EL CRISTALAZO
La lucha contra los agravios
Suenan las campanas de la Catedral y el señor Arzobispo Primado de México, en los albores de la Semana Mayor, les pide a los mexicanos (supongo en esta generalización también a los políticos en contienda), una buena dosis de respeto, prudencia, buenas maneras, pensamientos firmes y sensatez en las ideas. Les dice alejaos del pendenciero mundo de las calumnias y los insultos. Cesan en el denuesto y la calumnia; detened la violencia, lenguaje de nuestro tiempo.
Y ninguno lo toma en serio. Nadie acata sus prudentes instrucciones, pues ya se sabe, no siempre funciona la templanza como remedio contra la ira.
“Hoy nos abruman –dijo– situaciones que violentan la justicia y la paz, agresiones que denigran nuestra condición de hermanos y que fomentan una vida de confrontación, discriminación, de menosprecio a la dignidad humana y que conducen a la angustia, a la tragedia y a la muerte”.
“Los convocó a todos para afrontar los retos de nuestro tiempo en comunión y coordinación, descubriendo juntos la tarea que corresponde a cada sector, mediante la escucha recíproca y la puesta en común, en camino sinodal, como lo está pidiendo el Papa Francisco”, señaló (EoL)”.
Pero no solo es la voz del templo la única en prevenirnos de la generalizada y denigrante condición de nuestros días violentos y ásperos en extremo. No.
Ya con una dedicatoria especial a los candidatos presidenciales, los hombres del capital. Los empresarios, los transformadores, hacen saber de su hartazgo por este clima perturbado e incierto:
“…Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dejó en claro que los líderes empresariales no tienen ni candidato, ni partido rumbo a las elecciones del 1 de julio. Lanzó un “¡Ya basta!” a los candidatos para que detengan “los agravios entre ellos y se enfoquen en un debate serio, sin agravios, sin respuestas fáciles y superficiales que sólo apelan al encono social y la división”.
“Destacó que la ruta del bienestar de México no está “en la dádiva, la corrupción, el privilegio o el caudillismo” sino en “la libertad, en la productividad, en el emprendimiento, la apertura, la competencia, la estabilidad y las instituciones, y no en la dádiva, la corrupción, el privilegio o el caudillismo”.
“En la 35 Asamblea Nacional Ordinaria de este organismo empresarial, a la cual acudió por última vez el presidente Enrique Peña Nieto, el líder del CCE afirmó que “ya es tiempo de un debate serio, profundo y responsable sobre el país que estamos construyendo”.
“En nombre de los empresarios dijo que ellos sí tienen y proponen una visión clara de país e ideas puntuales para alcanzarla y muestra de ello será que en las próximas semanas presentarán la Agenda México, Mejor Futuro a todos los candidatos a la Presidencia y al Congreso, “y los invitaremos a que se comprometan con sus propuestas y metas”.
“Los invitaremos también a que definan qué es exactamente lo que proponen y cómo plantean lograrlo”, refirió”.
En ambos casos, tanto en el del representante celestial como en el más mundano señor Castañón, las peticiones son ilusorias.
Los candidatos en campaña no son filósofos; son guerreros y en la guerra no importa por qué se combate (eso a veces se sabe hasta el final); importa la lucha misma. Ya después, cuando se obtenga la dorada victoria, entonces se pondrán en práctica ciertas ideas, pero quien desee ganar una campaña nada más con ellas, está condenado a la derrota desde el principio, sobre todo cuando las ideologías han dejado de existir, como en este caso.
En este caso quien más congruencia ha mantenido con sus planteamientos y más respeto ha mostrado por sus adversarios (enemigos, dicen otros), es José Antonio Meade. Muchos podrán decir, ¿cómo si la PGR ha atacado a Anaya?; pero la PRG no acata instrucciones del cuartel de campaña de Meade. Eso es falso.
TINTERO
Cuando aquel famoso G4, encabezado por Muñoz Ledo tomó el control de la Cámara de Diputados para luego humillar públicamente a Ernesto Zedillo con aquello de los aragoneses y si “todos somos más que vos” y demás, hubo una rebambaramba cuyos efectos ponían en riesgo la apertura de las sesiones del cuerpo legislativo.
Los empleados de la Cámara se llevaron a buen resguardo el tintero de plata zacatecana, cuyas alegorías del Derecho y la Victoria, modelados y vaciados por Margarito Pérez en 1882, presiden invariablemente las sesiones aunque ya nadie moje la pluma en la inexistente tinta de los documentos parlamentarios.
El traslado del poder no se dio sino hasta la recuperación del tintero y el argentino tintineo de la campana. Los trabajadores le dieron, así, el mando a Porfirio y entonces comenzó una nueva etapa en la historia legislativa nacional.
Hoy el tintero ha crecido hasta ser una enorme escultura en un patio de la Cámara. Símbolos y escultura.