inmerso el capital mundial, según se ve, a partir de la exportación masiva del capital a ese centro mundial en EU.
El bonapartismo que surgiera de la revolución mexicana, le sirvió de pretexto fragmentario, discursivo al semirranchero, caricaturizado de Fox y luego al egresado de la Libre de Derecho, ignaro en historia y en economía, de Felipe Calderón, una especie, ambos, de Boris Yeltsin de tercer mundo, pero dóciles peones del capital español, éste último a la par tributario de la Banca Morgan y el Banco Mundial.
Todos estos fenómenos político económicos se encuentran completados, por decirlo de algún modo; de ahí que la oposición toda de derecha no pueda articular ningún intento de recuperación económica y de esta misma frustración económica ideológica, pretendan subsanarla o prolongarla en el tiempo, con medidas clientelares que sometan a los distintos segmentos de la clase media y de ahí a la totalidad del pueblo trabajador y campesino del país.
Por eso su mejor bandera es atacar al Presidente Andrés Manuel López Obrador, como sujeto de este proceso económico ruinoso del que no fue parte; pero lo necesitan como sujeto imaginario histórico; una hipóstasis presidencial a modo, para según ellos, volverse a echar en brazos de Repsol, Iberdrola, entre otras acumulaciones fracasadas internacionalmente, ante el embate industrial en Europa, de la producción China, La India, y la recomposición que buscan tanto Inglaterra, Francia y Alemania, en toda Europa.
Ideológicamente son tributarios sin saberlo, o a sabiendas de las desventuras internacionales de la democracia social cristiana, pero sin la poderosa inventiva de la ciencia alemana, misma que no crece en los ranchos de San Cristobal, o con las asesorías internacionales y sus depósitos bancarios de meras rentas procedentes del crédito público del Estado Mexicano.
Quieren e intentan derribar y apartar del poder a Andrés Manuel López Obrador, aunque esto lo intenten a fuego lento, con articulitos de opinión, mediciones y encuestas, debates falsos, artificiales y uno y mil remilgos sacramentales que inventan para mantenerse vivos y con veladoras políticas. FRACASO ROTUNDO Y ASEGURADO, QUE NI VASCONCELOS, QUE ERA BUEN ESCRITOR, PUDO LOGRAR FRENTE A CALLES Y OBREGON, LO MISMO QUE DON MANUEL GOMEZ MORIN, GRAN HECHURA BANCARIA DE LONDRES Y MEXICO, CUYOS CAUDALES Y VALORES COLINDABAN CON EL DOMICILIO DE DON Porfirio DIAZ.