EL CRISTALAZO
El año pasado, un amigo de Tijuana me llamó alarmado:
—Oye, andan pescando incautos por todas partes. Jaime Bonilla quiere extender su mandato y según dicen lo pretende hacer a través de una ampliación del término constitucional. Como sabes fue electo para dos años, pero quiere cinco”
Iluso le respondí: “Eso no se puede hacer. Ya ha fracasado antes”.
—No hombre ya está con la cartera abierta. Y mira, la tiene bastante opulenta, ¿eh? Conste, yo te lo dije.
En marzo yo había leído esta información como todos los mexicanos.
“(ADN).- El 6 de diciembre pasado, dejó su escaño en el Senado para ser delegado de la Secretaría de Bienestar en Baja California, cargo que ahora deja para buscar la gubernatura de su estado. Se trata de Jaime Bonilla.
“La entidad, uno de los bastiones del PAN desde hace 30 años, tendrá elecciones el próximo 2 de junio para gobernador, presidentes municipales y Congreso local, por lo que los aspirantes ya comenzaron sus planes hacia los comicios, entre ellos, el ahora exdelegado, quien competirá por Morena, PT, PVEM y Transformemos”. Bonilla, como lo saben todos en BC no es un hombre de escrúpulos; no de principios, pero sí de ambiciones.
Rico, inteligente, gringo (o binacional), entusiasta del Partido Republicano (el mismo de Trump) y sagaz, entendió oportunamente hacia dónde soplaba el viento y se acercó (acompañado dicen, de un Poderoso Caballero), al promotor político de Morena. Ya sabes quién.
Su amistad quedó sellada, si aún no lo estaba, en el Juego de Estrellas del Beisbol, celebrado en San Diego en 2016.
Y como sucedió en otras partes del país, la avalancha electoral de ya sabes quién, produjo la victoria de Bonilla en BC, quien dicho sea de paso llegó con la guadaña alegre y no sólo la emprendió contra sus adversarios panistas del pasado, sino hasta con su propio equipo.
Primero se supieron estas noticias: “Un día después de que el Gobierno de Baja California (20 de noviembre) , a cargo de Jaime Bonilla, presentara una denuncia contra el exgobernador “Kiko” Vega, el mandatario local dijo este miércoles que los exgobernadores José Guadalupe Osuna Millán y Eugenio Elorduy Walther también podrían ser investigados por el presunto desvío de recursos.
Pero a veces la perra brava muerde a los de casa, dice el refrán:
No había cantado el gallo ni tres veces, cuando ya se había cepillado a dos de sus integrantes del gabinete. Son corruptos (fuchi, guácala). “El Oficial Mayor y la Secretaria de Bienestar de Baja California (BC), Jesús Núñez Camacho y Cynthia Gissel Garcia, respectivamente, solicitaron licencia de sus cargos luego de que se diera a conocer una investigación que realiza actualmente la Secretaría de Honestidad y Función Pública del estado, por el presunto cobro de sobornos por adelantado de ambos funcionarios”.
Y esto sí suena raro: ¿ a poco se corrompieron en tan poco tiempo? ¿No sabía quiénes y cómo eran los defenestrados cuando los nombró? Cuánta ignorancia, cuán poco conocimiento de la humana naturaleza. Como si en BC no todos supieran todo de todos.
Pero toda esta operación limpieza, cuyo contenido suena más a mimetismo frente al gran líder moral de la IV-T con quien debe quedar bien a toda costa, no logró opacar su triquiñuela de ampliación del mandato, la cual como me dijo aquel amigo hace ya tiempo, había sido lograda, gracias a la conversión de una ambición en una ley a modo, y bendecida, no con la felicitación, pero sí con el disimulo y las maromas jurídicas de Olga Sánchez Cordero, digna de sus mejores tiempos en la Suprema Corte de Justicia.
En fin, la extensión del mandato significa, en esencia, una salida perfecta para quien desee no una revocación sino una ampliación del término, sin llegar a los extremos de una reelección estilo Evo Morales o Porfirio Díaz. Nos libre el Señor.
Y así, a jalones y con bendiciones y maldiciones, se llega a una antesala interesante: el Tribunal Electoral califica de inconstitucional la ampliación lograda por Bonilla; tesis sobre la cual difícilmente podría actuar la Suprema Corte de Justicia.
El teatro parece venirse abajo y en medio de este crujido de andamios, se escucha la voz del Señor Presidente:
“…El Tribunal Electoral a petición de la Suprema Corte (definió la inconstitucionalidad). Respetamos ese punto de vista y ya esto deja de manifiesto que no somos iguales…”
Decían antes: pena es robar y que te atrapen. Hoy se diría, pena es robarte tres años y que te los quite la Corte.