DEL ZÓCALO A LOS PINOS
Los Calderón: Ambición desmedida por volver a Los Pinos
Finalmente la ambición desmedida de los Calderón por regresar a Los Pinos para reanudar la “Guerra Interrumpida”, promovida por el Comandante de la “Band of Brother’s” –Felipe- para legitimarse en la “Silla de Krauze” –versión Peña FIL de Guadalajara- que “haiga sido como haiga sido” le escamoteó a López Obrador; tomó forma con la renuncia de su esposa y compañera de andanzas y decisiones, Margarita Zavala, al partido en que militó por 33 años, la encumbró como Diputada Local en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Diputada Federal en el Congreso de la Unión y Vice Coordinadora de su Grupo Parlamentario; Directora Jurídica del Comité Ejecutivo Nacional, Secretaria Nacional de Promoción Política de la Mujer y Consejera Nacional desde 1993; y por supuesto, además y no es poca cosa, llevó a quien ahora pretende reelegirse por su interposita persona a la Presidencia de la República.
Culminan así una serie de desencuentros con Ricardito Anaya, el “niño Fidencio” de la Mafia Azul, funambulesco personaje que, cual reencarnación de Bruto, ha traicionado a todos sus hacedores, desde el Presidente Peña que hace cuatro -¡no, menos! Cinco- años le prodigaba apapachos en el Teatro de la República en Querétaro, Gustavo Madero, a quien defenestró de muy mala manera después de que le entregó como su “delfín” la dirigencia de la “vela perpetua” y por supuesto a los Calderón, en cuyo gobierno fue Sub-Secretario de Turismo; Ricardo Anaya es un personaje que no se traiciona a sí mismo porque no se alcanza.
De la Señora Zavala, de quien no he escuchado un posicionamiento claro y contundente sobre la Guerra que iniciaron, los Derechos Humanos violados por sus “operadores”, los miles de muertos, desaparecidos y “daños colaterales” durante el gobierno de su esposo, las traiciones a Manuel Espino dirigente en su momento de su -hasta el viernes- partido que los llevó a Los Pinos, a Josefina Vázquez Mota, a quien negociaron a cambio de impunidad y tal vez “algo más” –lo veremos en los meses que vienen-; vamos ni siquiera, ahora que está tan de “mode” ventilar las “virtudes ocultas”, sobre los gustos etílicos de don Felipe; sus responsables de imagen tratan y en cierta forma lo han conseguido hasta hoy ocultar bajo la alfombra estos hechos reales y contundentes y presentarla como una versión “ligth” de cómoda oposición que puede hacer frente al malvado Andrés Manuel.
Tampoco se dice nada, ahora que estamos ante nuevas tragedias en centros infantiles, ocurridas, en gran medida por la negligencia, abuso e irresponsable e imperdonable actitud de los dueños; del incendio de la Guardería ABC en Hermosillo Sonora, propiedad de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo, pariente de Margarita Zavala, en ese tiempo Primera Dama del país, quien en actitud que la dibuja negó conocerla personalmente; al respecto, días antes de los hechos “El Imparcial” de Hermosillo, publicó una nota “Rodeada de cariño, celebró ochenta años de edad, doña Mercedes Gómez del Campo de Zavala, madre de Margarita Zavala de Calderón, quien acompañada de su esposo, el Presidente, Felipe Calderón Hinojosa y de sus hijos, arribó al festejo durante el cual se hicieron acompañar de familiares y amigos, entre los cuales estuvieron, Jorge, Soledad, Marcia Altagracia y Roberto Gómez del Campo, compartiendo este bonito evento familiar”. Ese es el otro rostro de Margarita Zavala.
Sobre el anuncio y renuncia de Margarita Zavala, el 30 de noviembre de 2015, Jesús Silva-Herzog Márquez, con agudo sentido premonitorio escribió “Imaginemos la escena. Imaginemos que las reglas sobre candidatos independientes hubieran sido válidas en 2012. Imaginemos a Andrés Manuel López Obrador declarando un par de años antes: quiero ser presidente y espero ser el candidato del PRD pero no voy a cerrarme puertas. Si el PRD no me apoya seré candidato de todas maneras. Soy la esperanza y mis seguidores tienen el derecho a verme en la boleta. No me pertenezco, les pertenezco a ellos ¿Qué habríamos dicho frente a esa señal de deslealtad a su partido? La reacción habría sido de profunda indignación. Habríamos hablado de la falta de respeto a las reglas de su partido, de su maltrato a las instituciones, del capricho de un hombre que pretende usarlas cuando le sirven y repudiarlas cuando dejan de servir a sus ambiciones”.
“Eso es lo que hoy hace, con total desparpajo, Margarita Zavala, me gustaría ser candidata del PAN…pero si el PAN decide que no seré su candidata, me haré candidata independiente. Con una amable sonrisa, declara que está dispuesta a romper con su partido si éste no le entrega la candidatura presidencial, Así: seré candidata con el PAN o contra el PAN. La declaración me parece escandalosa. Y es más escandaloso que no suscite indignación y que sea tomada como una inocente declaración de libertad. Ni siquiera Donald Trump se ha atrevido a lanzarle una amenaza semejante al Partido Republicano. Hasta un demagogo con la billetera de Trump se ha comprometido a respetar la decisión de su partido y apoyar al ganador de la contienda interna. Margarita Zavala no se siente comprometida de esa manera. Su aviso es claro: si no me hacen candidata, romperé al partido. Mientras pontifica sobre la dignificación de la política, justifica el oportunismo de los tránsfugas”. Ahí queda lo escrito por Silva-Herzog.
En “Elegía Interrumpida”, Octavio Paz postula que “lo que devoras te devora, tu víctima también es tu verdugo”. Bien harían Margarita Zavala y Felipe Calderón en recordar sus años de dominio absoluto del PAN; la prepotencia con la que poco a poco fueron vaciando de contenido a una institución política que, nos guste o no, tuvo un papel cardinal en las luchas democráticas del pasado.
Ese cascarón es el que les ha arrebatado Ricardo Anaya, con formas iguales a las que ellos emplearon en su momento. En su ímpetu hipócrita, quienes ayer criticaban a López Obrador por su ambición desmedida de poder, hoy se embarcan en una candidatura independiente a la presidencia que, si bien les va, terminará haciendo amarres con Los Pinos para hacer la vida imposible al cuervo que criaron y les comió los ojos.
Si ni siquiera les da para eso; si Margarita muestra sus carencias, limitaciones y frivolidades antes de tiempo, están condenados a la irrelevancia; y ello es lo mejor que podría pasar, que la realidad ponga en su lugar a un grupo político que cuando tuvo el poder no hizo más que llenar de dolor al país.
Esposo de Zavala, o esposa de Calderón, el clan Calderón ha decidido creerse la fantasía del “capital político” que plasman en sus encuestas a modo y pagadas a muy alto precio. Esperemos que su ruta crítica los lleve a una colisión tan devastadora que no deje un ápice de uno de los grupos políticos más funestos de nuestra historia.
¿Alguien puede asegurar que esto ya está decidido?