El nuevo reglamento técnico que se aplicará en la Fórmula Uno a partir de 2026 podría traer causar confusión a las escuderías.
Las unidades de potencia serán el principal elemento de cambio dentro de 2 años, ya que se busca que la generación de energía del monoplaza se dé por igual entre la parte de la combustión y la batería eléctrica.
Red Bull, por ejemplo, comenzará a desarrollar sus propios motores en colaboración con Ford, así que no tienen certeza de cómo será su rendimiento ante la falta de claridad en cuanto a las regulaciones de las otras piezas que hacen que funcione el bólido.
“Será una fórmula extraña. Los motores actuarán como generadores casi todo el tiempo. Habrá que acostumbrarse a ello. Es muy interesante porque la Fórmula Uno puede ser una vía rápida de desarrollo de tecnología. Creo que se han dado cuenta de que, en el lado del motor, no todo es tan eficiente como todo el mundo pensaba. Supongo que es lo que su gente de marketing dijo que deberíamos hacer, y lo entiendo.
“El problema potencial en el lado eléctrico y de la batería, es que el coste actual de los motores eléctricos en F1 es muy alto, pero quizá las técnicas de producción en el futuro ayuden a reducirlo. El otro problema es la batería. Pero creo que lo bueno de esto es que promueve la eficiencia. Y creo que cualquier cosa que haga eso, es bueno para popularizar una tendencia”, explicó Adrián Newey, director técnico del equipo australiano, a Motorsport.
Para el genio de Milton Keynes también es fundamental que la F1 determine las características del chasis lo antes posible para que todo engrane con armonía.