CAMBIO DE RÉGIMEN
Más allá de sus afectaciones sobre la salud física y la economía individual y mundial, una de las repercusiones más significativas del COVID-19, será en materia de salud mental a nivel global. La situación de aislamiento, distanciamiento social o cuarentena que están viviendo miles de millones de personas alrededor del mundo, difiere enormemente de la cotidianidad por ser un momento de incertidumbre, donde las rutinas han sido interrumpidas y la vida diaria severamente impactada.
Para muchos, estos cambios de confinamiento y menor interacción social, serán complejos o molestos, pero para algunos serán verdaderamente periodos de gran dificultad. La salud mental ha sido identificada desde hace varias décadas como ligada intrínsecamente a la salud física: nuestro estado mental dicta mucha de nuestra capacidad física, desde un nivel molecular.
Desde la Organización Mundial de la Salud, se identificó que las afectaciones a la salud mental serán un factor considerable durante este periodo, por lo cual publicaron una serie de sugerencias para mantener el mejor ánimo posible durante esta época compleja. Entre éstas, algunas como el ejercitarse o comer sano, son recomendaciones perennes, sin embargo la recomendación de evitar noticias falsas y limitar el consumo de las noticias en general, son nuevas consideraciones.
Asimismo, alrededor del mundo (México no es la excepción) se han activado líneas de ayuda psicológica y atención inmediata que están disponibles para quienes lo requieran. Más allá de eso, los expertos coinciden en que no puede escatimarse la importancia de las redes de apoyo: amigos, familiares y colegas con quienes sostener llamadas o escribir mensajes.
Acatar las recomendaciones de salud implica aceptar estos momentos de distanciamiento en la medida de lo posible, frecuentar el lavado de manos y asegurar la óptima higiene personal, pero también significa escuchar las recomendaciones para mantenernos en un óptimo estado mental.