CAMBIO DE RÉGIMEN
La semana pasada, culminó con el anuncio de que Guatemala había suscrito un acuerdo con Estados Unidos de Tercer País Seguro, noticia que tomó por sorpresa a muchos que habían considerado que dicha posibilidad muerta. La pronta partida del Presidente Jimmy Morales y la negativa de la Corte de Constitucionalidad al respecto de dicho acuerdo, parecían indicar que no se logaría concretar el deseo estadounidense, más tras severas presiones económicas el país del norte ha logrado su cometido.
El 29 de julio, el Procurador de Derechos Humanos del país, presentó un amparo ante la Corte de Constitucionalidad con la esperanza de que el acuerdo se declare nulo, citando el artículo 52 de la Convención de Viena que estipula que todo tratado celebrado bajo amenaza carece de validez.
La realidad es que la región requiere de un actuar coordinado y estratégico para atender la delicada situación migratoria; asumir la problemática como una responsabilidad compartida, es una respuesta sensata a la complejidad de la misma. Los Estados son soberanos dentro de sus fronteras, y eso siempre se respetará, pero la realidad de la permeabilidad de éstas y de las implicaciones que tienen los cruces que atestiguan (de individuos, de familias, de bienes, pero sí, también de armas y de actividades criminales) sobrepasa las capacidades de cualquier país.
La migración será un tema constante en las políticas públicas por los próximos años, por lo cual tenemos que ser capaces de entender que su alcance va a trascender administraciones y periodos electorales. Las implicaciones de no actuar de manera concertada, con visión a largo plazo, serán múltiples, y serán graves.
Desde el Senado, continuaremos alentando la política regional impulsada por el Ejecutivo, y también seguiremos trabajando para estrechar lazos con aliados internacionales, además de que continuaremos estudiando cómo asegurar que nuestra política migratoria y de asilo, sea la más adecuada para la coyuntura actual.