¿Objetividad histórica frente al imperialismo?
Desde los Balcones
De varias cuestiones fundamentales tenemos que hacernos cargo, en el análisis de la negociación desventajosa y a ojos cerrados con que hemos caminado y resuelto lo que hoy se mira como insoluble, fuera de nuestro alcance y poder de maniobra a nivel de país que, por otra parte, se ha desfondado el poder de acumulación de fuerzas productivas, capital productivo vendido a crédito, privatizado, intercambiado por capital crédito , lo que entraña una grave pérdida de valor y disminución de la capacidad interna de reproducción y producción de capital a partir de lo que se tiene como medios de trabajo, sumado al endeudamiento creciente de todas las esferas. |
Hay que decirlo en breves términos, hemos jugado o pretendido jugar con las leyes del capitalismo, en medio de las contradicciones imperialistas y, en ese choque doble y/o triplemente contradictorio, uno de los polos o todos los polos imperialistas se repliegan a las esferas del intercambio del trabajo desigual, sin abandonar las posiciones ventajosas respecto y a expensas de los países satélites, sometidos, o como diría algún clásico crítico, subsumidos de doble manera al capital
Por un lado, interna y externamente se apropiaron el petróleo, el gas, la electricidad, los ferrocarriles, la electricidad, el agua, los bosques y el trabajo vivo retribuido, minusvaluado monetariamente, en tanto inversamente la plusvalía apropiada crece geométricamente.
¿Qué nos pasa? pregunta la gente: se dice por un lado que no crecemos, que la economía no crece. Si esto fuera verdad, entonces, ¿cómo explicarse que el PIB haya crecido pasando de 800 mil millones de dólares, aproximadamente, en 1982, por poner una fecha tentativa, a mil 600 millones de dólares, casi el valor anual de la economía de Rusia y no muy distante de la Italia y mayor que la de España.
¿Cómo explicar este enigma? Este no es problema solamente de cretinez teórica en materia de economía política, sino de egoísmo deliberado de lucha de clases a nivel interno e internacional, donde los segmentos especulativos se suman para apropiarse el trabajo vivo y el acumulado del modo que sea y como se pueda.
¿Qué se puede negociar ventajosamente con el imperialismo y las múltiples economías subsumidas a la forma de producción y de explotación del capital mundial? Coyunturalmente acaso algo, muy poco, a largo plazo, dentro de los ciclos de la crisis que se acortan de un año a otro, casi diferimos el suicidio económico, la difícil agonía a que fueron confinados los países balcánicos, entre otros, y aún los mismos pueblos del Este de Europa, Grecia, el caso más extremo y lo que se le sume.
Particularizarnos, restringirnos al fenómeno TRUMP es, por un lado oportunismo internacional de las burguesías subalternas, subsidiarias como la nuestra y, por otro lado cerrar los ojos y confiarnos al destino manifiesto de unos cuantos halcones de la economía mundial, algunos de los cuales, en pequeño, resuellan en México.
Dos cuestiones finales a estas notas hay que agregar: una que el PIB crece, si hablamos aritméticamente en contra de la economía, en tanto que producto interno neto disminuye, contablemente, naturalmente porque al PIB real le suman el valor de lo ya producido y el capital deuda, etc., de tal manera que se pueda pregonar que la economía mexicana no ha crecido en las últimas décadas, cuando la realidad es otra; de otra manera no se explicarían las acumulaciones inmensas, portentosas que se originaron a parte de 1982.
Unos y otros se engañan acerca de los buenos o malos términos de los Tratados del Libre Comercio, porque se enfocan en la circulación del capital y no en la producción del mismo y sus formas y posibilidades, tan extremadamente diferentes, como cuando se dice que nuestras seis refinerías producen lo que produce una sola de las norteamericanas, aquellas con seis mil trabajadores y la gringa con mil operario; ambos comparativos producen 300 mil barriles diarios.
¿A cuánto asciende el capital salarios en uno y otro complejo que aquí citamos, y de cuanto es el valor del capital fijo refinería y qué porción de éste se suma al valor de la gasolina en uno y otro complejo?
Pero la subjetividad a conveniencia no tiene límites ni medida. ¿Por qué la mercancía gasolina, su precio oscila de ciudad a ciudad, de Estado a Estado de la Federación y hasta de calle a calle? ¿Qué no es una mercancía como cualquier otra, portadora de valor? Si esto mismo aconteciera con la Coca Cola, con los aguacates, con la leche y, hasta en cierta medida, y bajo circunstancias específicas así sucede, la vida económica en México es un caos, todo depende de la retina con que unos y otros, a conveniencia, según ellos, se desenvuelven frente a las categorías económicas que no se ven ni cruzan la calle, pero qué bonitas compras de esa flotilla de automóviles nuevecitos que se acaba de hacer en Querétaro, para no referirnos a lo más copetudo de las inversiones faraónicas que pululan por aquí y acullá. Me quedé en la orillita del problema concreto peliagudo. ¿Qué le vamos a hacer?