CAMBIO DE RÉGIMEN
Cuando un comisionado de la Guardia Fronteriza, aseveró mediante una conferencia de prensa que “México debía hacer más” para reducir los flujos migratorios, se dispararon las alertas en ambas cuencas del Río Bravo. ¿Se reanudarán las amenazas arancelarias?
La respuesta de este lado, fue reiterar la unidad nacional en torno a no negociar un acuerdo de Tercer País Seguro, pero también se volteó la pregunta, ¿está Estados Unidos haciendo suficiente para reducir el flujo de armas? La retórica y la manera de hacer política de la actual administración en Washington, a menudo permite que se olvide un elemento central de nuestra relación: es un tema de dos.
El éxito que ha tenido el Gobierno mexicano en la contención migratoria es parte de su propia estrategia de seguridad y de protección a la población nacional y a la población migrante. Reconocemos la importancia de poder tener registro de quienes cruzan nuestro país y con qué fines, así como también reconocemos que no es responsabilidad únicamente nuestra blindar la frontera de crimen y de trata. En efecto, uno de los flujos más nocivos para la seguridad de toda la región es el de armas, muchas de las cuales son legalmente procuradas en tiendas de los Estados Unidos.
De nada sirve querer defender la seguridad regional si no se aborda el tema de las más de 200,000 armas que ingresan al país desde Estados Unidos. De nada sirve plantear la relación bilateral como una de cooperación cuando un lado espera establecer la agenda mientras el otro la acata. Hablarnos claro es el primer paso para dirigirnos a los problemas que nos aquejan.
México seguirá actuando según su interés nacional, el cual se traducirá en prosperidad, seguridad, paz y bienestar compartido, siempre que nuestros socios en la adversidad quieran ser también, compañeros en nuestro éxito.