Este próximo lunes 14 de abril llegará a Max el primero de los siete episodios de la segunda temporada de The Last of Us, serie basada en el popular videojuego homónimo de Naughty Dog y ambientada en un no muy lejano futuro postapocalíptico habitado por un tipo de zombis conocidos como “infectados”.
Craig Mazin, “showrunner” del programa junto a Neil Druckmann, admite que, teniendo en cuenta el tenso y difícil contexto geopolítico y social que se vive en el mundo, los espectadores encontrarán “paralelismos con los acontecimientos actuales”, como ya ocurrió con la primera entrega.
The Last of Us llegó en enero de 2023, con el recuerdo fresco de la pandemia de Covid-19 y el confinamiento todavía muy fresco en la mente de los espectadores que quedaron atrapados por la historia de Joel y Ellie, encarnados por Pedro Pascal y Bella Ramsey.
La alianza de estos personajes para intentar sobrevivir en un mundo en el que una terrible infección derivada de un hongo ha acabado con casi toda la humanidad, fue el punto fuerte del show. Ahora, en la temporada dos, el público también encontrará nuevos espejos contemporáneos para reflejar una lucha que ha sido, según Mazin, una constante en la historia la humanidad.
“Lo interesante es que siempre hemos tenido pandemias”, reflexiona el creador en una entrevista concedida a Europa Press en la que subraya que la sociedad “siempre se han enfrentado a estas cosas”.
“Siempre hemos lidiado con la naturaleza, que puede ser peligrosa de muchas maneras, el clima puede ser peligroso… ¡La tierra misma! Vivo en Los Ángeles y los terremotos son peligrosos. El fuego es peligroso. Y, sin embargo, la gente sigue encontrando maneras de matarse”, lamenta Mazin, reflexionando sobre por qué en la ficción los supervivientes, a pesar de encontrarse ante un peligro común como los “infectados”, siguen enfrentándose entre ellos
“Del mismo modo, siempre hemos estado tratando con las cuestiones de los refugiados. Siempre hemos lidiado con los problemas de la comunidad y la supervivencia. Siempre hemos lidiado a nivel personal con las medidas que tomamos para proteger a las personas que amamos. Y lo que hacemos cuando alguien nos hiere o hiere a alguien a quien queremos, ¿cómo gestionamos ese dolor? Por desgracia, se trata de una historia tan antigua como el tiempo”, añade.
Según Mazin, la serie habla de cómo la sociedad se organiza en respuesta a un mundo peligroso y que dicha organización empieza con una familia, un hijo al que se quiere o los vecinos. A este respecto, el realizador apunta a la unión “por la lengua, por la cultura, por la religión” y cómo eso desemboca en una percepción de la comunidad como un punto en común entre todos los humanos.
“Y como era de esperar, a medida que los humanos empiezan a domesticar el entorno que les rodea, empiezan a encontrarse unos con otros. Y todo el amor que sentimos por nuestros hijos, por nuestras familias, por nuestros amigos puede convertirse en un arma”.