Nos aproximamos a la que será la elección más grande de la historia de México, una en la que la creatividad y la imaginación de los asesores de campaña, los candidatos y los partidos políticos se pondrá a prueba para hacer campaña en tiempos de pandemia. La elección juvenil de la historia, ya que seremos nosotros los jóvenes quienes definiremos el destino de las nuevas generaciones y del país. Sin embargo pese al número de cargos que se podrán en juego, pese a lo que políticamente significa el 2021, existe una apatía generalizada entre la población y es entendible, ya que por años hemos visto a las y los políticos nombrarse pueblo, amigxs de todxs, defensores de los trabajadores, ahora much@s nos han salido feministas, los hemos visto disfrazarse de todo con tal de ganarse la confianza del electorado, buscar las mejores fotos y hacer las poses de cajón que se acostumbran en tiempos electorales.
Elección tras elección escuchamos propuestas que solucionan todas las necesidades referentes a movilidad, economía, comunicaciones, inseguridad y un largo etcétera para después encontrar colonias, barrios y municipios en el completo abandono.
Otro factor que contribuye a acrecentar esa indiferencia por la vida política es ver en la boleta electoral a los maniqueos de siempre, a las caras de siempre, a líderes carismáticos que no están preparados para ejercer en la Administración Pública o tener representantes que llegando al espacio público se alejan de la ideología que los llevó hasta ahí, esto es sinceramente una enorme decepción para las y los ciudadanos que tristemente vemos repetirse trienio a trienio.
Por ello los partidos políticos deben ser más que cuidadosos al momento de elegir a los cuadros que van a representar sus ideologías y que van a ir a tocar las puertas de las y los ciudadanos, estos perfiles deberán ser no únicamente candidatos populachos, sino que deberán ser los más capacitados, los mejores preparados para administrar el erario público, quienes tengan el mejor equipo para poder gobernar y ejercer el servicio público de manera correcta, para poder de este modo dar los resultados que nuestra entidad requiere con urgencia.
Hoy Querétaro necesita hombres y mujeres de Estado y no de partidos, dirigentes que respondan por los más necesitados, que respondan por la salud pública, que respondan por los universitarios, que respondan con compromiso y entusiasmo por las causas más justas que se viven en el otro Querétaro.
En las próximas elecciones de 2021 nuestro estado puede sacar de la casa de la Corregidora de Querétaro aquellos que han sido los yugos del pueblo, quienes han propagado mensajes de odio a través de espacios tan importantes como la cámara de diputados, los mismos que le han negado a las mujeres el derecho de decidir sobre sus cuerpos, sí esos mismos que le han negado el derecho tan legítimo de amar y crear familia a la comunidad LGBTTTIQ+, 2021 significa poderle regresar la dignidad y la libertad a los perseguidos políticos por parte de este gobierno déspota que hoy dirige a nuestro estado, las próximas elecciones también son la oportunidad para defender nuestro medio ambiente y nuestros recursos naturales del acaparamiento voraz que ha hecho este gobierno destruyendo y vendiendo espacios protegidos a la iniciativa privada, con tal de llenar sus bolsillos de dinero, sin importarle el futuro de las nuevas generaciones.
Las y los políticos de hoy en día deben estar a la altura de las circunstancias ser ciudadanas y ciudadanos auténticos, empáticos, defensores de las luchas que se han quedado olvidadas y que muy pocas voces se atreven a representar con valentía y amor.
Querétaro merece más que lo que hoy tenemos dirigiendo la entidad, merece tener un gobierno a la altura de sus ciudadanos, merece tener representantes que realmente hagan eso representar a la ciudadanía, una ciudadanía que está en constante cambio y evolución. La política estatal debe cambiar de manera radical y por el bien de la democracia. Querétaro tiene en el 21 la posibilidad de ser dirigido por un liderazgo que anteponga los intereses colectivos por encima de los personales, que luche de la mano de los queretanos, que abra sus puertas para que se escuchen todas voces, Querétaro frente al 2021 tiene dos caminos: seguir por donde hemos andado a tientas y reprimidos o ir por el sendero de la esperanza que nos conduzca a un estado más justo, plural e incluyente.