DEL ZÓCALO A LOS PINOS
1988: Lecciones de la historia que no hay que olvidar.
De las “confesiones” realizadas recién por Manuel Bartlett sobre lo ocurrido en aquel julio de 1988; tiene razón cuando afirma que “el PAN apoyó a Salinas en el momento crucial que era la calificación de la elección, Luis H. Álvarez y Diego Fernández de Cevallos hicieron un acuerdo con Carlos Salinas a través de Manuel Camacho, para validar el triunfo del PRI”.
También dijo que hubo un acuerdo entre Salinas y el Jefe Diego “para quemar los paquetes donde estaban las pruebas de la elección” y agregó que “la relación que tenía Manuel Clouthier con Cuauhtémoc Cárdenas para echar abajo la elección se rompió porque los grupos económicos con influencia en el PAN les dijeron a los dirigentes, que cómo iban a echar abajo la elección de Salinas y dejar ganar a Cárdenas”.
Lo cual también es cierto y se concretó en una cena en la casa de Juan Sánchez Navarro, en aquella época el dirigente empresarial más reconocido. El 27 de agosto de ese año. La cual narra Martha Anaya en su libro “1988 El año que calló el sistema” del que les compartimos una parte “El 27 de agosto de 1988, Carlos Salinas de Gortari se reunió con Manuel J. Clouthier y el presidente del PAN Luis H. Álvarez. Tuvo lugar en la casa del empresario Juan Sánchez Navarro y asistió también Manuel Camacho Solis. Esa noche, el PAN y el PRI pactarían el arribo de Salinas al poder. Llegar a ese punto no fue nada fácil, el principal opositor al acuerdo, a permitir que Salinas de Gortari fuera declarado triunfador de la elección con el aval del PAN era El Maquio. Pero la maquinaria panista, impulsada por Carlos Castillo Peraza, Diego Fernández de Cevallos y Luis Felipe Bravo Mena, terminó por convencerlo. Y ‘a regañadientes y jalones’ Clouthier, cuenta el coordinador de su campaña José Luis Salas Cacho, acabó por apersonarse en esa cena y aceptar lo que se pacto”.
La crónica de Anaya continúa “Pero antes de esa conversación mucho se tejió. De hecho con la calificación presidencial en puerta, ocurrieron las negociaciones más intensas de 1988. Los posibles escenarios que preveía el PRI erizaban la piel, no solo del grupo salinista sino de la clase política en general, de los empresarios, de los religiosos, de algunos gobiernos extranjeros. Y es que si el PAN y el Frente Democrático se unían, podían echar abajo la constancia de mayoría que la Comisión Federal Electoral había otorgado a Carlos Salinas, es decir no habría presidente electo, las elecciones se anularían. La apuesta de los cardenista iba precisamente en ese sentido: anular la elección. Así que el desenlace de la calificación presidencial en la Cámara de Diputados dependería de la posición que asumieran los panistas a la hora de votar”.
“Camacho Solís buscó a Salas Cacho, según José Luis, lo primero que hizo fue exponerle el panorama desde la perspectiva del poder: ‘es que tu no conoces los poderes que están abajo del sistema, tienes narcotráfico, tienes la guerrilla, tienes el ejército, tienes los propios grupos de poder del PRI, tienes los gobernadores, las centrales obreras, las iglesias…todos esos sistemas juegan y juegan presionando al sistema. Entonces si no hay nadie que los conduzca y conozca, no hay manera de controlarlos. Yo lo que les quiero decir es que esto se puede ir a un derrame de sangre, a un golpe de Estado, la guerrilla o el narcotráfico pueden salirse de control’. Salas Cacho lo escuchó. Habló con Clouthier. El Maquio aceptó ver a Camacho y oírlo personalmente. Organizaron un desayuno en el departamento de Luis H. Álvarez, Camacho repiteró su postura”.
Según el relato de Martha Anaya y es algo que en las condiciones y presiones que privaban en el país y sobre todo en el PAN; Manuel Clouthier mantuvo su postura de ir por la anulación de la elección; Camacho volvió a la carga argumentando, la caída de las reservas del Banco de México, los riesgos de un gobierno interino, la agitación social que vendría; Clouthier le respondió en ese encuentro “me gusta tu posición, pero yo no puedo dejar esto sin un avance democrático y si me tengo que morir por ello, me muero”; lo que vino es conocido, Clouthier fue desplazado, la discusión de ¿Qué hacer? se traslado al Comité Ejecutivo Nacional del PAN, dominado por los ya mencionados pactistas; finalmente decidieron abstenerse en la votación de la calificación presidencial; lo que en automático convertiría a Salinas de Gortari en presidente; ello a cambio de una serie de condiciones que les favorecían, a ellos en lo político y a sus mecenas empresariales en lo económico, las cuales fueron aceptadas por Salinas en aquella cena ya comentada; el final de historia se escribió la madrugada del 11 de septiembre y la de Maquio, en un accidente carretero en que perdió la vida.
Como se advertirá, ayer en el 88, como en el 2000, el 2006, como ahora en los tiempos actuales; el PAN, en particular sus dirigentes, solo le apuesta a sus intereses, al cálculo político y económico que les signifiquen beneficios, no tienen principios solo intereses; ese es el verdadero rostro de los Diegos, Fox, los Calderón, Anaya y demás.
Lecciones de la historia que no hay que olvidar…cuando de construir nuevos pactos, frentes o alianzas se trata.
Es viernes ¡hoy toca! Diría Germán Dehesa.
¿Alguien puede asegurar que esto ya está decidido?.