Charrismo sindical y toma de nota
Desde los Balcones
La UAQ, como todas las Universidades, refleja mejor la sociedad a que pertenece que los gobiernos locales y, en parte, hasta el Federal. |
Lo anterior no se ha querido aceptarse nunca, tanto la idealidad del pragmatismo en que se refugia los grupos poderosos en turno; de ahí que Constantino, por ejemplo, cerrara las escuelas de filosofía y que antes, su predecesor en Occidente, Augusto, desterrara al mismo Virgilio, por su elaboración poética que rompía con la moral pagana de ese imperio.
Los Jesuitas en México, con Francisco Javier Clavijero, entre cientos de ellos, fueron sacados por la fuerza de la Nueva España casi a finales de 1700, creyendo que con ello se frenarían los procesos internos de cambio social y político, cuyos actores, Hidalgo y Morelos, iban a ser los conductores de aquella Revolución de Independencia.
Esto mismo ha pasado en Querétaro, la propia Evangelización es eso: el tránsito de la religión animista al monoteísmo cristiano católica, el que se yergue con un absolutismo violento, sin que pueda sepultar definitivamente el espíritu indígena profundamente trascendente y también metafísico como toda religión.
La Autonomía de las Universidades significa una relativa independencia del Estado en todas sus etapas y manifestaciones como mistificación política, primero de las clases feuda minera y luego de la propia burguesía, sin que en ella el obrero y el campesino tengan acomodo pleno acorde a sus intereses; pero la UAQ, por ejemplo, recoge o encuadra de miles de clasemedieros, hijos de campesinos, obreros uno que otro indígena que encuentra condiciones y oportunidad de ingresar en ella.
Los docentes no se renuevan con la frecuencia y la regularidad de los avances científicos y de cambio de praxis de la realdad social; otro tan to acontece con los trabajadores que en la realidad no experimentan procesos de proletarización alguna y asumen su función bajo cartabones que lindan con el “Charrismo” sindical
Desde la esfera del Estado, los burócratas adiestrados a la vieja usanza profesoral, devienen en atroces enemigos de su propia Universidad, el que más, el que menos, y en ello llevan la delantera los abogados, los contadores, aunque la regresión política no tiene grado ni color aborrecido.
A esta altura haremos una comparación brutal y arbitraria: ¿Quién tiene más autonomía, los Casinos o las Universidades? ¿Cambiamos la interrogante, las Universidades privadas o las Universidades Públicas y Autónomas por definición legal? ¿Cuándo hemos visto una toma de nota de un sindicalismo charro en alguna Universidad Privada? En Querétaro se da el caso y además la conducción de las relaciones laborales las maneja quien no conoce la vida universitaria pública. Pero pongamos punto final a todo esto que apenas empieza y que no es prerrogativa exclusiva del Rector Gilberto Herrera Ruiz, aunque muchos por ahí pretendan encasillarlo o acorralarlo en algún punto del oportunismo político de todo tamaño y color.