DESDE LOS BALCONES
¡Y no pasaron, ni pasarán aquí y en Venezuela!
Las fuerzas productivas, el petróleo, están presentes en el mundo; por la internacionalización de ese recurso, las capas medias se alborotan creyéndose sujetos privilegiados de esas rentas y, por lo tanto, protagónicos históricos.
No son, ni lo serán nunca, así triunfen episódicamente con el fascismo.
Como conspiradores son pésimos y con los aliados que tienen, a nivel mundial, están peor situados. Aquí en México se pretendió arrastrar al país hacia esas posiciones y no lo lograron; alborotaron en el Informe Presidencial, pretendieron que la Cámara de Diputados y la de Senadores se pronunciara a su favor; tampoco lo consiguieron.
Han ido y venido de aquí para allá, apostándole siempre al aventurerismo parlamentario, envueltos en un radicalismo de palabras, de cartelitos, como si la historia política se pudiera aturdir con ello.
Apuestan y han apostado a la Invasión Armada Extranjera en Venezuela, sin tomar en cuenta el equilibrio de fuerzas que hay en el escenario mundial que discurren a favor de la gran Patria Latinoamericana.
Imagínense una invasión armada; por poderosa que fuera contribuiría a crear y a desarrollar condiciones, que las hay, de insurrección continental y de desestabilización mundial; pero nuestros expertos y los ajenos le hacen coro a los medios puntos de la bolsa de valores, pero nunca a las masas populares.
Finalmente, el poderoso pueblo norteamericano no está presto a enemistarse de una vez por todas con las naciones latinoamericanas de donde obtiene gran parte de sus materias primas y una gran porción de rentas de capital que discurren y se capitalizan como las aguas de Orinoco.
Los falsos humanitarios no pasaron con sus camiones cargados, como si las carencias populares hubieran surgido ayer y no por boicot internacional de los grandes especuladores del comercio mundial.
No pasaron y no van a pasar, vengan con lo que vengan. ¡Qué papel tan ridículo hicieron los Presidentes de ESOS países que, junto con Almagro, el de la OEA, se quedaron vestidos y alborotados a lo largo de la frontera venezolana con Colombia y Brasil, con las mulas enllantadas de sus tráileres que luego se incendiaron para asombro de los noticieros televisivos!
¿Qué dirán los pueblos de Europa, de Medio Oriente, del mundo entero? ¿Ganó o no el pueblo de Venezuela en el frente interno y externo de la opinión mundial? Los que en México le apuestan y le han apostado al intervencionismo se llevaron un chasco y esto mismo les ocurrirá en Puebla y a lo largo y ancho del país.
Algo les pasa a las derechas electorales del mundo entero, especialmente a los tardíos globalizadores de las economías del subdesarrollo que apenas despuntaban con sus materias primas y su comercio de transformación y mano de obra barata. ¿Qué les pasa a las derechas? ¿En qué sueñan con sus moches y sus contratitos de obras urbanas, en tanto millones de hombres y mujeres demandan empleos y salarios que vayan en consonancia estadística, al menos, con las acumulaciones que logran a expensas de robarse el petróleo de los ductos nacionales? Piénselo mejor con sus fiscales eternizados en los gobiernos estatales y que, tan sólo durarán, en tanto no despierte la gente y se harte de vegetar en los espacios de la economía informal y también en la clandestina “boyante” rentabilidad del robo, el asalto y la extorsión.
AMLO HACE Y DICE OTRA COSA, PERO TODOS LO APUÑALAN Y LO CUESTIONAN. ¿Qué buscan y qué quieren las derechas adineradas de siempre? ¡Quieren venderle su alma al diablo, pero éste no la compra! Eso fue lo que pasó ayer en Venezuela a la luz del día y a televisor e internet abiertos en el mundo.