DESDE LOS BALCONES
Preocupa más Ricardo Monreal que El Chapo Guzmán
Al senador Ricardo Monreal le ha dado por proponer robinsonadas legislativas, si es que a esto de sus iniciativas puede parangonarse así en pleonasmo.
La iniciativa que pretende se reduzcan las comisiones y descuentos que la Banca realiza a sus clientes, equivale tanto como a querer suprimir el trabajo asalariado, suprimiendo el dinero, a cambio de bonos trabajo, como lo planteara alguna vez, erróneamente, Joseph Proudhon, en su célebre obra de “La Filosofía de la Miseria”, misma que le fuera refutada de pe a pa, con la célebre obra crítica de “Miseria de la Filosofía” del portentoso Carlos Marx.
Independientemente de que la legislación no suplanta ni puede suplantar las categorías económicas del capital, éste tampoco puede convertirse, en su forma bancaria, en un mecanismo de altruismo crediticio, ni mucho menos, sin contrariar las leyes de la acumulación y centralización del capital a nivel bancario nacional e internacional. Eso significaría tanto como reclamarle al Himalaya que nos impida tocar su cúspide mediante el uso de una garrocha brincando a la manera olímpica sin darnos de lleno con las rocas.
Pero prosigamos con los pasos del empirismo crediticio, con que el Senador zacatecano pretende defender a los clientes de los bancos, haciendo caso omiso de que nunca ha habido ni habrá crédito barato, si se admite esta expresión con alguna dosis de ortodoxia y/o herejía económica.
Para echarse un tiro con los Bancos en México y en cualquier parte del mundo, ya lo vimos con el Presidente José López Portillo, hace falta un poco de gracia y otro piquito y menos éxito habrá si se obra al margen del agrupamiento partidario que se tiene, invocando la autonomía individual de las buenas conciencias, que es lo mismo que la pura conciencia sin nada de realidad.
Si se substituye la acción partidaria por los actos individuales, así parezcan a acciones legislativas con apariencias orgánicas de Estado, mal encaminado anda el señor Senador Monreal; en esa forma no va lograr nada, como no sea escandalizar; como tampoco su propuesta fortalece la orientación política de MORENA y menos ayuda al Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador, con un enfrentamiento de clase anticipado, además de táctica y estratégicamente inoportuno.
Puede el Senador Zacatecano hacer el ruido que quiera, en busca de notoriedad y diversionismo informativo, pero tal cosa es agua de borrajas, barata y pobre cuestión debilitadora de liderazgos y de hegemonías de poder, mismas que se hallan en vías de consolidación y no de negaciones de negación sin unidad real alguna.
¿A quién pretendió servirle el Chapo sin tanta alharaca y sobrado desplante criminal? A los enemigos de su clase, si es que su procedencia rural campesina, permite tal denominación; pero hoy por hoy, el Chapo Guzmán ocupa las planas de la información mundial y mi paisano Monreal le sirve a los adversarios de MORENA que, valiéndose de los desatinos románticos a que somos adictos todos los pequeño burgueses; en esta forma contribuimos a la trivialización de una victoria política de más de 30 millones de mexicanas y mexicanos que arroparon a Andrés Manuel López Obrador. En verdad el de Macuspana no se merece esto que intenta “realizar” abstractamente Ricardo Monreal, solitito para él mismo, diría Hegel.
¿Quiere notoriedad el senador zacatecano en abono de un futuro político maximalista? Pídale consejo a Joaquín El Chapo Guzmán, que está jugando en las ligas mayores de Brooklyn, en Nueva York.