Ha sido un año lleno de retos y oportunidades para Víctor López, pues además de que recientemente presentó su obra frente a Coparmex en el emblemático Teatro de la República, ahora prepara las maletas para emprender el viaje a Black Rock Desert y presentarse en el icónico Burning Man.
El icónico festival, ubicado en el ecosistema del Black Rock Desert, a unos 150 kilómetros al noreste de la ciudad de Reno, Nevada, consiste en la construcción de una ciudad de unos 80 mil habitantes que conviven durante una semana en un ambiente lleno de distintas muestras artísticas que finaliza con la quema de una gran instalación. La edición de este año se realizará del 28 de agosto al 5 de septiembre.
En entrevista para Plaza de Armas, Víctor López habló sobre su participación en el proyecto -en donde aborda el tema del peregrinaje inspirado en sus ancestros zapotecas, tomando la olla como símbolo femenino y la leña como su contraparte masculina-, así como su inicios en el arte y su muestra ante Coparmex.
Plaza de Armas (PDA): Víctor, platícame cómo inicias en el mundo del arte.
Víctor López (VL): Soy de origen oaxaqueño, de una familia que viene de la raíz de la agricultura, luego del comercio. Mis padres son zapatera y zapatero, el arte como tal en esencia, desde el conocimiento o técnica no estaba implícito en el día al día, pero la disciplina, de la siembra, de un taller, eso sí desde niño pues yo iba a ayudarles.
A lo que voy con ello es que para mí fue un encuentro fortuito con el arte, vino desde niño el interés personal y de pronto me encuentro con la posibilidad de estudiar en la secundaria algo de pintura y dibujo, sobre todo los sábados, cuando son las clases extracurriculares y pues cada uno iba por decisión propia, ahí me capturo, desde niño supe que quería hacer eso.
PDA: ¿Y cómo es que llegas a Querétaro?
VL: Por decisión propia, no fue una decisión tan pensada. La verdad es que me dejé llevar como una ola. En su momento quise salir de mi estado, ver otras formas, siendo México el mismo país, pero para mí sí era una necesidad el salir y llegue a Querétaro. Vine en búsqueda de la Universidad, de hecho estudié en la UAQ, en Bellas Artes.
Con muchas ganas, me acuerdo bien cómo llegue, con una mochila y ya, ni traía una cobija, pero la verdad es que si en este momento regreso con esa misma mochila, ya voy con muchas cosas más, muchas historias y experiencias. Tal ves por eso mismo soy bien arriesgado, no tengo miedo.
PDA: Y ya tienes 17 años aquí, pero en el trabajo que estás realizando se notan mucho tus raíces.
VL: Sí, esta serie tiene que ver con mi familia, con la tierra. Toda esta parte de encontrarse es reciente, podría decir que sí pasé por un proceso y más hasta ahora, en la pandemia, que fue la necesidad de reconocerme, de encontrarme y entender bien porqué salí. La nostalgia de estar lejos, de vivir el “encierro”, todo eso comenzó a generar cierta melancolía, y pues así comienzo con esta serie, que es recordar la memoria, la huella, esos días en los que me tocaba viajar con mi familia a mi pueblo a San Miguel Albarradas, de ahí somos, ahí están enterrados mis ancestros, entonces comienzo a hacer estos paisajes que son del recuerdo, justamente para apelar a esa memoria y decir “sigo estando ahí”. La verdad es que hasta ahora estoy hablando más del origen.
PDA: ¿Dirías que la serie que estás haciendo es su trabajo más personal?
VL: En este punto de mi vida sí, no sé qué siga después. Me está gustando mucho el camino que está tomando el trabajo, ahora sí sé que en mi obra siempre va a estar presente la huella como un recurso plástico, pero también como un ejercicio conceptual de la memoria.
PDA: ¿A nivel global te gusta tratar algún tema en tu obra?
VL: Me gusta mucho la representación simbólica, la imagen a partir del trazo, a partir de la línea, los personajes y los personajes que tengan contenido simbólico, no solo el retrato por el retrato; siempre hay una simbología. Mi interés radica en lo figurativo, en la representación de los otros, siempre en esa búsqueda de observar más lejos de lo corpóreo.
En el Teatro de la República
PDA: Presentaste obra ante Coparmex en el Teatro de la Ciudad, uno de los recintos más importantes de Querétaro.
VL: La verdad fue muy gratificante, no lo esperaba, fue una invitación del maestro Edgar Sánchez, él es el curador y pues la verdad sí lo considero como una responsabilidad y un gran reto presentar una pieza en donde se hablara de repensar la forma y estructura al involucrar el desarrollo económico e industrial con el cultural.
Fue una grata experiencia presentarse en el Teatro de la República, nunca lo había hecho en un lugar así y con el público que estaba en ese momento, empresarios de todo el estado y que se diera la oportunidad de mostrar una obra que hablara de la tierra, que hablara de la semilla, de la semilla que tiene un antecedente histórico que nos une como pueblo y también de la responsabilidad con las nuevas generaciones, que están formándose, son los herederos y herederas de nuestra tierra; fue una gran oportunidad, hablar de la importancia de nuestra tierra, del origen y la semilla como pueblo.
Rumbo a Burning Man en Estados Unidos
PDA: Y ahora participarás en el Burning Man Proyect.
VL: Sí, es un proyecto de nuevo con el apoyo de Edgar Sánchez, nos convocaron gracias a una subasta del año pasado en Nueva York, por ahí hubo varios compañeros. Para nosotros fue una gran oportunidad y pues todas las obras se fueron arriba del precio que pensábamos, quedamos con una alegría muy grata.
Posterior a ello, viene la invitación por parte de los organizadores del Burning Man, que es un proyecto que rompe paradigmas y todo lo concebible, pues se genera un pueblo efímero de una semana en medio del desierto con la responsabilidad de cuidar ese mismo ambiente. Es una experiencia que apenas voy a vivir, voy en agosto, será otra experiencia grande. Para mí, que no había viajado tanto, pues se puede decir que el trabajo se ha convertido en la mejor visa que puedo tener.
PDA: Acabas de presentarte en el Teatro de la República y ahora te preparas para irte a Estados Unidos. ¿Qué viene después?
VL: Lo que viene es seguir honrando todas las posibilidades que se me han dado, seguir trabajando, yo no había dimensionado lo que es ir a Estados Unidos, tengo mucha familia que es migrante, que se fue de manera ilegal, entonces para mí es una responsabilidad evidente en todo lo que se está haciendo. Yo sí siento un peso en el hecho de decir que viajo y la obra es la que me da posibilidad el viaje; la obra debe tener esa responsabilidad de contenido.
Estoy muy agradecido con la vida por todo lo que se me ha presentado, ha sido un año con mucho trabajo y la verdad es que no he tenido casi tiempo de asimilarlo. Ya después de Estados Unidos viene mi exposición en el Museo de Arte Contemporáneo y la inauguración del nuevo espacio que estamos desarrollando. Gracias a dios, el trabajo me ha dado la posibilidad de decidir en dónde abrir espacios y eso es lo que hago. Mi inversión y todo lo que voy logrando lo reinvierto en espacios y es algo que me gusta, generar espacios de comunidad y de diálogo. Quiero hacer varias cosas que involucren al barrio donde va a estar el proyecto, poco a poco ir compartiendo y que eventualmente que algún niño o niña que se interese, como yo lo hice hace muchos años, puede aproximarse de manera más casual, más amigable y hasta cercana a la plástica.
PDA: Víctor muchas gracias.
VL: No, gracias a ti por el espacio para poder platicar de lo que hacemos.