DESDE LOS BALCONES
La singularidad, en cuya individualización se congela la realidad, nos sirve de muy poco para entender a esta última; quizá por eso no conviene detenernos demasiado en la notoriedad oportunista que reviste el caso de Rosario Robles Berlanga, de “Alito”, el ex gobernador de Campeche, Alejandro Moreno; en tal caso, más representativo de tales procesos priistas lo son Carlos Sansores Pérez, o bien Víctor Cervera Pacheco, de Yucatán, que, en su tiempo, tampoco llenaron un capítulo de toda esa época: el final del diazordacismo y el Echeverrismo, antesala de todo lo todavía más funesto que le iba a pasar a nuestro país.
Por eso me doy la libertad de retrotraer esta narrativa a los años de 1973, 7 de junio de ese año, en que conocí, por primera vez, a esa ensoñadora ciudad de Uruapan, que me deslumbrar desde entonces y hasta ahora, (así quiero recordarla siempre), como una ciudad añosa, sombreada, destilando niebla y humedad y una calidez que, según parece, ahora ha desaparecido.
¿Qué le pasó a Uruapan? Que pasó a transformarse de una ciudad comercial regional, a convertirse en una metrópoli regional con algo más del capital comercial con que siempre se manejó a lo largo de décadas y donde los habitantes de la Meseta Tarasca, acudían a intercambiar productos artesanales y de consumo, por mercancías provenientes de los centros industriales de todo el país.
No creo que Uruapan, por esos años, tuviera más de 100 mil habitantes, su padrón electoral arrojaba un registro de 75 mil, años más tarde le duplicarían esa cantidad sin que fuera real la cifra de inscritos.
Lázaro Cárdenas del Río, le proporcionó a Uruapan un hermoso “Parque Nacional”, que nace en la Rodilla del Diablo, de donde surge también el famoso Río Cupatitzio, todavía limpio entonces y solitario hasta la cascada de la ”Tzaráracua”, lugar emblemático de las gentes sencillas y pacíficas que la iban a admirar como un prodigio natural, rodeada de vegetación entonces.
La extensiva siembre del aguacate y su exportación, agregado a la devaluación monetaria del peso frente al dólar, generó las condiciones de codicia y concentración desenfrenada de capital que se deriva de esa exportación y de su comercio boyante, el más importante después del de Morelia y superior a la actividad con que pueda contar Pátzcuaro, todavía con gran atractivo por su inmenso lago del mismo nombre y la traza mejor y más urbanizada que la propia Uruapan.
Morelia a Uruapan, pasando por Tzintzuntzan, Quiroga, Zirahuen, Tingambato y una enormidad de hermosas poblaciones con gran sabor indígena agrario, cuestión ésta que resulta afectada con la renta absoluta y la diferencial de los cultivos de aguacate, principalmente, adquiriendo la tierra un valor especulativo fuera de toda proporción jamás vista antes en su historia.
Si hay exceso de dinero y limitada producción social agraria, la apropiación de la tierra y su concentración sigue la tendencia de esa acumulación, hasta cierto punto parasitario. Lugo empeoran las condiciones de vida y el desempleo, la retribución del trabajo en esas misma cosechas millones, etc., de ahí surge la violencia y el ánimo de apropiarse de las divisas, las segunda en volumen de todo el país, Michoacán, después del Estado de México; y los malos gobiernos, la industria de la especulación en el transporte, las altas tarifas de los servicios y de los energéticos, lo que empeora la vida social de una de las entidades mejor dotada de tierra, agua, aunque tales condiciones no puedan generalizarse a todo Michoacán.
Mucha degradación social y política asuela a Michoacán y el comercio negro es uno de los cánceres que se ha sumado a la acaparamiento de la tierra laborable y urbana, el gasto público en obras, de frutales y plantíos de gran rentabilidad; pero cuyo valor no constituye precisamente salarios ni plusvalía, sino riqueza, pero no “valor trabajo” que sólo produce el trabajo social, principalmente el trabajo asalariado, que es magro, casi insignificante ante las enormes rentas obtenidas en el mercado externo e interno.
En esta contradicción que pocos, muy pocos entendemos a cabalidad se centra el fenómenos de la violencia que hoy devasta a Estado enteros como Guanajuato, Michoacán, Jalisco, aunque en alguno de ellos se note más que en otros. ¿Qué partido tiene en su programa este problema, claramente expresado? ¿A quiénes se promueve a los cargos públicos de elección y administrativos? Hasta ahora se satisface la protesta con estadísticas de crímenes, donde el billar de la violencia rueda de un lado a otro.
¡Ay Uruapan, que tanto quiso el general Lázaro Cardenas del Río y hasta Pablo Neruda, que alguna vez fuera encarcelado por andar rompiendo las lámparas en Pátzcuaro, disque para ver mejor la Luna! Así le fue al autor del Canto General y de los 20 poemas de amor, que tuvo que ir a excarcelarlo un oficial del Estado Mayor Presidencial, mandado por el Presidente de México.
¿En que se gastan esas rentas? Véase como han crecido las ciudades y el valor inmobiliario de las mismas. Esto mismo tiene sus particularismo en Michoacán y no hay antídoto de prevención que valga, sino se orienta el desarrollo y se descarrila la especulación de todo tipo, para empezar…..