Hoy no podemos planear, construir o crear absolutamente nada, sin contemplar la restauración de los ecosistemas, así de claro; es la única posibilidad de asegurar no solo un futuro; si no un presente que nos ayude a asegurar la salud del planeta y la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras.
Para ser precisa me refiero a los ecosistemas hídricos; que incluyen ríos, lagos, humedales y océanos, los cuales desempeñan un papel crucial en la regulación del clima, la provisión de agua potable, la producción de alimentos y por supuesto la sostenibilidad de la biodiversidad.
Desgraciadamente tenemos un rezago muy grande en ello, a lo largo del tiempo hemos venido dañándolos con actividades humanas como la deforestación, la contaminación, la sobreexplotación de recursos, misma que ha generado una aceleración del cambio climático y con ello la llegada de sequías y fenómenos hidrometeorológicos nunca antes vistos.
Desde una perspectiva ecológica, los ecosistemas hídricos son prioritarios ya que son esenciales para la vida en la Tierra. Actúan como reguladores naturales del ciclo del agua, mantienen la calidad del agua y proporcionan hábitats para una vasta diversidad de especies. La degradación de estos ecosistemas lleva a la pérdida de biodiversidad, la disminución de la calidad del agua y la alteración de los ciclos hidrológicos, lo que puede tener consecuencias devastadoras para el medio ambiente y las comunidades humanas.
La restauración de los ecosistemas hídricos contribuye a la resiliencia climática. Los humedales, por ejemplo, actúan como esponjas naturales que absorben el exceso de agua durante las lluvias intensas, reduciendo el riesgo de inundaciones. Además, estos ecosistemas almacenan carbono, ayudando a mitigar el cambio climático. Restaurar y proteger estos entornos naturales es una estrategia clave para adaptarse a los impactos del cambio climático, que ya están afectando a millones de personas en todo el mundo.
Por eso desde el Consejo Consultivo del agua en el estado de Querétaro, estamos trabajando desde una perspectiva que contemple la restauración de los ecosistemas, visión que tiene que ser construida con la participación de todos los sectores de la sociedad.
La participación comunitaria es un elemento crucial en los esfuerzos de restauración. Involucrar a las comunidades locales, respetar sus conocimientos tradicionales y asegurar su participación activa en la toma de decisiones puede aumentar significativamente las posibilidades de éxito de los proyectos de restauración.
Creemos firmemente que la clave o punto de partida para ello serán la educación y la sensibilización ambiental, mismas que consideramos esenciales para fomentar una conciencia colectiva sobre la importancia de proteger y restaurar nuestros recursos hídricos.
La restauración y protección de los ecosistemas hídricos es una tarea urgente y multifacética que requiere la colaboración de todas y todos.
Proteger y rehabilitar estos entornos naturales no solo es esencial para la salud del planeta, sino también para la equidad social y el desarrollo económico sostenible. Al restaurar los ecosistemas hídricos, estamos invirtiendo en un futuro más saludable y justo para todos.