Con el objetivo de reivindicar la serigrafía como todo un arte, Nando Murio y Luis David Morán crearon Concordia, una empresa editorial que se vale del oficio para crear auténticas obras de arte en donde además de experimentar con la técnica, dan una particular mirada a su cosmovisión.
Para conocer más sobre su proyecto, obra y el mundo de la serigrafía, PLAZA DE ARMAS, el periódico de Querétaro, platicó con ambos responsables en las instalaciones de La Casa de la Cultura Dr. Ignacio Mena Rosales, lugar en donde tienen su taller.
Una técnica infravalorada
La serigrafía, como tal, es una técnica de estampación que consiste en transferir la imagen que se desea estampar a través de una pantalla; por cada color que se desee, se necesitará una. Si bien, no existe un dato para asegurar que sea el método de “impresión” más antiguo, sí podríamos asegurar que es de los que más vida tienen, sin embargo, algunos no le otorgan el sitio que le corresponde.
“La serigrafía siempre ha estado menospreciada, piensas en una tarjeta, una playera (…) de repente no le dan la seriedad que merece”, menciona Nando.
Sin embargo, reconoce que recientemente ha recibido cierto auge: “Sobretodo porque son los propios diseñadores que ya se avientan a hacerla (la serigrafía), que saben usar herramientas como Illustrator o Photoshop, entonces terminan trabajando en capas y quieren darle una salida análoga, sin embargo ellos no la hacen, terminan pagándole a un maestro impresor, a un taller”.
De la fantasía a la exploración
Podríamos decir que un año determinante para Concordia fue en el 2016, cuando se deciden por realizar un fanzine en serigrafía, aún sin saber coserlo, si sería engrapado o inclusive el armado, pero la imaginación estaba de su lado; “era como caminar en un terreno totalmente desconocido”.
Por otro lado también jugaba el deseo de materializar su trabajo en un formato físico, y cansados de que la oportunidad llegara de la mano de un tercero, ellos deciden se la crean.
“La tirada es hacer una editorial independiente, siempre estamos con la fantasía de tener un libro. Muchos artistas tenemos esa idea de que la propia editorial llegue y nos diga que ‘dibujamos muy bien, vamos a hacerte un libro’ , pero eso no pasa, en una súper fantasía, entonces pues nosotros comenzamos a hacerlo”.
El valor del trabajo
Habitualmente la gente piensa que hacer un trabajo, o imprimir en serigrafía significa hacer reproducciones en serie, que son iguales y la verdad es que no es así. Los podemos denominar como originales múltiples, en donde el artista no solo le imprime su visión a cada pieza, sino que su propio esfuerzo físico y pericia en colocación de cada hoja; hay todo un proceso artesanal detrás.
“Para un estadounidense, si le dices 40 dólares, lo paga, es lo que puede ganar en una hora y aprecia todo el trabajo que tiene. Pero si aquí, mencionas que vale mil 200, quizá no lo quiera. Inclusive, ofrecimos uno de nuestros trabajos en 400 pesos y literalmente nos dijeron ‘porqué tan caro’”.
Y a pesar de que dejan en manifiesto que la serigrafía realmente no ha sido revalorizada en nuestro país, y que la gente la observan solamente con un fin comercial, celebran que tenga su función:
Si hacemos una comparación, el grabado no tiene ninguna función, más que ser estético, para tenerlo en tu sala y hacer una bienal y que se venda. La serigrafía sí tiene su uso popular, te pueden decir ‘hazme un flyer y te lo hago’, y lo que quieras, un vaso, un termo. Casi le maquilamos al ilustrador”.
Hay que hacer del impresor un artista
Uno de los objetivos de Concordia es no separar la serigrafía del artista, sino que vayan de la mano y se aprecie en cada obra, imprimiéndole así su estilo y cosmovisión. En sus piezas se observa no solo su creatividad plasmada, sino sus gustos, que van desde los juguetes clásicos –como las Tortugas Ninja y Halcones Galácticos-, hasta algunas películas de culto.
Uno de los actuales vicios, comentan, es que diseñadores y artistas buscan darle una salida a su trabajo, por lo que recurren a la serigrafía, pero sin querer aprender a hacerla, solamente que su relación sea meramente comercial.
Los libros como ventana
Uno de los grandes objetivos de Concordia es claro, universalizar la obra y llevarla a nuevos mercados: “Creo que los libros pueden ser una puerta de acceso a otros círculos, tú no sabes quién pueda ser quien lo adquiera, no es como otro tipo de arte, en los cuales generalmente son tus amigos o conocidos quienes acaban adquiriéndolo; son más universales”.
Con el mundo editorial no hay límite, una pieza puede viajar en casi cualquier espacio y cambiar de manos de un momento a otro. “La tirada de la editorial es eso, dar espacio a muchas personas para que publiquen y puedan tener su trabajo materializado, nunca sabes dónde va a terminar, y sobre todo con quién”.
“Tener una salida física te da algo especial, no es como todo el mundo digital que dependes de muchas cosas, de la electricidad de tu aparato, del Internet… no existen. No hay como tener algo en tus manos”, finalizan.