La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, como se conoce a esta entidad que ejerce como banco central del país) redujo este miércoles las tasas de interés en un cuarto de punto, a un rango de entre 4.00 por ciento y 4.25por ciento, la primera rebaja en nueve meses.
El banco tomó esa decisión, en línea con las previsiones del mercado, en una votación dividida. Stephen Miran, recientemente confirmado como gobernador de la Fed, se opuso a la decisión y expresó su preferencia por un recorte de medio punto porcentual.
La estimación mediana de todos los funcionarios de la Fed prevé dos recortes adicionales de tasas este año, frente a la proyección anterior publicada en junio, en un contexto donde el mercado laboral muestra señales de debilitamiento mientras la inflación se mantiene elevada.
Encrucijada para la Fed
Con la subida de precios en agosto situándose en el 2,9 por ciento, el nivel más alto desde enero, la Fed tiene claro que los aranceles del Gobierno Trump están afectando al costo de la vida en la primera economía mundial, mientras el mercado laboral se ralentiza y una actividad económica se enfría, con una mayoría de economistas pronosticando un crecimiento del producto interior bruto (PIB) en torno al 1 por ciento en junio-septiembre.
El economista jefe para EE.UU. en Oxford Economics, Ryan Sweet, considera que la Fed “está en una situación difícil” porque sus objetivos de estabilizar los precios y lograr el pleno empleo “se están moviendo en la dirección equivocada”, porque lo da por hecho que un recorte de tipos.
Sweet cree que la Fed sigue mirando con atención la subida del IPC pero que “se está formando un consenso dentro del banco central con respecto a que los aranceles provocarán un aumento único del nivel de precios, incluso si éste se extiende durante varios meses, debido al desfase entre los cambios en la tasa arancelaria efectiva y los precios al consumidor”.








