EL CRISTALAZO
La justicia en Coahuila; Rosario
Si la misión y función de un tribunal es impartir justicia, en Coahuila se ha hecho justicia. Al menos en lo electoral, obviamente.
Leamos esta noticia cuyo explosivo contenido (frente a la furibunda declaración colectiva de los perdidosos, Morena incluido), quedó silenciada por la batahola, barahúnda, batiburrillo o como se llame del elogio de Videgaray hacia Meade, cuyo ruido logró este conveniente silencio para el PRI.
“ (VANGUARDIA).- La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió que Miguel Ángel Riquelme Solís, candidato de la coalición “Por un Coahuila Seguro”, no rebasó los topes de gastos de campaña, y de esta manera el político priista rendirá protesta como Gobernador de Coahuila, para el período 2017-2023, el próximo 1 de diciembre.
“Al resolverse los medios de impugnación existentes sobre la elección del pasado 4 de junio, los magistrados del TEPJF resolvieron que Miguel Riquelme no rebasó el tope de gastos de campaña, incluso, estuvo 30 mil 358 pesos abajo del monto establecido como límite, que era de 19 millones 242 mil 478 pesos, y únicamente gastó 19 mil 212 mil 120 pesos.
“En los 10 medios de impugnación resueltos el TEPJF modificó las determinaciones hechas por el Consejo General del INE en lo que respecta a gastos por representantes generales de casilla el día de la jornada electoral, también los costos de la producción de videos”.
Esta es, obviamente, una derrota para los Anaya; Ricardo (presidente del pan) y Guillermo Anaya (el candidato perdidoso), quienes –como resulta lógico en estos casos–, pusieron el grito en el cielo y acusaron “al Gobierno Federal y al Partido Revolucionario Institucional de presionar al órgano judicial para traicionar a los coahuilenses”.
No se sabe si el Tribunal ahora puesto en la hoguera del resentimiento por los derrotados (les guste o no, verán asumir el poder a Riquelme el primero de diciembre, cuando se cumplan cinco años del gobierno de Peña), fue en verdad presionado ni cómo operó tan nociva como desleal presión, ni por qué no la ejercieron ellos como hicieron cuando secuestraron la presidencia de la Cámara de Diputados, por ejemplo, para distraer la atención sobre las pesquisas contra Ricardo Anaya y la figura del “fiscal carnal”.
Esos son datos simples, porque si en verdad hubieran tenido la razón, la habrían defendido como hizo aquella mujer en “El Quijote”; cuando cuidó con uñas y dientes una bolsa de oro, de manera como no peleó por la defensa de su entrepierna. Pero esas son quijotadas o “Sancho panzadas”.
Su movimiento de protesta, “Por un Coahuila Digno” (señores Armando Guadiana, Javier Guerrero, José Ángel Pérez y Luis Horacio Salinas), se quedó en la elocuencia infecunda de las redes sociales y la estridencia mediática. Y como la palabra del tribunal es de término; es decir, ahí se acaba todo, pues a otra cosa. Ahora sólo falta ver la reacción de quienes pregonan a diestra y siniestra el anhelo del Estado de Derecho. ¿Se van a lanzar contra el Tribunal como preludio a sus decisiones futuras?
Por otra parte este es un triunfo para Enrique Ochoa, presidente del PRI, quien en su peregrinar por estaciones de radio y tv, siempre documentó los motivos por los cuales la victoria d Riquelme había sido legal y legítima. Por lo pronto, frente a los acontecimientos por venir, se quita un peso de encima.
A fin de cuentas el PAN “anayista”, no pudo ganarle Coahuila ni el Estado de México al PRI. Sus credenciales están un tanto manchadas en la ruta hacia la autodesignación en la candidatura presidencial, con una papeleta ajada desde el principio y los leones del calderonismo (aunque sean de papel), agazapados en espera de morderle la yugular.
ROSARIO
En la amplia sala del Departamento de Estado Madeleine Albright, jefa de la diplomacia estadunidense, co-presidía la reunión Binacional México – Estados Unidos.
La atmósfera era tensa porque además del diferendo sobre los transportes mexicanos en la zona fronteriza, entre otras cosas el nombramiento del embajador americano en México estaba pendiente. Pendiente pero presente.
Jeffrey Davidow se había sentado como uno más en la sala a la cual el reportero se había colado con la ostentación de un portafolios y un gafete, sin foto, ajenos.
En un espacio muerto Rosario Green le dijo a la señora Albright,
–Madeleine, Madeleine…
Y sumisa, la tempestuosa mujer de los grandes debates, acudió al cuchicheo y las cosas se destrabaron en la siguiente intervención.
–¿Qué le dijo a su amiga Madeleine?, le pregunté después a Rosario…
Ella sonrió y con dulzura florentina me dijo:
— Lo que no le gustaría oír en público…
Descanse en paz Rosario Green.