DESDE LOS BALCONES
El país, AMLO y los tiempos nuevos sin huachicol
Para que un movimiento cualquiera se imponga al Estado, tiene que contar con dos premisas fundamentales: El pueblo y las capas medias, la correlación de fuerzas internacionales y, en el caso de México, éste escapa a tales condiciones coyunturales, donde las fuerzas objetivas y subjetivas de todo nivel le favorecen.
No se trata de si gustan o no las características sociales de don Andrés Manuel López Obrador y amplios o pequeños sectores de la población nacional. AMLO llegó al poder a contracorriente y con un respaldo popular de más de 31 millones de votantes que se movilizaron y que no se dejarán sorprender por que les monten esta campañita u otra, en donde han escogido la peor arma, la del saqueo de los carburantes, entre ellos la gasolina, calculando que con ello podrán indisponerlo con los capas del comercio y de la pequeña producción nacional, obstruyendo el mercado interno y dificultando el abasto y la distribución de los carburantes.
Hasta cierto punto los opositores y quienes y quienes utilizan esas armas vocingleras para amedrentar a través de diversos medios, pasado un tiempo, le dejan una enseñanza al país y al pueblo de México.
Las contrarrevoluciones son otra cosa y México ya transitó por esos caminos, tiene su propia historia, no lo engañan y es proclive a la lealtad con el país ante todo. Pemex fue y es una parte de lo más alto y valioso logrado por el esfuerzo y el respaldo de todo un pueblo popular, agrario y trabajador. Entonces era de 35 millones de habitantes, no tenía carreteras, luz eléctrica, embalses, ingenios azucareros, acereras, la UNAM si acaso contaba con 20 mil alumnos inscritos en todas las carreras, el IPN estaba por consolidarse y la normal de maestros en la Ciudad de México, no era lo que después llegó a hacer.
Destruir un país como en nuestro, con la estructura económica y el potencial de la fuerza que tiene, no se logra por la simple malquerencia de una pequeña minoría contra su Presidente AMLO. Se equivoca Fox, Calderón, los grupos del PAN y quien les haga el juego desde la sombras a esta oposición. Hay que decirlo con toda franqueza, serenidad y sencillez.
No van a poder conservar sus privilegios económicos y políticos mal habidos, le conviene al capital nacional, a la industria, al comercio, a la banca y hasta el capital mundial, mantener y fortalecer las fuerzas productivas de México, como única vía de convivencia social interna e internacional. EL RESTO DE LAS POLITICA SOCIALES SON DE BAJO COSTO, DINERO SIMPLEMENTE NO CAPITAL: 10 MILLONES DE BECAS A JOVENES, OTRAS TANTAS PRESTACIONES DE SOBREVIVIENCIA A LOS VIEJOS Y LO QUE CUESTE REHACER EL APARATO INSTITUCIONAL DETERIORADO DE MANERA IRRESPONSABLE.
Pero nada van a poder hacer en contra de AMLO y su programa de gobierno y pronto se verá y se tendrán mayores elementos de juicio contrario a lo que se escribe sistemáticamente en columnas y noticieros nacionales que bien poco conocen de la historia nacional e internacional. Y al tiempo y al huachicol me remito: Me canso Ganso que van a fracasar todos los aprendices de desestabilizadores que lo más que pueden hacer tronar y volver a reventar un ducto allá por los rumbos donde gobernara Osorio Chong y un ex jefe de la Policía Judicial que hoy nada puede hacer constructivamente en bien de México del que se han servido tanto y tan abundantemente. ¿A Poco no?
Con letreritos en los Arcos de Bernardo Quintana, en la capital de Querétaro, no se apagan los fuegos del huachicol en San Juan del Río y Corregidora, por ejemplo. ¿Quién hace esos cálculos y para qué?