DESDE LOS BALCONES
Al general Lázaro Cardenas del Río, le renunciaron Garrido Canabal y Saturnino Cedillo; a López Obrador sólo el director del IMSS, hasta ahora; con Obregón y Calles, sobraron defecciones de todo tamaño y hasta hubo legisladores en el cadalso. ¿Qué es de esperarse? Nadie lo sabe.
Mucho después del general Lázaro Cárdenas del Río, y, también, después de concluido el proceso de reformas y de la acumulación originaria de capital, a expensas del petróleo y la enorme renta agrícola liberada en las tierras de temporal y en las mejores tierras de cultivos estacionales capitalistas; mucho después de todo esto, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, puede llegar a ser el mejor Presidente Méxicano, después de Miguel Alemán Valdez, el hombre que forjó la UNAM, la industria cañera, el auge ganadero, pero frenando el reparto agraria y dejando a medias la transformación de México.
Gran parte de las masas de las clases medias, aún las más mejor equipada con el conocimiento de la ciencia y la tecnología, poco o nada quieren saber de la historia, de cómo se transformó México, por fin, en el siglo XX y el costo de esas transformaciones. En Europa le pasó otro tanto a España y Yugoslavia, por ejemplo, en condiciones diferentes a la nuestra y a Argentina y a Brasil entre otras realidades que nos son próximas.
Aun así, Andrés Manuel López Obrador puede ser uno de los mejores Presidentes Mexicanos transformadores del país y de su vida democrática. ¿Que no la tiene fácil la tarea? Nunca ha sido fácil lidiar con contradicciones tan entreveradas nacional e internacionalmente como las tiene nuestro país.
Pero López Obrador quiere poner a salvo a Pemex, quiere impulsar las fuerzas productivas del Sureste mexicano e impulsar programas de bienestar social para apagar el fuego de la delincuencia organizada, organizada aún dentro de las esferas de poder económico y estatal y de otro signo.
Vivimos al lado de un gigante histórico, el Imperialismo Financiero industrial norteamericano. Eso tiene sus ventajas y desventajas, según la fuerza y el peso de las condiciones a que apostemos, lo más acertadamente posible.
El sureste no está atrasado, sino descomunalmente desarrollado, de manera unilateral, con los fundos petroleros orientados a la exportación y luego a la dilapidación capitalista parasitaria.
¿De dónde surgieron los Cabal Peniche, los Miguel Angel Gurría, todos los devastadores madereros de la selva lacandona? En esas condiciones floreció el Tabasco, antesala del portento petrolero que lo fue y lo es, todavía potencialmente en el próximo futuro.
Andrés Manuel López Obrador, instintiva e intuitivamente parece orientarse a esa realidad, a esas condiciones de gran rentabilidad interna e internacional a base de la extracción del crudo y su refinación en el interior del mercado de los carburantes y los petroquímicos; pero los grupos oligárquicos le llevan la delantera e intentan enfrentársele, con los aliados parasitarios que le sobran al gran capitalismo financiero.
¿Quién y cómo se orientará en ese desenvolvimiento tan vertiginoso de los beneficios del capital financiero? Muchos caminos están cerrados y ocupados por esas fuerzas; es la razón por la que le cuestionan la edificación de la REFINERIA DOS BOCAS Y LO QUE ESO CONLLEVA, pues el vértigo de los beneficios del capital financiero es automático y no se detiene, en tanto que la inversión industrial es segura, pero lleva tiempo y, además, no puede desarrollarse sin acompañamiento de esos poderosos intereses; véase sino la lucha que se libra en el plano mundial desde el Asia a Europa, alcanzando de lleno a Norteamérica. Sin tomar en cuenta estos factores el Presiente Mexicano puede verse atorado y aprisionado entre dos fuerzas, a cual más de contrarias a los objetivos de desarrollo de México.
Negocios son negocios, lo demás no nos importa dice y cuenta la gente del dinero, apostados tras los medios de comunicación masivos, hábiles en distorsionar cualquier proceso de cambio y el hipostasiar la historia a base de tonterías publicitarias y hasta de calumnias y asechanzas de todo género.
¿Se puede pacificar el país? Claro que se puede, pero algunas fuerzas juegan a especular con la ilegalidad y a conservar sus privilegios al costo que sea. Véase, sino Salamanca Y SU REFINERIA; Minatitlán y su REFINERIA, la más vieja y la más grande de Latinoamérica, la hizo rescatándola y modernizándola el general Lázaro Cárdenas del Río y los gobiernos que le siguieron que entendieron correctamente esas condiciones de desarrollo.
¿Qué pasó después? ¿Qué está pasando ahora, en donde las cuestiones más complejas de la industria se discuten en los conclaves armados televisivos, sin ton ni son, como si la teoría económica y el capitalismo mismo pudiera agotarse en conversaciones del diletantismo periodiquero y televisivo del momento.
Recordemos la disidencia de don Tomás Garrido Canabal y de Saturnino Cedillo, con el mismo general Presidente Cárdenas del Río. ¿Qué realidades y que espejismos de la política nacional los llevaron a distanciarse de la ruta de cambio que entrañaba pasar de Calles a Cárdenas, y de un país atrasado con escasos ejidos y peores comunicaciones, a los frutos del petróleo y su nacionalización, sumando a ello la electrificación y la enseñanza técnica superior que posibilitó el desarrollo de todas las ingenierías?
Todo este peso muerto, pero también vivo y refulgente, resulta ser el mejor aliado de un nuevo gobierno mexicano, cifrado en la gestión de AMLO. ¿Quiénes le quieren hacer frente con desplantes de calle y de operetas legislativas minoritarias? Una oposición derrotada desde 1938-1939 y los privilegios que se le suman ahora desde las mieles del despilfarro burocrático. Pero el tema es escabroso y no se puede con él de manera exhaustiva. ¿Verdad que así resulta de multicolor con M.A. Osorio Chong y Miguel Angel Mancera, otro tanto con el ex seguidor y discípulo de don Fernando Gutiérrez Barrios, Dante Delgado, que tanto ayudó y estorbara tanto a las fuerzas democráticas? Seguimos…