Las crisis actuales son muestra de la decadencia de la sociedad, pero en la historia humana los colapsos son parte de la evolución y cambio.
Con estas palabras inicia la novela ambiental de “Relatos desde la Postmodernidad” que se presentará el miércoles 30 de junio a las 7pm en el Hub Cultural Neblinas, contando con la participación como comentaristas, la Dra. Cristina Cortinas, especialista en temas de sustancias tóxicas y el doctorante y filósofo Fran.
La novela escrita en clave de relatos, desde la postmodernidad, intenta llamar la atención en forma cultural sobre el futuro desalentador y llama a los ideales del modernismo el fracaso, a pesar de su apuesta al progreso. Así, desde el punto de vista de la forma, bajo relato, se asume que se han sobrepasado las ideas que han caracterizado a la modernidad y a la Ilustración, de ahí que la novela califica a la postmodernidad como decadencia. Y afirma, entrelineas que la verdad que se asumió en un tiempo como racional, no es universal, dando fuerza al lenguaje como la clave de la verdad, por lo tanto, la verdad depende del contexto en que se mire.
De lo anterior, también se pone de manifiesto, que hay una verdad posterior a las verdades aceptadas en un momento dado y es que en el primer relato sobre la localidad de Santa Ana Ahuehuepan (Hidalgo), considerada un “Infierno Ambiental” , la modernidad prometió que con la presa de Endho y la Refinería de Tula, habría un gran progreso, no obstante, al tiempo, lo que se produjo fue una gran contaminación de agua, suelo y atmósfera que mantiene a la población local llena de enfermedades mortales, además de la presencia del crimen organizado de los huachicoleros. En resumen, una total desgracia, la nueva verdad.
Así en el segundo relato titulado “El Engaño”, nos habla de otra postverdad, la del fraude inmobiliario en Querétaro, que ha venido asumiéndose como lo normal, aceptable, lógico, hasta que apareció en la escena pública la crítica social y ambiental, que afecta el patrimonio de los ingenuos compradores y la biodiversidad de la zona. Por ello, se han presentado dos iniciativas de reforma al Código Penal del estado en el capítulo de delitos ambientales, como una forma de poner un alto a esta práctica, que en la postmodernidad, debe acabar y tomar en cuenta lo social, los derechos, la certidumbre legal, ambiental y urbana.
Lo cuestionable no es la producción de una oferta inmobiliaria, sino la forma, engañosa, y el impacto ambiental negativo, así como la falta de certeza legal para los adquirentes a quienes no se les proporciona toda la información sobre los permisos, autorizaciones y licencias con que debe contar un desarrollo inmobiliario.
La novela escrita en esas claves no está ausente de un lenguaje crudo introspectivo a partir de sus personales, que exclaman en el primero de los relatos y en el otro, manifiesta la culpa de engañar, dando fuerza al lenguaje como la clave de la verdad.
Pero cabe detenerse a mencionar, que la novela resalta la teatralidad, que infringe engaño, aunque lo adivinemos, pero que no hemos logrado detenerlo. La novela no tiene un final feliz, por el contrario, el desenlace en cada relato, es fatídico, que deja sin aliento al lector, pero le asigna un malestar sociosicológico, y de profunda reflexión de ésta llamada postmodernidad.