EL CRISTALAZO
Todavía no cesaban los ecos de tambores y clarines en el festejo de la muerte de la “Verdad histórica”, cuando a la Fiscalía General de la República se le aguó la sopa:
“…Por considerar que hay irregularidades en la integración de la averiguación realizada en el sexenio de Enrique Peña Nieto en contra de José Ángel Casarrubias, alias El Mochomo, un juzgado federal resolvió no procesarlo y ordenó su liberación”.
Poco después lo recapturaron, ahora por otros delitos sin relación alguna con el espinoso y cada vez más enredado caso Iguala.
“El Mochomo —dice CRÓNICA—también es señalado como uno de los líderes de la organización delictiva Guerreros Unidos, quienes han sido implicados en la desaparición de los estudiantes de la Normal Raúl Isidro Burgos, en septiembre de 2014.
“Cabe recordar que en octubre de 2005, la PGR (hoy FGR) ofreció una recompensa de 1.5 millones de pesos por información para localizar, detener o aprehender a José Ángel Casarrubias”.
Pero el apellido Casarrubias, ha sido mencionado mucho en estos días y no sólo por Ángel (habitante celestial a quien poco se asemeja), sino por su hermano Sidronio, en una de cuyas libretas de direcciones y teléfonos, llevaba el número de Omar García Harfuch, jefe de la Policía Federal en Guerrero cuando sucedieron todos estos crímenes cuya cima fue la desaparición y exterminio de los 43 estudiantes de Ayotzinapa secuestrados por el narcotráfico en Iguala.
Obviamente, la libreta podría haber tenido decenas de números telefónicos, los cuales podrían haber sido marcados sin alguien para responder, aun con la extravagancia de no guardar el número en el teléfono celular como hace ahora cualquier persona. Si don Sidronio no se quería exponer al descubrimiento si llegaba a extraviar el teléfono, de nada le sirvió porque cuando lo detuvieron le encontraron la libreta. Mejor le hubiera ido si lo memoriza.
Pero si los Casarrubias son pieza clave en la investigación tantas veces iniciada y tantas veces vuelta a comenzar, sin llegar a ningún resultado distinto del primero, también es notable la tenacidad en el intento de hacer de este nuevo empeño la solución de un asunto hasta ahora no resuelto más allá de lo evidente: los estudiantes están muertos. Esa es la primera verdad y por ahí se debería comenzar.
Si esto no fuera así, ¿cual es el caso —ahora por decisión de Gertz Manero—, de enviar restos óseos a Innsbruck, exactamente como hizo (con resultados positivos en dos casos); la Procuraduría General en su tiempo?
Y si esta investigación desbarata la otra no parece necesario haber llamado a los merolicos del GIEI (OEA), expertos en cobranzas excesivas a cambio de prolongar las cosas en su beneficio. Ya han venido tres veces y no han servido de nada.
El señor Fiscal dijo con un tono histriónicamente efusivo: se derrumbó la verdad histórica y a cambio de ello nosotros, todos, hubiéramos querido conocer la verdad a secas, no una nueva calificación de las investigaciones previas. Ese derrumbe me llevó a la imagen de Elba Esther Gordillo cuando salió de la cárcel: recuperé mi libertad y se derrumbó la Reforma Educativa.
Tiempo de derrumbes, éste.
Pero esa verdad anhelada y verdadera, es elusiva y díscola, no se quiere presentar porque para ponerla frente a la mirada pública, hace falta construir una versión ideológica y políticamente aceptable.
Por eso ahora; mientras otros criminales han sido puestos en libertad porque les torcieron la mano, se abren otras cuarenta y tantas investigaciones sobre los gobiernos guerrerenses y se persigue a Tomás Zerón de Lucio. Lo hallarán y lo juzgarán pero esa no es la verdad sobre los hechos, sino sobre las responsabilidades en la investigación de lo sucedido. Todo lo demás, es pura tramoya digna de Protea.
A DIOS ROGANDO… Mientras pasan los días de resguardo, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, promueve a su estado. Así se comunicó ayer:
“El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) otorgó a Oaxaca el sello de seguridad global, por haber cumplido con las medidas de sanidad e higiene necesarias para comenzar a recibir visitantes, tras la pandemia por el nuevo coronavirus y su enfermedad Covid-19.
A través de un comunicado, el organismo señaló su confianza para recuperar paulatinamente la actividad turística oaxaqueña.
“Los atractivos turísticos de Oaxaca tienen reconocimiento internacional por su riqueza cultural, ecológica; de bellezas naturales y de playa; y su gastronomía es catalogada como Patrimonio de la Humanidad”, expresó Gloria Guevara Manzo, presidenta del WTTC.
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