MARIO CARRANZA
Han pasado casi seis meses desde que los grandes museos de Nueva York tuvieron que cerrar totalmente sus puertas por la pandemia de coronavirus, y con ello la vida cultural prácticamente se detuvo. Ahora, con la reapertura gradual, la vida comienza a regresar a la normalidad, eso sí, con importantes medidas de seguridad y un reducido número de asistentes permitidos.
El emblemático Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) reabrió el jueves con medidas altamente estrictas que solo permitieron a un pequeño puñado de visitantes; apenas pueden recibir a 100 personas por hora, los asistentes tienen que acudir a la hora indicada en su boleto y la tecnología de última generación permite que no haya ningún tipo de contacto físico en el registro de seguridad.
La tecnología en la cultura
“Hemos pensado durante mucho tiempo y de manera cuidadosa cómo volver a dar la bienvenida a los visitantes de la manera más segura posible, pero también de la manera más acogedora posible”, le comentó la directora del Departamento de contacto con el visitante, Sonya Shrier, a la agencia Efe en una nota que ellos mismos publican.
“Se comprobará la temperatura de todos los visitantes con tecnología que evita el contacto, y también tenemos un scanner de seguridad para las bolsas sin contacto”.
También los visitantes tienen que llevar mascarilla en todo momento, además de respetar el distanciamiento social, situación similar al Museo Metropolitano de Nueva York (Met), el cual abrió el sábado.
En los dos museos se indica que cada persona tiene que estar a una distancia de dos metros de las otras, además de que hay capacidad limitada en baños, elevadores y las escaleras solo se usan en una dirección. También hay indicadores para hacer filas.
Una visitante al MoMA explica a la agencia Efe: “No me he sentido incómoda en ningún momento. Y por supuesto, prefiero esto de llevar mascarilla y por lo menos poder venir a ver estas obras de arte tan maravillosas”, cuenta Rita DeCassia, una brasileña afincada en Nueva York.
“Esto de volver a los museos nos da esperanza. Que abran sus puertas nos hace pensar que todo podrá volver a la normalidad en algún momento”.