La mañana en la bulliciosa ciudad del constituyente marca la diferencia de aquellos días en donde se saboreaba la tranquilidad y calma, ya no se va a misa, las campanas de los templos no suenan, solo cuando hay funeral, toda gira en tener a los diputados contentos, ocupados ¡Los más en las mesas de disertación! Otros, a manera de pasar desapercibidos en algún caldo o un buen potaje de pollo para calmar las ansias de la noche de copas.
¡Los desayunadores se han convertido en el mejor negocio de la ciudad! Después de las cantinas, claro está. El mosaico de diputados, acompañantes ¡Algunos a escondidas con escolta! Uno que otro soldado de escuadrones de civiles, así como los propios soldados que custodian la ciudad completa ¡No le dan abasto al desayuno! Así que algunas casonas viendo que los comerciantes no dan cabida que pernoctan cercanos a los exconventos, casas y haciendas que fueron nacionalizadas allá por el viejo 1860, y que ahora sirven de hostales para algunos diputados, aprovechan para vender comida simplemente abriendo sus zaguanes.
¡El ayuntamiento ha sido muy cauteloso de que esto no pase! Pero no hay abasto suficiente y Carranza, el presidente como ya toda la ciudad le dice, no desea que los trabajos en la tribuna se atrasen por que los diputados no han desayunado. Al paso simple de algunos días se descubrió que las familias queretanas servían mejores manjares que los propios y acaudalados desayunadores, que en proporción de sentarse a esperar ser atendidos ¡Las familias y sus hijas casaderas! Eran las mejores anfitrionas.
Así que por las calles cercanas al Teatro Iturbide -ahora de la junta Vergara por haber pagado los últimos arreos de sus construcción- que al diputado por la facción de Querétaro no le gusta siendo un recalcitrante liberal, José María Truchuelo piensa que el nombre del primer emperador mexicano no ayuda a la construcción de la Carta Magna de una república, así que lo colocó en comisiones para ser votado ¡Se dejó hasta el final por considerarse de asuntos generales! No se votó nunca, para ser verdad ¡Así lo pensó el propio Carranza!
Los desayunadores ofrecen al buen postor una taza de atole de maíz, algunos diputados no están acostumbrados si no tiene un poco de piloncillo, pan de harina hecho por las propias familias le sigue, algunas personas le ponen jaleas de sabores ¡Muy afamadas por esta ciudad! Las dulcerías como El Ave del Paraíso, El Pavo Real entre otras la ofrecen en elegantes frascos de cristal, la parte fuerte la componen una guarnición de frijoles fritos en manteca, huevos sobre tortillas fritas y al final una taza de café, que es caro, porque ahora está escaso por la visita de los diputados ¡Imaginen el costo lo que ha subido! Al final un vaso de leche bronca recién hervida ¡Deja a todos con el ánimo de comenzar los trabajos del constituyente!
Sin faltar claro, el ataque de las queretanas casaderas que se arriman a los diputados para saber un poco más de ellos – ¡Solo por saber! – les dicen a sus papás ante las miradas de ellos de acusarlas de encimosas.
-Dígame usted amable diputado ¿Cómo es Coahuila? – pregunta la señorita que está atenta a cada una de las veces que el diputado sube su tenedor para desayunar ¡Observando de una en una! A lo que el joven Ernesto Meade Fierro que, junto con su suplente Toribio De Los Santos quienes se sienten un poco agobiados ante tanta cercanía de la chica casadera.
-Señorita le agradezco sus atenciones, por cierto ¡Que buen sabor señora de estos huevos! Deliciosos- sin dejar de ver a la joven que no le quita la mirada de enfrente- Mire estimada señorita, Coahuila no se si lo sepa ¡Es el estado más grande de la República! Era más, pero cuando Texas se retiró de nuestra nación ¡Pertenecía también a gran parte de Coahuila! A nosotros nos toca la facción de Parras ¿Sabe en dónde está Coahuila señorita? – Sí señor, claro que lo sé, desde que llegó el presidente Carranza nos hicieron nuestras familias el saber todo el mapa de la república – ¡Eso me parece una buena idea! – así la chica se trajo al pobre diputado zumbado con tantas preguntas. Al retirarse los diputados pagaron con un billete que la gente llamaba “Bilimbique” que era el nombre corto de William Week, el banco que utilizó la mina de Cananea que tenía validez en algunos estados, el papá de inmediato les dijo:
– ¡Este billete ya no tiene validez diputado! Se nos dijo en el bando por escrito del jefe del ejército constitucional que la moneda serían los denominados “República Mexicana Constitucional” que mandó hacer nuestro general Carranza con la leyenda “American Bank Note de Nueva York” señores ¡Será el único papel que aceptaremos! En su caso las monedas que también surte el ejército constitucional – ¡Asombrados los diputados buscan entre sus ropas algunas! Hechas de bronce con diferentes denominaciones ¡Pagaron y se retiraron! La chica continuó acompañándolos hasta la puerta, dejando claro el interés de que regresaran – ¡No olviden volver al rato! Habrá enchiladas de nata-.
Por todo Querétaro los desayunadores en las familias vivían el mismo suceso, por un lado, lo exquisito de las casonas familiares, sabor y aroma hacían de las delicias de los constituyentes ¡Por el otro las chicas casaderas! Que los atosigan.
12 de diciembre de 1916, primera sesión ordinaria para el debate por el Artículo Tercero de la Carta Magna, Educación Gratuita, Laica y Obligatoria.
Una vez se dio el pase de lista del constituyente para ese día, se leyeron el borrador del Artículo Tercero concerniente a la Educación que previamente había diseñado Félix Fulgencio Palavicini, comenzaron los debates dando la palabra al jefe Constitucionalista y asiento del ejecutivo de la capital provisional de la república general Venustiano Carranza:
-… sépase que de gratuita, laica y obligatoria la educación permitirá que sembremos la ciencia y el conocimiento por toda la república, siendo el interés más alto y público que el pueblo tendrá por único y leal propósito de tener hijos, vivir y permanecer, porque una patria educada cambia el tenor de las acciones, las instituciones tendrán mejores mexicanos, los ejércitos serán mejor calificados, la prosperidad crecerá por el ancho de la nación ¡Educación para el Pueblo! – dijo Carranza – las galerías del Teatro de Iturbide comenzó con la rechifla ¡Mentadas de madre al asiento de la capital provisional! Y los de enfrente ¡Jubilosos aplausos!
– ¡Calma señores diputados! Calma – mientra el diputado Luis Manuel Rojas hace el orden a la sala, secretario en este debate – ¡Las injurias no están aceptadas en el pleno! Respeto a la envestidura – les conmina – Alzó la voz desde la primera galería el diputado por la facción de Querétaro José María Truchuelo: “…en un palmo de civilidad deseo recordarles a mis distinguidos diputados y a quien preside esta moción del día, que la calidad de la educación va hacia lograr que un niño tenga la posibilidad no solo de ser instruido en lo moral y suficiente en lo ético ¡No a la educación laica! Los valores de todos los truhanes que acompañan a nuestro “jefe del ejecutivo” – alzando sus manos haciendo la señal de las comillas- nos quieren hacer ver que la educación sea laica porque no desean formar personas íntegras, sino civiles desalmados para nutrir sus ejércitos constitucionalistas ¡La religión nos regala la moral! Que en una institución pública no podrán realizar ¡Una educación sin moral tiene como resultado una sociedad decadente! – ¡Vendido abraza curas! – le gritan desde los curules – ¡Vete a confesar con tu párroco para que te de mejores conciliaciones! – le arremeten.
El debate comenzó a subir de tono entre recordatorios a las progenitoras, insultos no legibles para la audiencia, el secretario del debate no da tregua al zafarrancho verbal que se nutre en las galerías, al unísono los llamados Liberales Constitucionalistas alzan la voz para lograr el coro: – ¡Fuera curas! ¡Fuera curas! – escucha.
– ¡Señores moción y respeto a las propuestas! – insiste el secretario diputado Luis Manuel Rojas- ¡Escuchemos a todos con respeto señores! – el presidente de la comisión de reforma al artículo tercero de la constitución es el general y periodista Francisco José Múgica exhorta a que quien tenga beneficio de participar lo haga, expresando respeto y dignidad a la comisión ¡Alzó la mano José María Truchuelo!
“… señores insisto, en lo concerniente a que la educación sea gratuita y laica son dos cosas diferentes, la gratuidad da cobijo al menesteroso de lograr acercarse a la ciencia, pero lo laico no es más que la presencia de los masones dentro de estas galerías – Señaló a Múgica- quienes al rito romano se juntan en reuniones previas para, en vez de una libertad religiosa y se de cobijo a que cada persona decida en qué creer ¡Dan una razón al anticlericalismo ateo sin razón! Y que se nutra toda nuestra carta magna de este anticlericalismo sin sentido…”
¡Pateó al avispero!
Los diputados Luis Manuel Rojas, Heriberto Jara, Francisco J. Múgica y Jesús Romero Flores, que pertenecen a la elite masona de la Logia del Valle de México: – ¡Eres un perico! – le gritan a Truchuelo – ¡Vendido a los curas! – Comienzan de nuevo – ¡Expón las fuentes! ¡Perico! – De nuevo se abrió el zafarrancho verbal en las galerías.
Los representantes de los diputados que solo observan tras las galerías y en los pasillos hacen por tratar de llegar al lugar del diputado Truchuelo para darle una buena tunda, los simpatizantes del representante queretano hacen lo mismo y comenzó el jaloneó detrás, en el pasillo que rodea por detrás el elegante teatro.
-…pinches vendidos a los curas! Les vamos a enseñar a respetar el sentido- ¡Comenzaron los golpes! Soldados carrancistas encargados de mantener el orden en el recinto se hicieron de los rijosos y al son de “Calma y prudencia” ¡Reciben también su dosis de jaloneos y bofetadas! Mientras en las galerías las voces no cesan, los de a favor de la gratuidad alegan que permitirá que todos accedan a la educación, los que están en contra continúan el debate argumentando que al ser gratuitas la calidad de la educación desmerece – ¿De dónde sacarán el dinero para pagar maestros y escuelas? – era su mejor argumento.
El diputado secretario al ver que Heriberto Jara ha sido acusado de ser masón, comenzó con la lectura tratando de calmar los ánimos ¡Cuando un zapato salió de las galerías! Con justa dirección que dio cerca de donde se encontraba Carranza, al mirarlo tomó el orden de la situación – ¡Atención señores! Atención, escuchemos con tranquilidad las mociones de los diputados y dejemos las diferencias a lo acontecido a simple anécdota del día ¡Anote secretario! – de inmediato el diputado secretario Luis Manuel Rojas quien ya se había despeinado en el jaloneo con el pretexto de ser señalado como arribista y escondido.
¡Volvió la calma! Se decidió que habría más sesiones extraordinarias para afinar los detalles del artículo y que de favor cada diputado lo leyera con calma, José María Truchuelo alegaba que quitaran el “sufijo” Laico por “Educación racional” en el artículo, pero ya nadie escucha ¡Todos salieron por pies a seguir discutiendo!
¡Carranza llamó a sus hombres!
– ¡Miren cabrones quiero que vayan y sigan a cada diputado! ¡Así con el descaro de estar a su lado! Estos son capaces de agarrarse a plomazos en las cantinas ¿Escuchaste Álvaro? – Mientras el general Obregón ríe del orden sabedor que eso será imposible, son ciento noventa diputados con suplentes, escoltas y ayudantías ¡Será un ejército cuidando a otro ejército! – ¡Sí señor comprendida la orden! ¡Anden cabrones a cumplir! – Salieron todos.
Como era de esperarse los primeros plomazos los metieron las ayudantías de los “expuestos” diputados masones a los hombres que cuidan a Truchuelo y los diputados en contra de una educación laica ¡No hubo más que el susto de los disparos y uno que otra cachetada!
El asiento del ejecutivo de la capital provisional del país tuvo, tal vez, uno de los encuentros de mayor algidez en las mesas de debate y como decía ¡Apenas comienza! Se retiró a la casa de las mesas de debate a simplemente tomarse un poco de ron, si fuera mejor acompañado de café mejor, llegó por simplemente cruzar la polvorienta calle y se sentó en la primera mesa que encontró.
El coronel Alzado le llevó el postal del día ¡Cómo lo hace todos los días! Al recibirlo le indicó que se sentara – ¡Anda tómate un ron conmigo! Te delego de tu servicio en este preciso momento, solo quítate el estoperol de coronel- hizo lo propio, guardó sus insignias doradas en sus bolsillos y se sentó a tomar con Carranza, les trajeron una botella que pusieron en el centro de la mesa, el general sirvió cada pequeño vaso y brindaron.
– ¡Por ti coronel! Por tu servicios y cuidados, agradecido estoy por el compromiso con la causa ¡Se que no es fácil estar en esta pequeña ciudad! Nuestras familias lejos, los hijos ya ni los vemos ¡Qué le digo coronel! ¡Uno tiene sus ganas y pues a veces nos las aguantamos! ¿Qué no? – el coronel comienza a ponerse nervioso y observa las salidas posibles ¡Su frente comienza a delatarlo sudando! – ¿No comprendo mi general? ¿A qué necesidades se refiere? – mientras trata de ir acercando su mano al arma de cargo.
– ¡Se de buena fuente que nos visitó en la casa hace días mi coronel! Y pues yo no estaba, me dijeron que eso no importó y que pidió hablar con Regina, me dicen que una cosa segura sí le dijo y de lo cual no estoy enterado ¿Qué le preguntó a Regina mi coronel? – mientras Carranza sube su arma de manufactura japonesa a la mesa, que es hábil en su doma – ¡No entiendo mi general! ¿Cómo lo supo? – mientras su nerviosismo ya lo comienza a traicionar ¡Se levanta de su silla y sin medir saca su arma… trata de descargar!…
… ¡Carranza al simple reflejo de levantarse su coronel ya le había metido dos disparos en el pecho! Cayó de bruces sobre la mesa embocando la botella y tirando la mesa con su pesado cuerpo ¡Carranza se levantó! Le dijo al coronel de su escolta: – ¡Llévate a este cabrón por la puerta de atrás, vigila que nadie te vea, antes quítale el uniforme y déjalo con ropas que trae debajo, aviéntalo al río ¡Anda que te ayuden tus hombres! – ¡Sí general! -.
Continuará…