De acuerdo a la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de Relaciones en los Hogares ENDIREH 2021, publicada en agosto del 2022 por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), Querétaro encabeza a nivel nacional los índices de hostigamiento escolar con una prevalencia del 40.3 por ciento de mujeres que dijeron a lo largo de su vida haber sido víctimas de violencia escolar y un 29.4 por ciento que la padecieron durante 2021, seguido por el Estado de México con el 36.6 por ciento; Colima con 36.3 por ciento, Ciudad de México con 36 por ciento y Morelos con el 30.8 por ciento.
Según los resultados de la ENDIREH 2021, en el estado de Querétaro se tiene un registro de 367 mil 182 mujeres de 15 años y más que a lo largo de su vida escolar, sufrieron algún tipo de violencia en los planteles; 40 mil 334 la padecieron durante aquél año.
Sobre el tipo de violencia que las mujeres sufrieron a lo largo de su vida escolar, 24.1 por ciento corresponde a violencia física y en segundo lugar, la violencia sexual con un 23.4 por ciento. El tercer índice es la violencia de tipo psicológica con un 22.8 por ciento.
Cuando se mide la clase de violencia contra mujeres al interior de las escuelas en 2021, la violencia sexual se coloca en primer lugar con un 19.4 por ciento ; Violencia psicológica 18,6 por ciento y violencia física con un 8.3 por ciento.
¿Quiénes son los agresores?
Los datos publicados en agosto del 2022 por el INEGI, señalan que aquellas que sufrieron violencia escolar en 2021, el 41.9 por ciento fue a manos de un compañero; 19.8 por ciento por desconocidos que estudiaban en la misma escuela; 16,7 por ciento fueron profesores agresores; 8 por ciento agresoras mujeres, 2 por ciento por parte de directores y directoras del plantel; 1.4 por ciento por trabajadores de la escuela; 1.3 por maestras y 0.6 por ciento por trabajadoras de otras áreas de la escuela.
En cuanto a quienes la padecieron en algún momento de su vida escolar, 43.8 por ciento fue a manos de un compañero; 15.9 por parte de profesores; 13.4 por parte de sus compañeras; 13.0 por ciento por personas desconocidas. 6.6 por ciento la sufrió de otra persona de la escuela; 3.6 por ciento a manos de maestras; 2.0 por parte de algún trabajador; 1.2 por parte de directores y directoras y .5 por ciento a manos de mujeres trabajadoras.
Por último, el documento expone que el 64.3 por ciento de la violencia contra mujeres estudiantes se dio al interior de los planteles; 17.3 en lugares aledaños; 7.6 en sitios lejos del plantel; 6.4 en casas particulares; 3.5 por ciento en transporte público y n 0.8 por ciento en lugares no especificados.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en su artículo 13, define al hostigamiento sexual como “El ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva”.
Dicho instrumento jurídico señala que el acoso sexual es una forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos.
Asimismo, la Ley es clara cuando indica que las entidades federativas en función de sus atribuciones, establecerán las políticas públicas que garanticen el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia en sus relaciones laborales y/o de docencia; fortalecerán el marco penal y civil para asegurar la sanción a quienes hostigan y acosan; promoverán y difundirán en la sociedad que el hostigamiento sexual y el acoso sexual son delitos, y diseñarán programas que brinden servicios reeducativos integrales para víctimas y agresor. Además, los tres órdenes de gobierno deberán reivindicar la dignidad de las mujeres en todos los ámbitos de la vida, entre otras tendientes a velar por los derechos de las víctimas de estas conductas.