El proyecto K’oto, el nanosatélite que desarrollan la UNAM Juriquilla junto con otras universidades y la Sedesu está tomando cada vez mayor altura, ya que se encuentra en la etapa final de desarrollo, para terminarse entre octubre y noviembre para ser enviado a Japón en donde se realizarán las pruebas finales antes de ser enviado a la órbita desde la Estación Espacial Internacional.
El doctor Rafael Chávez Moreno, líder del proyecto estudiantil, es un verdadero trabajo en tiempos de pandemia, ya que iniciaron en 2020, por lo que ha sido un verdadero reto que ha involucrado a alrededor de 50 alumnos de distintas universidades, no sólo de la UNAM Juriquilla , por este desarrollo han pasado también estudiantes de la UNAQ, el ITQ, la Politécnica de Santa Rosa Jáuregui y del Tecnológico de Durango en el cual un 15 por ciento han sido mujeres.
“Para octubre o noviembre debe quedar listo el nanosatélite para la realización de pruebas de certificación. A finales del presente año se entregará al nanosatélite al Instituto Tecnológico de Kyushu en Japón, para las pruebas finales y en abril del 2023 se tiene contemplado el lanzamiento que lleve a K’oto a la Estación Espacial Internacional para ser colocado en órbita”, comentó el doctor Chávez Moreno.
El nanosatélite es un proyecto, cuya principal virtud es que se busca el desarrollo práctico de los alumnos por lo que los mismos estudiantes encargados de su desarrollo estarán presentes en el lanzamiento dentro de su actividad de formación académica para que conozcan los estándares de los procedimientos y posteriormente se puedan replicar en Querétaro.
“Cuando se entregue el satélite a Japón, en el Instituto Tecnológico de Kyushu harán las pruebas finales, estas son pruebas de vibraciones y pruebas de vacío, para verificar el correcto funcionamiento del satélite y que no vamos a tener una falla, ya que nos subirán a la Estación Espacial Internacional”, mencionó el doctor Chávez.
K’oto estará en una órbita baja y viajará a 8 kilómetros por segundo, por lo que se verá por 8 minutos desde que salga en el horizonte y se oculte del otro lado, esos 8 minutos será el periodo en el que tome fotos y transmita la información.
En Querétaro realizaremos las primeras en el Laboratorio Nacional de Ingeniería Espacial y Automotriz, un laboratorio abierto a cualquier institución académica o empresa, para que certifiquemos que funciona correctamente”, adelantó el doctor Rafael Chávez Moreno.
Dar un salto hacia el espacio
Querétaro es un referente nacional e internacional en temas aeronáuticos, pero ahora se está buscando dar un salto hacia el espacio y la industria que lo desarrolla.
“Además de la fortaleza en la parte aeronáutica, manufactura y reparaciones, queremos dar ese salto a la parte espacial y no sólo de integración de proyectos.
Queremos involucrar a distintos actores, a las Pymes, escuelas, empresas medianas para que vean que en México hay capacidades de realizar proyectos de alta tecnología, lo que generará beneficios a mediano y largo plazo”, explicó el líder del proyecto.
Mirando hacia el horizonte la intención es que en un futuro no se dependa del extranjero para todo el desarrollo tecnológico de nanosatélites y sólo tener que recurrir al lanzamiento hacia el espacio.
“Ante el aumento de los nanosatélites, que ya usan no sólo las grandes empresas, también los usan las universidades siguen siendo caros, con un alto grado de incertidumbre de falla e inversión, pero es una herramienta invaluable para la formación de recursos humanos, además de su utilidad para monitorear ríos, incendios forestales y desarrollar satélites más capaces”.
Este proyecto K’oto, el cual ha contado con el apoyo financiero de la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Querétaro puede servir para atraer más recursos.
“Al hacerlo aquí los costos bajan y no será necesario ir al extranjero a comprar la estructura, las tarjetas electrónicas o parte del equipo. Al hacerlo en sitio se reducirían los costos”, adelantó, además de que se desarrollará paralelamente el talento nacional.