DESDE LOS BALCONES
En defensa de las universidades
La unión de los contrarios es una ley dialéctica desde los lejanos tiempos, cuando aquí, en México, Gabino Vásquez, gran colaborar del general Lázaro Cárdenas del Río, vertiera aquella expresión que le fue tan criticada arteramente por los fanáticos y los intereses de entonces: “El indio tiene razón, aunque no la tenga.” Esto mismo prima con los UNIVERSITARIOS de ahora del país: tienen razón aunque no la tengan.
¿Es un galimatías? Parece, pero no lo es; al contrario con ello se pone de relieve las contradicciones de nuestra difícil y compleja realidad.
No se van a repetir los errores mayúsculos del pasado sexenio, cuando se atacara de lleno a los maestros del país y se les dejó solos en medio de sus querellas intersindicales y de otra índole. Eso no le daba la razón al gobernante, sí a los maestros y los acontecimientos que vinieron después hasta la fecha demuestran la forma equivocada de so pretexto de una reforma educativa, se generaron crímenes del tamaño de Ayotzinapa.
Los UNIVERSITARIOS DEL PAIS TIENEN RAZÓN AUNQUE NO LA TENGAN, porque cómo dice un gran clásico: “…a la realidad le cuesta trabajo expresarse íntegramente, porque siempre dice lo contrario de lo que es y es lo contrario de lo que dice…”
Se estima que en la Secretaría de Hacienda no sopesaron, debidamente, la realidad de la crisis presupuestal que afecta a casi todas las Universidades del país, por no decir a todas, a unas más que a otras menos; pero todas se mantienen equidistantes, cuando no neutrales, respecto de la capitalización de la tierra y la producción industrial, la minería, el gran comercio, el agua en sus respectivas entidades; tanto como del carácter formal que adoptan los Estados Políticos locales, frente a las clases dominantes que se nutren de todas las fuerzas productivas, entre ellas el negocio privado de la educación.
Pero la Cámara de Diputados, cuya composición mayoritaria es soporte de AMLO, tiene en sus manos la facultad de ajustar la estrategia presupuestal, de manera que las Universidades mejoren su participación en el gasto federal de aproximadamente 5.7 billones de pesos, cuantía que resulta ser una quinta parte del total del PIB anual, que deja libre un valor del mismo de casi 20 billones de pesos; mientras esta quinta parte presupuestal que se toma de ESE MISMO PIB, eroga casi un billón de intereses, más los costos bursátiles de los derechos de fundación y emisión con que se alza la enorme financiación que cae sobre el país.
Que el cacerolismo Prianista se levante en reivindicación histórica en defensa de las universidades. nada más falso que eso.
¿Por qué no hacen lo mismo en las entidades donde gobiernan, respecto del mismo tema presupuestal? Nada dicen, les da lo mismo defender el negocio bursátil del Aeropuerto, un atraco de unos cuantos contra el país entero y las Universidades por delante, y ahora se invisten de adalides de las Universidades.
Cacerolazo puro, falsas banderas y de ello deben precaverse los universitarios del país. Mientras tanto, que bien que se movilicen, que exijan y que protesten, sin dejarse acaudillar por la derecha nacional al acecho del cambio democrático que experimenta el país, algo que se esperaba tiempo ha.
Los apresuramientos son malos, pero también los arrebatos individuales y de masas al vapor. De ahí han surgido las contrarrevoluciones floridas, un recurso que ensayan las derechas del mundo entero; México y las Universidades, lo mismo que los diputados de MORENA no deben dejarse sorprender. Es tiempo de corregir y enmendar las cosas.