DEL ZÓCALO A LOS PINOS
Michel Temer: El que ha hierro mata a hierro muere
Michel Temer enfrenta a los demonios que creó. Decía Juan Domingo Perón (que algo sabía del tema): “Hay dos clases de lealtades: la que nace del corazón, que es la que más vale y la de los que son leales cuando no les conviene ser desleales”. Emily Bronte reflexiona “La traición es un arma de dos filos con la que puede herirse el mismo que las maneja”. En política, lo triste de la traición es que no viene de tus enemigos, viene de aquellos que se dicen tus aliados, de los que cortejan los favores y se benefician del poder, por ello, mucho cuidado hay que tener al escoger con quien sumar para no terminar restando. Bien dice Frank Underwood “El camino hacia el poder esta pavimentado de hipocresía”.
Temer es un político cuya mayor virtud es moverse en las sombras, en los sótanos del poder; de la intriga y los acuerdos vergonzantes, esos que se alcanzan al costo que sea, incluyendo la traición. Dirigente del PMDB -Partido del Movimiento Democrático Brasileño- llegó a la vice presidencia de Brasil como compañero de fórmula de Dilma Roussef en las elecciones de 2010 y 2014 al formar parte de la coalición encabezada por el Partido de los Trabajadores; durante el primer mandato de Roussef se mantuvo en un segundo plano, prácticamente en las sombras. Disfrutó de las mieles del poder acumulando una muy respetable fortuna. Luego, cuando los problemas surgieron, comenzó el deslinde filtrando una carta a la prensa en la que reclamaba a la presidenta tratarlo como un “vice decorativo” y sólo usarlo para “utilizar los votos de su partido para resolver crisis políticas”.
Finalmente vino el rompimiento inevitable. El 29 de marzo del año pasado, el PMDB se retiró de la coalición y se sumó con singular entusiasmo a la oposición en el Congreso que demandaba Juicio Político para la presidenta por un tema presupuestal menor. Montado ya en el cálculo político de asumir la presidencia si Dilma era destituida –como finalmente sucedió- comenzó a tejer en dos bandas; negociando los votos para que el juicio procediera a cambio de ofrecer ministerios y prebendas; incluso llegó a conocerse un video divulgado supuestamente por error, en el que Temer ensayaba su discurso de toma de posesión cuando aún no ocurría el desenlace final. El 12 de mayo de 2016, Michel Temer asumió la Presidencia de Brasil.
Transcurrido un año, su gestión ha sido marcada por movilizaciones de protestas por los más diversos motivos; desde aquellas que denunciaban en julio y agosto del año pasado el golpe de Estado Parlamentario contra la Presidenta Dilma, las de oposición a sus draconianas medidas económicas hasta las que ahora piden su destitución y Juicio Político; otros signos distintivos de su gobierno lo han sido las obligadas destituciones y renuncias de sus “compañeros de viaje”, entre otros Fabio Osorio por conducta indebida al utilizar un avión del Estado para viajes de placer, Fabriano Silveira, su Ministro de Transparencia, por una filtración de un audio en el que conspiraba para detener la investigación sobre desvíos de recursos en Petrobras; muy al principio tuvo que renunciar su recién nombrado Ministro de Planificación al conocerse grabaciones en las que alentaba el impeachment contra la todavía presidenta; en materia social ha reducido los presupuestos de salud y educación y elevado la edad de jubilación; ya en el exceso total, Temer puso dos de sus propiedades valuadas en quinientos mil dólares a nombre de su hijo Michelzinho, de sólo siete años.
Pero como diría uno de los clásicos, “todo lo que sube en elevador baja en elevador”. El pasado 17 de mayo, se conoció una grabación que involucra a Temer en el pago de sobornos por dos millones de reales -578 000 dólares- a su aliado incondicional en la destitución de Dilma y en ese momento Presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, actualmente preso. Joesley Batista, presidente de la mayor empresa de carne JBS S.A. grabó secretamente una conversación con Temer, ocurrida el pasado 7 de marzo; Batista le contó al presidente que mantenía pagos a Cunha y a su socio Lucio Funaro, ambos en prisión para comprar su silencio; según lo publicado, Temer respondió a tal confesión de parte con un “tienes que mantener esos sobornos”; y de paso le recomendó ayudar en otro “asuntito” al Diputado y hombre de sus mayores confianzas Rodrigo Loucha Loures. Ya en la íntima intimidad, Joesley también le platicó que tenía comprados a dos jueces y un fiscal, lo que Michel –Temer- celebró con un “magnífico, magnífico”.
Actualmente, Temer está prácticamente aislado. Su caída, a juicio de no pocos analistas, sólo es cuestión de tiempo, e incluso algunos lo ubican tras las rejas. Sus aliados lo están abandonando, brincando de la balsa que amenaza con hundirse. El Partido Socialista le retiró su apoyo con la renuncia del Ministro de Cultura Roberto Freire; Roberto Jungmann Ministro de Defensa, también socialista, hizo pública su no renuncia sólo por motivos de no contribuir a una peligrosa inestabilidad en el ejército; Senadores del PSDB –Partido de la Social Democracia Brasileño- firmaron el pedido de Juicio Político contra Temer, sus Ministros también amagan con renunciar y por si algo les faltara, su líder, Aécio Neves, recién fue destituido como Senador al comprobarse que había recibido sobornos.
Enfrentando doce peticiones de impeachment, la poderosa OAB –Orden de Abogados de Brasil- tomó la decisión de presentar la solicitud número trece de Juicio Político contra Temer; la más simbólica y potencialmente determinante por provenir de una organización respetada, con peso moral y sin vínculos partidistas. Por su parte, el Tribunal Supremo de Brasil decidió el pasado viernes aceptar la demanda del Fiscal General de la República de investigar a Temer por corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y organización criminal.
Al día de hoy, un consenso va tomando forma de cosa juzgada: El Presidente Temer, en términos políticos, ya no está en condiciones de permanecer en el cargo.
Siempre lo he sostenido. En política, como en la vida, la Justicia –incluyendo la Divina- más temprano que tarde llega. El que a hierro mata, a hiero muere.
¿Alguien puede asegurar que esto ya está decidido?