En el marco del ‘Coloquio Científicas: rumbo al desarrollo sostenible’, la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Silvia Amaya Llano, reflexionó sobre los retos que enfrentan las mujeres en la ciencia y propuso estrategias para reducir la brecha de género en este ámbito. Su ponencia, realizada en la Facultad de Ingeniería, destacó la necesidad de visibilizar el trabajo de las científicas y generar condiciones equitativas para su desarrollo profesional.
Acompañada por la directora de la Facultad de Ingeniería, María de la Luz Pérez Rea, la rectora señaló que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), solo una de cada tres personas dedicadas a la investigación en el mundo es mujer. En ingeniería y computación, la cifra es menor al 20 por ciento. Además, en América Latina, apenas el tres por ciento de las patentes son registradas por científicas, lo que refleja la disparidad en el acceso a oportunidades y reconocimientos en este campo.
Uno de los temas abordados fue el efecto Matilda, que describe la invisibilización de los aportes de las mujeres en la ciencia. Como ejemplo, mencionó el caso de Rosalind Franklin, cuya contribución al descubrimiento de la estructura del ADN fue minimizada. También citó un estudio de Nature (2020), que señala que los trabajos científicos liderados por mujeres son citados un 15 por ciento menos que los de sus colegas hombres, y en biomedicina la diferencia alcanza el 20 por ciento.
Para revertir estas desigualdades, Amaya Llano propuso el uso de algoritmos neutrales en herramientas tecnológicas, revisiones por pares más inclusivas, programas de visibilización para científicas y políticas que incentiven la citación de publicaciones hechas por mujeres. También destacó que la brecha salarial sigue siendo un obstáculo, ya que las investigadoras ganan, en promedio, un 18 por ciento menos que los hombres.
“Hoy día, se han abierto algunos espacios, pero todavía no son suficientes. Espacios de apoyo para que las mujeres que decidan seguir avanzando en su desarrollo profesional, en decir ‘me quiero dedicar a la ciencia’, puedan tener ese cobijo alrededor para poder dedicar tiempo”, señaló la rectora.
A pesar de que en México el 37 por ciento de los integrantes del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras (SNII) son mujeres, muchas enfrentan barreras que limitan su crecimiento profesional. Por ello, la rectora de la Máxima Casa de Estudios del estado subrayó la importancia de impulsar acciones que garanticen la equidad en la ciencia y la tecnología, tanto en el ámbito académico como en el laboral.