EL CRISTALAZO
LOS REVENTADORES Y SUS CONSECUENCIAS
Algunos imaginaron la muerte del asunto al día siguiente de su publicación. Otros supusimos repercusiones y claves para comprender los prolegómenos de la sucesión presidencial. Así ha sido.
La primera impresión de este caso en el cual Andrés Manuel López Obrador fue increpado (con legitimidad o de manera teledirigida; por provocación o por impulso justo; revancha o sopa del mismo chocolate), tiene relación con la inminente inmundicia de la guerra sucia por venir.
La segunda es la delicadeza del personaje. Si en la primera etapa del reventadero de su viaje a Estados Unidos convocó a la participación a la mujer cuyas imprecisiones colmaban el aire, cuando fue señalado como protector de los Abarca en Iguala y por tanto responsable en algún grado de la desaparición de los 43 ayotzinapos, perdió el control y comenzó a gritar provocador, provocador.
Mala reacción para alguien con tantas “tablas”.
Una tercera repercusión de este caso es la pugna ya declarada entre el candidato presidencial de Morena y el Ejército. La apresurada acusación de responsabilidad castrense en la desaparición, hecha únicamente para limpiarse la faz y señalar a un culpable, sin una sola evidencia en la mano, pone al aspirante al poder Ejecutivo en una incómoda condición: ¿si él llegara a ser Comandante de las Fuerzas Armas ordenaría la investigación desde su puesto de mando con la irremediable consecuencia de escupir al cielo, sobre todo si no se llega a probar el actual y fácil rumor acusatorio contra los militares?
Esta actitud coloca a Andrés Manuel en el plano más radical de la leyenda urbana. Una postura poco cauta y de fácil ataque: si a él mismo lo señalan por la protección a lo evidente, la participación de los Abarca en la red protectora de los narcotraficantes y la heroína de Guerrero, los nexos de los normalistas y las muchas zonas oscuras propiciadas por la impunidad bajo custodia, cómo entonces se confronta con el padre de uno de los desaparecidos, sea este o no lo sea un títere de sus enemigos.
Marioneta o no, para los profesionales de los Derechos Humanos (entren los cuales él mismo ahora se quiere contar denunciando a Trump ante la CIDH, lo cual parece un chiste de Jorge Falcón), el señor Tizapa es una víctima o por lo menos en tal condición patrocinada por defensores, ha llegado a Nueva York y a la supervivencia en el amplio lago de la protesta como profesión. Releamos.
“(APRO).- El dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador llamó provocador a Antonio Tizapa, padre de uno de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala y luego, en dos ocasiones le gritó “cállate”.
“Tizapa le reclamó que cuando Ángel Aguirre fue gobernador (interino) de Guerrero mataron a dos estudiantes de Ayotzinapa “y usted formaba parte del PRD”. También le recriminó su supuesta cercanía con el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca.
“A los dichos de Tizapa, López Obrador le respondió que era un provocador y le pidió que le fuera a reclamar “al Ejército, a Peña, no a mi”.
Reclamarle a Peña es cuánto han hecho todos los profesionales de esta causa, como si Peña hubiera sido el promotor de la carrera política de Abarca y su esposa o como si el gobierno federal hubiera puesto al desertor Ángel Aguirre en el gobierno de Guerrero.
Y como parte del recientemente adquirido San Benito de Andrés Manuel, lea usted las opiniones del líder del PRI, Enrique Ochoa, quien mastica carne de peje a dos carrillos:
–Este tema de Andrés Manuel rumbo a 2018, ¿qué opinar? Sigue de gira el líder de Morena y hay opiniones diversas.
–Ciertamente, López Obrador tiene que aclararle al pueblo de México las acusaciones muy serias que le hizo uno de los padres de los estudiantes de Ayotzinapa, que tienen que quedar completamente aclaradas para el desarrollo de la vida democrática de México.
“¿Cuál es la relación entre López Obrador y José Luis Abarca? ¿Cuál es la relación entre ellos y Delfina, la candidata de Morena en el Estado de México, quien ha sido señalada en múltiples espacios de comunicación con un vínculo con Abarca y con López Obrador?
“López Obrador no ha podido explicarle al pueblo de México de qué vive, y le debe ciertamente una disculpa muy clara a las Fuerzas Armadas de México, al Ejército, a la Marina, a la Fuerza Área, a las mujeres y a los hombres de las Fuerzas Armadas, que arriesgan sus vidas para proteger la nuestra, para proteger nuestra seguridad y nuestras libertades.
“López Obrador constantemente acusa a las Fuerzas Armadas, de manera mentirosa, y les debe una disculpa a las mujeres y los hombres que trabajan en las Fuerzas Armadas de nuestro país.
“Por otro lado, también ha llamado al padre de uno de los jóvenes de Ayotzinapa como provocador; ciertamente le debe una disculpa a ese señor, que en el dolor que le ha generado esta tragedia, acudió a López Obrador, y López Obrador lo trató de una manera déspota. Merece una disculpa”.